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ABC MADRID 15-12-2006 página 94
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  • EdiciónABC, MADRID
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94 CULTURAyESPECTÁCULOS VIERNES 15 s 12 s 2006 ABC Tengo el mismo derecho que los publicistas a apoderarme de la calle Julian Opie s Artista británico El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga se rinde al talento de este célebre y cotizado artista con una estupenda muestra centrada en la figura humana. Las criaturas de Opie toman el CAC POR NATIVIDAD PULIDO FOTO CARLOS MORETO MÁLAGA. Dicen que tiene la mirada fría y directa, pero a la vez tierna e ingenua. Sea o no así, a sus 48 años, este londinense, afable y buen conversador, es una de las cabezas mejor amuebladas del arte actual, al que la fama (todos quieren tener un opie) no le ha emborrachado. Entre capuchino y capuchino, va desvelando las claves de su depurado trabajo. -Entre sus trabajos se hallan la Julian Opie, ayer en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga junto a algunas de sus obras, centradas en la figura humana: dos chicas hacen streptease y dos chicos tocan la guitarra ría tan sólo una pequeña fábrica de producción. Un entorno de oficina, aburrido, sin glamour, sin excentricidades ni chicas guapas. Yo solo, trabajando con mis ordenadores. No hay una puesta en escena. ¿Si soy un artista democrático? Yo tengo ansia por abarcar todo y comunicar con todos. Para mí sería una decepción y un fracaso si la gente que venga al museo, al ver mi obra, no tiene ninguna reacción. Lo importante es que mi obra transmita algo a quien la vea. Si lo quiere llamar democrático, pues sí lo es. me parece que hay que hacerlo, son cosas del mundo real. En este sentido quizá sí tengo un vínculo con el pop art, que rompió el aislamiento del mundo artístico de las realidades tangibles, vulgares, de la vida cotidiana. El arte incorporó referencias al dinero, la sexualidad, el chismorreo... Son parte de la experiencia humana. -En sus obras están muy presenne, la televisión... Yo hablo del ruido visual de las ciudades. Esas señales las crean los publicistas y diseñadores y muchas veces lo hacen mal. Hay mucho mal diseño en la calle. Me molesta, me enfada. El publicista, sin preocuparse del impacto de la obra, se apodera de todos esos espacios en la calle. ¿Y por qué no puedo hacerlo yo? Debo tener ese mismo derecho de salir a la calle y apoderarme igual que el publicista. En Londres hay malas imágenes en las calles. Y te obligan al pasar por ellas a mirarlas. Eso me irrita. Una obra que se exhibe al comienzo de la exposición, de gran formato y con cuatro chicas, la he creado a modo de anuncio publicitario. El mundo del arte clásico quizá cuestionaría la utilización de esos formatos predeterminados en las pantallas de TV Yo creo que tengo derecho a hacer arte en esos formatos como los publicistas y diseñadores gráficos. Esa inundación de imágenes publicitarias puede crear una alienación. Ante el poder de la autoridad uno se siente indefenso y a veces hay que doblegarse. El papel del artista es privilegiado por la libertad para expresarse sin someterse. que tuve de ver cómo se puede crear un lenguaje mediante el dibujo. Esa posibilidad me encantaba. Sus imágenes son fantásticas. Él estaba influenciado por Van Gogh, el arte japonés... muy cercanos a mí. Yo pongo a mis retratos el nombre de una persona y su profesión. Por ejemplo: Monique, mujer de negocios. Con esa información propongo una alternativa a que se acerque el espectador, frente a una mera contemplación estética. Al dar datos puedo sugerir una historia. Es una manera menos dura y exigente para entablar una relación entre el espectador y el artista a través de su obra. -El premio Turner apuesta por la portada del disco The Best of Blur el escenario para un concierto de U 2, los escaparates de los almacenes Selfridges, unas vallas publicitarias en la Tate... ¿Concibe la obra de arte como un producto de consumo? -Crecí en una época posmodernista. Independientemente de que una obra esté hecha en bronce o en plástico, desde el momento en que entra en un museo, por referencias del espectador, se convierte en arte. El lugar donde se exhibe la obra de arte no es algo permanente en la historia de la humanidad. Hace 200 años el arte se hacía para las iglesias y los palacios, y mucho antes se hacía en las cuevas. A veces se cuestiona el hecho de ver arte en la carátula de un CD o en el montaje de un concierto de rock. Quizá es más cómodo pensar que el arte está hecho para el museo. Giotto entendía muy bien el problema del espacio donde se exhibían sus obras. Utilizaba las capillas para contar sus historias. ¿Se ve como un artista demo- tes las señales, los gráficos, videojuegos, ilustraciones, publicidades, dibujos animados... Juan Manuel Bonet le define como el pintor de la vida moderna -A todo artista contemporáneo le gustaría esa definición. Pinto el mundo que me rodea, un entorno visual. Las referencias de mi arte son imágenes de la calle: los anuncios, el ci- ¿Se considera heredero del pop? -No (responde inmediatamente) Puede ser una influencia, como tantas otras. También los japoneses del siglo XVIII, Giotto... Hay una tendencia de la cultura americana a ver el mundo en relación con su arte. Las influencias que siento, que son múltiples, pueden variar también. Si su pregunta se refiere a la relación del pop art con la cultura de masas, muchos creen que mi tipo de arte es más propio para fuera que para dentro de un museo. Yo trato de añadir esas referencias culturales y poder comunicar mediante distintos tipos de objetos. En la visión clásica de la producción del arte no había que hablar de valores tangibles, materiales. Pero a mí si pintura, Saatchi vende su colección, los chicos malos como Tracey Emin o Damien Hirst están muy callados. ¿Qué está pasando en el arte británico actual? -Ya no estoy tan involucrado con ese mundo. Durante 5 años fui patrono de la Tate. Conozco a la artista premiada este año con el Turner. Ha llamado la atención por su capacidad de servir de puente entre el minimalismo y el arte contempornáneo. Me parece una buena artista. El arte británico actual pasa por un momento de marea baja. No hay mucho oleaje. Más información sobre Julian Opie: http: wwwjulianopie. com Sería una decepción y un fracaso si la gente que viene al museo, al ver mi obra, no tiene ninguna reacción El arte británico actual pasa por un momento de marea baja, de tranquilidad. No hay mucho oleaje crático? ¿Su factoría sería comparable a la de Warhol? -No somos comparables. La idea de la fábrica era para él su entorno creativo y social, una fiesta continua. Era parte de su pensamiento. En mi caso, se- -Su estética es muy cercana al cómic y, concretamente, a Hergé y su principal personaje, Tintín. -Fue la primera experiencia

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