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ABC MADRID 08-08-2006 página 12
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  • EdiciónABC, MADRID
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12 Nacional LA TRAGEDIA DE LOS INCENDIOS MARTES 8 8 2006 ABC Siete de cada diez incendios provocados obedecen a la quema agrícola o de pastos El 60 por ciento de los 18.000 siniestros que se producen al año en España son intencionados b Los fuegos para recalificaciones de terreno suponen un porcentaje insignificante de las causas, en contra de lo que piensa la mayoría de la población ALBERTO LARDIÉS MADRID. Llamas enormes y columnas de humo larguísimas que se pierden en la lejanía del cielo... las que han arrasado en los últimos días Galicia y Cataluña. Imágenes que se repiten cada año en España y que se reflejan en todos los ojos que las observan de cerca: tristes los de los lugareños que intentan reprimir su impotencia; preocupados los de los encargados de acabar con el fuego; arrepentidos los de algunos despistados cuya imprudencia es la causa de la tragedia; satisfechos los de esos que ven cumplido algún objetivo infame como vengarse de alguien o divertirse; y fascinados los de esos pirómanos cuya enfermedad les impulsa a provocar el espectáculo dantesco que están viendo. En España se producen cada año más de 18.000 incendios, de los que al menos un 60 son provocados, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. Así pues, gran cantidad de las miles de hectáreas calcinadas al año- -un total de 177.333 en 2005- -se queman por la acción de las manos del hombre y no por factores naturales como la meteorología. La mayor parte de los incendios provocados se deben a la quema agrícola o ganadera. Quemar rastrojos para enriquecer la tierra (40 por ciento) o quemar los matorrales para que salga antes el pasto para el ganado (34 por ciento) son prácticas habituales en nuestro país. Y es que en España existe desde hace miles de años una cultura del fuego que consiste en la utilización de las llamas como herramienta de trabajo según fuentes del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales (COITF) En este sentido, esas fuentes critican esta práctica tan arraigada y aseguran que, como alternativa, ya existen en algunas comunidades autónomas quemas controladas, con las que se obtienen grandes resultados aunque también afirman que las quemas controladas son una especie de mal menor, una solución transitoria. El vehículo quemado en el que el pasado fin de semana murieron calcinadas dos mujeres por el incendio de Cerdedo (Galicia) EFE Los incendios en España CAUSA DE LOS INCENDIOS 0 10 20 30 40 50 60 MOTIVACIONES DE LOS SINIESTROS PROVOCADOS POR EL HOMBRE Vandalismo 2,01 Intencionado Desconocida Reproducido Rayo Neglicencias Otras causas 59,2 %19,2 %1,1 Otros 6,14 Caza 4,48 informes sociológicos que se realizan sobre la percepción que tienen los españoles sobre las causas de incendios, la mayoría dice creer que las principales son las recalificaciones del terreno, los pirómanos y las empresas madereras, en ese orden; es decir, todo lo contrario a lo que dicen los datos reales. Así pues, la percepción de la población sobre por qué se queman tantas hectáreas cada año en España está llena de estereotipos. Quema agrícola 3,3 %13,9 40,01 Quema de pastos 34,54 Actos vandálicos Existen dos fenómenos preocupantes en cuanto a las causas de incendios. Casi un 13 del total de los incendios son provocados por los pirómanos, contra los que poco se puede hacer, dado que la piromanía es una patología. Y otro es el de los actos vandálicos, entre los que destaca, como dato anecdótico, la acción de jóvenes que causan un incendio sólo por presenciar, apostados desde algún lugar escondido, el espectáculo del dispositivo contra incendios, con helicópteros, aviones, retenes, voluntarios, Guardia Civil, policías, etcétera. Los factores clave para que el número de siniestros se reduzca son las campañas de educación ambiental, el tratamiento del monte y la investigación de causas. Con esas premisas, cada vez menos ojos tendrán que ver cómo se queman nuestros bosques y, con ellos, una parte de nosotros mismos. Pirómanos 2,7 12,82 Imprudencias Otras veces, las imprudencias como tirar una colilla, hacer un pequeño fuego en una zona inadecuada o no apagar bien una hoguera se convierten en un gran incendio forestal. El exceso de confianza hace que se vayan de las manos situaciones que se creían tener controladas, como le ocurre a un conductor que cree que controla cuando está bebido y acaba muerto en una cuneta. Y, como en el caso del tráfico, só- lo con las campañas de concienciación y con el aumento de sanciones- -eso es lo que aseguran diferentes expertos- -se podrán evitar situaciones como las del tristemente famoso incendio de Guadalajara del pasado año, en el que, responsabilidades políticas aparte, lo que era una barbacoa se transformó en una tragedia que acabó con la vida de 11 miembros de un retén. ¿Y qué ocurre con los incendios provocados de forma malintencionada? Habitualmente, unimos erróneamente en nuestro subsconsciente los conceptos de incendio y recalificación. Pensamos que una de las causas princi- pales de los incendios es la sinrazón de que unos pocos decidan quemar un bosque o un monte para, pasado el tiempo, obtener la correspondiente recalificación del terreno calcinado y, así, conseguir la proliferación de la boyante industria del ladrillo. Nada más lejos de la realidad, ya que, teniendo en cuenta los datos oficiales del Ministerio de Medio Ambiente, el número de incendios provocados para conseguir una ventaja de ese tipo es ínfimo. Además, diversas fuentes consultadas por ABC no dudan en calificar de tópico ese planteamiento. De hecho, en todas las encuestas o

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