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ABC MADRID 22-10-2006 página 34
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  • EdiciónABC, MADRID
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34 Internacional CUBA UN PAÍS A LA ESPERA DE DESTINO DOMINGO 22 10 2006 ABC ABC ha viajado a Cuba para conocer la realidad de un país que vive un compás de espera silencioso y en el que ya late un deseo de libertad que será difícil contener cuando desaparezca Castro. La población sólo sueña con salir, Si abren las fronteras, aquí no queda nadie Ni Fidel, ni Raúl, Cuba lo único que quiere es progreso TEXTO: PALOMA CERVILLA ENVIADA ESPECIAL LA HABANA. A treinta kilómetros de La Habana, el pequeño pueblo de Bauta, el más gusano de La Habana por no apoyar a Fidel Castro, padece la represión de un régimen que, en su enloquecida carrera por silenciar todo lo que represente una mínima disidencia, lo castiga con la ausencia de un transporte público que le acerque a la capital. Un destartalado camión con más de treinta años, al que se suben hacinados y en pie los habitantes de este minúsculo pueblo, y a cuya entrada se han colocado vallas con consignas tan intimidatorias como aquella que dice En Bauta se combate y se triunfa es el símbolo, quizás insignificante pero enormemente expresivo, de lo que ha sido y es capaz de hacer el Gobierno comunista de Cuba por imponer un sistema en el que hoy pocos cubanos creen. Aunque es cierto que este sistema de miedo y represión ha calado en la población, no es menos cierto que en Cuba late ya hoy un deseo de libertad y progreso, que sólo necesita una coyuntura favorable para que se manifieste en toda su extensión. Enfermedad de Fidel Dos meses y medio después de que Fidel Castro delegara el poder en su hermano Raúl, la primera vez desde que llegó al poder en 1959, Cuba vive un compás de espera silencioso a la espera de la evolución de la enfermedad del comandante que, para los cubanos, se ha convertido en un secreto de Estado Al margen de lo que sucede en el interior de la residencia de Fidel Castro, una inmensa finca con abundante vegetación tropical que se extiende a unos 13 kilómetros de La Habana entre Sibonei y Jaimanita, los cubanos ya se atreven a decir que nos les importa quien gobierne el país en el futuro, que sólo quieren desarrollo. Ni Fidel, ni Raúl, Cuba sólo quiere progreso comentan a ABC algunos cubanos, que se atreven a afirmar que aquí hay mucha gente que no está de acuerdo con esto y, si se llegan a abrir las fronteras, aquí no queda nadie. Esto no es tan bonito como lo pintan Tampoco Raúl Castro despierta el entusiasmo de la población, conocido como la china y sobre el que pesan rumores sobre una supuesta homosexualidad, algunos le adjudican un espíritu más guerrillero y militar que su hermano Fidel, por lo que también le llaman el lobo No tiene el carisma de Fidel, que se ha convertido ya en un mito, y al que muchos incluso llegan a exculpar de la situación de pobreza que vive la ciudad, Fidel no tiene toda la culpa de todo lo que pasa, tiene a sus ministros que hacen cosas a sus espaldas La pobreza, el sueldo medio de un cubano es de unos 220 pesos cubanos (diez dólares) con esto nadie vive, sólo humildemente la escasez de alimento y, sobre todo, la ausencia de horizonte, ha hecho mella en la juventud. Aquí lo que hay que hacer es irse aseguran, a la vez que reconocen que su sueño es tener un carro o una moto incluso llegan a más: los americanos son los mejores y a la gente le gustaría que vinieran La obsesión por tener un coche tiene su lógica, ya que la aspiración de los cubanos es convertirse en taxista o chofer y así poder cobrar en divisas extranjeras o en pesos convertibles, lo que les permite poder comprar determinados productos a los que no tienen acceso con los pesos cubanos, que es la moneda en la que cobran sus sueldos. En Cuba hay dos tipos de monedas: el peso cubano y el peso convertible, éste último se impuso tras la retirada de la circulación del dólar en julio de 2003. Un peso convertible equivale a 24 pesos cubanos, que es la moneda nacional, y teniendo en cuenta que la mayoría de los productos se adquieren con pesos convertibles, pierden mucho dinero en el cambio. Como ejemplo de lo que puede suponer una cesta de la Esto no es tan bonito como lo pintan. Aquí lo que hay que hacer es irse porque no hay futuro para nadie compra, un pimiento vale entre 5 y 10 pesos, un aguacate 15 y una cabeza de ajo hasta cinco. Estamos cansados de trabajar y no vemos fruto a nada se lamentan los jóvenes quienes aseguran que los únicos que no tienen conciencia de que esto tiene que cambiar son los combatientes Este desánimo en las nuevas generaciones también empieza a hacer mella entre las propias familias de los militares del régimen. Los hijos de los militares cada vez creen menos en esto apostillan. Tampoco el dinero que dicen que llega de Venezuela, en forma de petróleo, como compensación a la Operación milagro (la llegada de enfermos venezolanos para curarse en hospitales cubanos a cambio de petróleo y dinero) repercute en la población. ¿Qué dinero? se preguntan. Sin embargo, esta ansia de libertad, que realmente existe entre la juventud, no tiene su reflejo en las manifestaciones multitudinarias que rodean la aparición del comandante, ni en las declaraciones de algunos cubanos que, en numerosas ocasiones, aparecen en los medios de comunicación. La gente está obligada a ir a esas manifestaciones, porque si no te echan del trabajo. Cuando tienes un cargo importante, lo mejor es no meterse en nada comentan, a la vez que recuerdan que no te dan trabajo si el Comité de Defensa de la Revolución no tiene una buena opinión de ti Estos comités vigilan a todos y cada uno de los ciudadanos. De hecho, en cada dos o tres cuadras existe uno de estos organismos. No hay metro cuadrado de ciudad que escape de su control. En barrios tan pobres como La Li- sa o Marianao donde la pobreza llega a límites extremos, sobre pequeños balconcitos destartalados cuelgan las famosas siglas CDR que tanto intimidan a la población. Pero tanto control Parabólicas escondidas en tanques de agua y palomares para eludir la represión Los cubanos han empezado a agudizar el ingenio para intentar eludir el empeño del Gobierno porque no conozcan lo que los medios de comunicación extranjeros dicen del país. En Cuba está prohibido tener antena parabólica, bajo multa de 30.000 pesos, una cantidad desorbitada para una población cuyo sueldo medio apenas supera los 200. Desde hace tres meses, el Gobierno ha endurecido la ley para evitar la existencia de estas antenas y ha añadido una multa de 20.000 pesos para aquellos ciudadanos que cedan el cable que hace posible ver las emisiones extranjeras. Esta cesión de cable se realiza entre vecinos, bajo pago de entre 10 y 15 dólares. Pero la represión gubernamental lo que ha provocado en la población es el efecto contrario y ha agudizado el ingenio para incumplir la ley. Las antenas parabólicas existente, pero escondidas en los tanques de agua y en los palomares Los cubanos se las ingenian para ver la TV exterior AP

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