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ABC MADRID 12-07-2006 página 72
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ABC MADRID 12-07-2006 página 72

  • EdiciónABC, MADRID
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72 MIÉRCOLES 12 7 2006 ABC FIRMAS EN ABC prado? ¿De prudente a cobarde? Siempre el límite que no supiste ver. La respuesta es idéntica para todas las preguntas: primero, uno mismo; uno por delante de todos y de todo. También de los principios. Cuando tus principios se vuelven contra ti- -y si te obstinas, siempre acaba ocurriendo- tienes que cambiar de principios. Si ser honrado te perjudica en cualquier sentido, empezando por la salud de tu economía, entonces deja de ser quisquilloso con tu honradez. Si hablar te hace daño, cállate aunque tengas razón. Hay un límite a la hora de poner en práctica tus ideales; cuando se rebasa ese límite, terminas en el barro, tú y tus ideales. Así funciona esto. Es la vida, y trae libro de instrucciones. Sólo hay que saber leerlo. Ahora, compañero, yaces ahí, en el fondo del pozo adonde fueron a parar todos los gozos de tanta gente como tú: soñadores papamoscas, usufructuarios de la añeja honradez, diletantes trasnochados de la sinceridad... gilipuertas emperrados en no crecer nunca. Ahora, colega, cómete esos lodos; ahógate en tus propios espesos ideales mientras el mundo se ríe de ti- -quiero decir, nos reímos de ti- aunque, eso sí, cálida y discretamente. ¿Ves ahora las lágrimas que todos te dedicamos? ¿Oyes el aplauso emocionado de quienes te admiramos tanto y te tuvimos en tan alta estima que nos reconocimos incapaces de ser rebeldes como tú? Por eso ni siquiera lo intentamos. Lo nuestro- -pobres débiles mortales- -es sucumbir a la tentación y buscarnos la vida que tú despreciabas: el éxito, el dinero, el poder... Sigue tú luchando con tu rebeldía sin límites desde el pozo de los desfondados. Un sentido abrazo de este profundo admirador tuyo, mi entrañable mamarracho. JORGE MÁRQUEZ ESCRITOR MI ENTRAÑABLE MAMARRACHO Si ser honrado te perjudica en cualquier sentido, empezando por la salud de tu economía, entonces deja de ser quisquilloso con tu honradez. Si hablar te hace daño, cállate aunque tengas razón... I estúpido y sin embargo o por eso mismo dilecto amigo... No he querido escribirte unas palabras hasta asegurarme de que habías terminado de caer, hasta convencerme de que mordías ya el fondo barroso y oscuro de ese pozo adonde, más tarde o más temprano, vais a parar todos los tontos. No te olvides de descansar en paz cuando puedas. Pero mientras llega ese momento, cuéntame. ¿Qué tal se siente uno ahí, rodeado de cadáveres que murieron con la boca abierta reclamando a gritos igualdad, solidaridad, honradez y otras grandes palabras? ¿Qué te parece la risa congelada de las nobles calaveras que llegaron a creerse el triunfo de sus ideales? ¿Y esos ojos vacíos mirando tu cara de idiota, muertos de risa porque también tú llegaste a creértelo todo y hasta lo esgrimías apasionado ante ellos, que cabeceaban dándote la razón mientras pensaban en el siguiente paso de su carrera hacia el éxi- M to? ¿Qué me dices ahora, so pedazo de idiota, del valor de los límites, del saber callar a tiempo, del sentido de la oportunidad? ¿Qué más te daba a ti morderte la lengua, como han sabido hacer tantos otros más listos que tú; decir que sí aunque por dentro pienses que no; dejar de darle vueltas a la vida, que se te va pasando al tiempo que arrastras la conciencia por la arena de la duda, sin llegar a ver nunca la luz de la buena vida que otros tan inteligentemente descubrieron hace ya mucho tiempo, y servirte de ella para buscar un buen rincón