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ABC MADRID 01-09-2006 página 46
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46 Sociedad VIERNES 1 9 2006 ABC Ciencia Steven Rosenberg Investigador del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. Una nueva estrategia contra el cáncer Proteína Linfocito Linfocito modificado geneticamente Melanoma A la búsqueda de nuevas estrategias 4 Un año después, dos de los 17 pacientes con un melanoma muy agresivo permanecían libres de la enfermedad. En el resto de pacientes las células transferidas se mantuvieron durante al menos dos meses después del tratamiento. Infografía ABC 2 Con sofisticadas técnicas de biología molecular, se manipularon genéticamente en el laboratorio para rearmarlas con una proteína que les permitiera reconocer las células cancerosas y destruirlas. El nombre de Steven Rosenberg está ligado a la búsqueda constante de nuevas estrategias para frenar el cáncer, aprovechando la capacidad natural del sistema inmune. Su interés por esta línea de investigación surgió en 1968, cuando observó en el hospital de Boston donde trabajaba la desaparición espontánea de un tumor en un enfermo con cáncer de estómago con metástasis en el hígado. Doce años después de que fuera deshauciado, el paciente no tenía signos del cáncer, lo que sugería que la enfermedad había sido derrotado por su sistema inmune. A partir de 1980, este investigador comenzó a experimentar diversas estrategias inmunoterapéuticas, basadas en la interleuquina 2. En 1991, dio a conocer los resultados del primer protocolo de terapia génica contra el cáncer. Consistía en extraer las células T que atacan los tumores y manipularlas en el laboratorio para que incorporasen el gen que codifica una potente toxina antitumoral, llamada factor de necrosis tumoral. A partir de esa idea, este pionero de la terapia génica continuó diseñando varios tratamientos para luchar contra el cáncer. 3 Los linfocitos modificados genéticamente se introdujeron en el torrente sanguíneo de los pacientes para reforzar la capacidad natural del sistema inmune y luchar contra los tumores. 1 De la sangre periférica de 17 pacientes con melanoma avanzado se aislaron linfocitos o células T convencionales. Una terapia experimental elimina el melanoma en dos pacientes Científicos de Estados Unidos modifican genéticamente células inmunes para convertirlas en un ejército selectivo que ataca los tumores eficaz en dos de los 17 pacientes con melanoma tratados. Podría utilizarse contra tumores comunes, como el de mama, pulmón e hígado N. RAMÍREZ DE CASTRO MADRID. El pionero de la terapia génica, el estadounidense Steven Rosenberg, ha conseguido la primera prueba clínica de que el sistema inmune puede modificarse y conseguir células específicamente diseñadas para atacar los tumores, como de un ejército especializado contra el cáncer se tratara. La nueva estrategia se ha probado en diecisiete personas con melanoma avanzado- -uno de los tumores más agresivos- -en los que habían fracasado todos los tratamientos. Año y medio después, dos de los pacientes tratados permanecían libres de la enfermedad, según explican hoy en la revista Science Rosenberg y su equipo del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. No es la primera vez que este científico y otros grupos de investigación buscan una fórmula para que el sistema inmunológico de los pacientes combata su propio cáncer. Este conocido investigador lleva años buscando distintas estrategias inmunoterapéuticas que tienen a las células T como punto de partida. El interés en este tipo de linfocitos o de células inmunes es su capacidad para destruir selectivamente los tumores cuando se desarrollan. La cuestión es que, de forma natural, su número es insuficiente para frenar un carcinoma agresivo. En el laboratorio, tampoco se había conseguido aumentar y mantener eficazmente esa capacidad de respuesta. El propio Rosenberg lo había intentado con anterioridad, aislando pequeñas cantidades de células T de los tub La nueva estrategia fue Steven Rosenberg, con uno de sus pacientes, en una imagen de archivo mores de enfermos, también con melanoma. Esas células se multiplicaron en el laboratorio y se volvieron a reintroducir en los pacientes para que atacaran el tumor. Los resultados entonces fueron satisfactorios, aunque contaba con una gran limitación. Para que el tratamiento funcione se necesita una condición previa: que el sistema inmune del paciente sea activo frente al tumor, algo que ocurre en pocas ocasiones. Además resulta difícil identificar esas células T en cánceres diferentes al melanoma. Lo que el equipo del Instituto Nacional del Cáncer ha conseguido ahora es saltar ese obstáculo y lograr una estrategia válida para un mayor número de ABC enfermos. La nueva aproximación básicamente consiste en crear esas células combatientes de tumores a partir de linfocitos convencionales de la sangre de los pacientes. Enfermos con metástasis En el estudio publicado en Science detallan su experiencia con 17 pacientes con un melanoma muy agresivo. De su sangre periférica, se aislaron los linfocitos o células T convencionales. En el laboratorio, con sofisticadas técnicas de biología molecular se manipularon genéticamente para que transportaran un receptor proteínico con el que pudieran reconocer las células cancerosas y destruirlas. Las nuevas células inmunes, rearmadas, se inyectaron al torrente sanguíneo de los pacientes para reforzar sus sistemas inmunológicos. En dos de los 17 pacientes tratados, la estrategia funcionó a la perfección. Las nuevas células transfundidas se mantuvieron en niveles muy elevados, se redujeron los tumores notablemente y un año y medio después permanecían libres de la enfermedad. Uno de los enfermos, un varón de 52 años había probado previamente una vacuna experimental, altas dosis de quimioterapia, se le extirpó el nódulo linfático y, pese atodos los intentos, el cáncer se había extendido al hígado y había aparecido un tumor en la axila. Diecinueve meses después de la infusión de las células modificadas permanece libre de la enfermedad. En el segundo caso, la metástasis se había presentado en el pulmón; ahora ese paciente de 30 años estaba asintomático 18 meses después del tratamiento. En el resto de los participantes en el estudio, la terapia no funcionó aunque se comprobó cómo las células introducidas se mantuvieron durante al menos dos meses después. Tras demostrar que se pueden fabricar células asesinas contra el melanoma, los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer quieren probar su tratamiento frente a otros tipos de cáncer. Tenemos identificados recep-

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