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ABC MADRID 30-07-2006 página 11
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO 30 7 2006 La Entrevista 11 cialmente la inmigración ilegal- -buena o mala para la economía? Ni una cosa ni la otra responde. Pero es buena para la libertad. En principio, deberíamos tener una inmigración completamente abierta. Pero con el Estado del bienestar no es verdaderamente posible hacerlo. Ella es inmigrante añade, señalando a su mujer. Llegó justo antes de la Primera Guerra Mundial (Rose sonríe ligeramente: Tenía dos años Si no hubiera Estado del bienestar prosigue él, podría haber inmigración totalmente libre, porque cada uno sería responsable de sí mismo ¿Insinuaba que no se puede reformar la inmigración sin reformar la Seguridad Social? No, podemos reformar la inmigración, pero no se puede liberalizar del todo sin eliminar en gran medida el Estado del bienestar En este momento me opongo a la inmigración ilimitada. Pienso que buena parte de la oposición a la inmigración es de ese tipo; porque un dogma fundamental del punto de vista estadounidense es que la inmigración es buena, que Estados Unidos no existiría si no fuese por la inmigración. Por supuesto, en muchos aspectos, los inmigrantes lo tienen ahora mucho más fácil que antes... La presión de la inmigración ¿Quiere decir que ahora hay mucha menos presión para que se integren de la que había antes? Milton: No estoy seguro de que sea cierto... Rose (hablando al mismo tiempo) Eso es lo deplorable... Milton: Pero no creo que sea cierto... Rose: Yo pienso que sí. Ése es uno de los problemas, que llegan inmigrantes que quieren seguir siendo mexicanos Milton: Sí, pero en el pasado llegaban inmigrantes que querían seguir siendo italianos, y judíos... Rose: No, no es cierto. Los que querían eso regresaron a sus lugares de origen Empiezo a descubrir que a menudo la señora Friedman es la que tiene la última palabra. Con frecuencia en el caso de Milton Friedman, las cuestiones personales son inextricables de las corrientes históricas. ¿Cómo encajó, le pregunto, la gran oposición a sus opiniones dentro y fuera de la profesión económica durante buena parte de su carrera activa? ¿Y qué se siente al pasar de que a uno lo tachen de maligno en algunos sectores a ser reverenciado en todo el mundo? Milton (reprimiendo una risa) No creo que nunca se me haya considerado maligno Rose (aludiendo a las protestas que lo seguían a todas partes, en especial después de asesorar al régimen de Pinochet) Era muy difícil ir a las universidades... Milton: Recuerdo a un tipo que vino a verme a Harvard o a otro sitio... quería ver a ese diablo de Occidente Rose: Es probable que en Harvard aún piensen así Llegados a este punto, Friedman explica la historia del periodo de posguerra en Estados Unidos. En 1945- 1946, la opinión intelectual era casi completamente colectivista. Pero se practicaba el libre mercado. El Estado gastaba aproximadamente el 20- 25 por ciento de la renta nacional. Pero las ideas de la gente se decantaban por más administración pública. El Gobierno empezó a expandirse y expandirse y expan- dirse Se detiene, como si estuviera decidiendo si usar la palabra expandirse por cuarta vez, antes de seguir: Y el gasto público pasó del 20 al 40 por ciento de la renta nacional Pero lo que ocurría en la economía estaba provocando un movimiento opuesto en la opinión. La gente pudo ver, a medida que el Estado empezaba a regular cada vez más, los efectos perniciosos que tenía el que el Estado se involucrara. Y la opinión intelectual empezó a pasarse del socialismo al capitalismo. Eso, en mi opinión, fue lo que permitió que Ronald Reagan saliera elegido en 1980 Señalo, a este respecto, que también Friedman influyó en este cambio de opinión. Se muestra, como es habitual en él, reacio a atribuirse cualquier mérito. Pienso que tenemos tendencia a atribuir demasiada importancia a nuestras palabras. La gente veía lo que estaba ocurriendo. No habrían leído mis columnas en Newsweek, ni mis libros, si los hechos sobre el terreno no hubieran sido los que eran (Rose: ¡Vamos, no seas tan modesto! ¿Le decepciona que el Gobierno de Bush haya sido incapaz de reducir el gasto? Sí contesta. Pero retrocedamos un momento. En los años noventa, teníamos la mejor combinación para reducir el gasto. Un demócrata en la Casa Blanca y los republicanos controlando el Congreso. Eso es lo que produjo los excedentes al final de la era de Clinton, y durante todo ese periodo se produjo una tendencia a la reducción del gasto. Entonces entraron los republicanos, que habían estado en el desierto, y tenemos una explosión del gasto en el primer mandato de Bush. Y él se niega a vetar nada, así que no influye para nada en la disminución del gasto. En 2008, es muy posible que tengamos un presidente demócrata (Rose, cortante: ¡Dios no lo quiera! y si podemos mantener una Cámara de Representantes y un Senado republicanos, volveremos a una combinación que recortará el gasto Al llegar a este punto cambia de tema. Lo que realmente ha matado al Partido Republicano no es el gasto, sino Irak. Lo cierto es que yo me opuse a la guerra de Irak desde el principio. Pienso que fue un error, por la simple razón de que no creo que Estados Unidos deba involucrarse en una agresión La señora Friedman- -escuchando a su esposo con la cabeza ladeada- -murmura algo por lo bajo. Milton: ¿Eh? ¿Qué? Rose: ¡No ha sido una agresión! Milton (exasperado) Fue una agresión. ¡Por supuesto que lo fue! Rose: Se considera agresión si es contra el pueblo, no contra el monstruo que lo gobierna. No estamos de acuerdo. Es lo primero que se nos presenta en la vida en lo que no coincidimos. Obviamente, hemos tenido desacuerdos sobre cosas pequeñas- -como que yo no quiera salir a cenar y él sí- pero en lo que se refiere a las cuestiones importantes, ésta es la primera vez Milton: Pero, dicho eso, después de meternos en Irak, me parece muy importante que la empresa salga bien Rose: ¡Y saldrá! Como se habrán dado cuenta, la señora Friedman dice la última palabra. The Wall Street Journal 2006 Dow Jones Company, inc. El Nobel de Economía, junto a su esposa Rose y el presidente Bush, en un homenaje institucional celebrado por su noventa cumpleaños, en 2002 AFP

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