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ABC MADRID 29-09-2006 página 70
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ABC MADRID 29-09-2006 página 70

  • EdiciónABC, MADRID
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70 Espectáculos VIERNES 29 9 2006 ABC DOCE DIAMANTES Uno de los secretos del éxito de las películas de Hepburn, de las cuales ofrece ABC la mejor muestra a partir del próximo domingo, reside en los trajes que para ella diseñó Hubert de Givenchy El hombre que vistió a Audrey CARMEN FUENTES MADRID. Hubert de Givenchy se inscribe no sólo en el mundo de la moda, como uno de los grandes modistas del siglo XX, sino también en el del cine, porque su nombre aparece unido al de Audrey Hepburn, a ese cuerpo estilizado como un junco a quien vistió tanto en la calle como en la escena y que añadió al arte del creador un toque de glamour. Corría 1952 cuando Hubert de Givenchy abría oficialmente sus salones en el parisino barrio de Monceau. Y lo hacía siete años después de que el otro genio de la moda, Christian Dior, apareciese con el encorsetado estilo new look que revolucionó la moda tras la Segunda Guerra Mundial. Muchos han calificado a Givenchy como el sucesor del dios de la moda, que fue el español Cristóbal Balenciaga, pero lo que hicieron fue un trabajo casi en paralelo, elaborando tanto uno como otro una costura elegante, que buscaba la pureza y la perfección de líneas y volúmenes exentas de adornos. Sin pretenderlo fueron unos precursores del minimalismo. De ahí que sus nombres aparezcan unidos. Hubert y su musa ROSA BELMONTE Obras de arte Givenchy fue un avanzado, un portento en el difícil arte de la alta costura, y de su imaginación salieron piezas que dieron la vuelta al mundo, máxime cuando Audrey Hepburn lo eligió como artífice de su vestuario. A partir de ese momento Givenchy hizo de la estrella su musa, su icono, y los trajes que le diseñaba para las películas no sólo eran copiados por las modistas de todo el mundo, sino que al final serían subastados como auténticas obras de arte. Para ella, la Hepburn, hizo la maravillosa blusa Bettina (confeccionada con tela de camisa masculina, con cuello abierto y mangas adornadas con bordado inglés) que lució en Sa- El modista prepara el traje que su musa lucirá en Historia de una monja brina para bailar con Bogart y Holden, y el sombrero de campana de gasa a juego con el vestido de tubo de seda de satén de Desayuno con diamantes de Blake Edwards. Esa escena donde Audrey salía de un taxi y se paraba en el escaparate de Tiffany para contemplar sus joyas, creó un look que, aún hoy, sigue siendo fuente de inspiración de los nuevos modistas porque la nueva versión de la petite robe noire que creó Givenchy para la ya desaparecida Hepburn, ha sido un AP modelo fetiche en el mundo de la moda. Curiosamente, el modista creó para la película tres trajes iguales. Uno, que salió a subasta en Christie s, lo adquirió el escritor Dominique Lapierre, que a su vez lo subastó para lograr fondos destinados los niños de la calle y los leprosos de Calcuta; otro, el auténtico que la actriz utilizó en el rodaje, fue donado por el mismo Givenchy hace unos años al Museo del Traje de Madrid y, el tercero, forma parte de la colección particular del modista. El encuentro entre el protegido de Balenciaga y la actriz lo ha contado el propio Hubert de Givenchy. Estando ocupadísimo con su nueva colección alguien le dijo que venía Miss Hepburn. Esperaba a Katherine, a quien adoraba, y se encontró a una jovencita vestida de gondolera. Se quedó estupefacto. Y mucho más cuando la gondolera le pidió que creara el vestuario de Sabrina (1954) Estaba a tope pero la Hepburn apócrifa le había ganado, así que le propuso elegir algunas prendas de la colección, cosa que hizo. Billy Wilder le había dado la oportunidad de completar el vestuario de Edith Head con ropa de verdad y ella eligió a Hubert. Esa misma noche se fueron a cenar. Amigos para siempre. A Edith Head le dieron el Oscar al mejor vestuario por Sabrina Con un par (sin embargo, en My Fair Lady no nominaron a Audrey como mejor actriz porque cantaba Marni Nixon, toma ya) Audrey pidió mil perdones, aunque qué culpa tenía, y prometió a Hubert que algo así no volvería a pasar. Tan leal fue con quien le había ayudado cuando era una desconocida que se prestó a ser la imagen para la publicidad de Interdit, el perfume de Givenchy inspirado en ella. Givenchy haría el vestuario de seis películas más. Entre ellas, el de Desayuno con diamantes. El little black dress más fino para la puta más distinguida del cine.

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