donde envejecer? ¿En qué momento llegaste a creerte quién o qué cosa, tonto de babas? Qué pena. Al fin y al cabo eras un buen tío. Pero, eso sí, cabezón y altanero como tú solo. No sirvieron de nada los consejos que te dábamos todos tus amigos. Deja de volar y atorníllate a una buena silla. Hay una edad para ser idealista y otra para ser pragmático. ¿Te crees que puedes cambiar ni siquiera el más pequeño rincón del mundo? ¿Sabes lo que es el adanismo? pensar que la vida empieza con uno mismo. Pájaro callado no llama a cazadores. No seas arrogante, no seas petulante, no seas indiscreto, no seas, no seas... Mil veces te dijimos que no fueras. Pero fuiste. Y no supiste volver. Ni siquiera parar. A cambio, tú seguías preguntando, preguntándote, preguntándoles desde tu asfixiante inmodestia: ¿en qué momento pasa uno de idealista a estúpido? (buena pregunta para que la hubieras respondido tú, mejor que nadie) ¿Y de honrado a gilipollas? ¿Y de práctico a baboso? ¿Y de inteligente a vendido? ¿De sincero a grosero? ¿De héroe a kamikaze? ¿De gentil a servil? ¿De silencioso a silenciado? ¿De pagado a com- JOSÉ AGUILAR ESCRITOR LA ESTRELLA DE SARA ACE poco tuve la oportunidad de compartir con nuestra Saritísima unos días de descanso en la localidad malagueña de Benalmádena. A la manchega más universal le entregaron la estrella Costa del Sol por su exitosa trayectoria en el cine y en la música. En esta ocasión Sara estaba acompañada de la actriz Cari Antón, que estuvo pendiente de cuidarla en todo momento como ella se merece. Una vez más pude comprobar la extraordinaria vitalidad de esta gran mujer que es Antonia, y de lo poco que tiene que ver con las personas de su generación. No debemos olvidar que, aunque parezca imposible, Sarita está cerca de los ochenta, aunque nos haga creer a todos que tiene veinte menos al conservar la belleza que un día la catapultó a Hollywood, y que hizo suspirar al más frío de los mortales. Lo de Antonia es absolutamente insólito. Todas las personas que allí es- H tábamos no dejábamos de preguntarnos dónde reside el motor de su energía. Nadie conocía la respuesta. Lo único que podíamos comprobar es que daban las cinco de la madrugada y que ella continuaba como si tal cosa, fumando los puros que se han hecho sus amigos inseparables desde que Hemingway la enseñara a fumarlos cuando apenas era una adolescente. Toda una lección de pasión por la vida para los que crean que el paso del tiempo decapita cualquier ilusión. Allí está ella para demostrar lo contrario, comiéndose el mundo a pedacitos y hablando de los proyectos de su hijo Zeus como cantante. Y es que Sara, antes de artista, es persona y madre. Cualquiera que haya tenido la oportunidad de conocerla sabe que es una persona sencilla, atenta, generosa, muy generosa con sus amigos y con todos los que se acercan constantemente para pedirle una fotografía, un autó- grafo, o para que hable por teléfono con una madre a la que le haría mucha ilusión escucharla... Saritísima siempre es grande porque sonríe de la misma forma al camarero que al presidente de cualquier república onírica... Todos seguimos soñando con aquel último cuplé que nos permitió respirar profundo en una España que no hacía demasiadas concesiones. Hoy Sara realiza un ejercicio de humildad al no mencionar, salvo que le pregunten, ese pasado afrodisíaco para cualquier persona. Unos años en los que tenía a sus pies a Gary Cooper, Mario Lanza, Burt Lancaster, Alfred Hitchcock o James Dean, por mencionar sólo algunos. Una española que, procediendo de una familia de escasos recursos económicos de Campo de Criptana, llegó a cobrar un millón Cualquiera que haya tenido la oportunidad de conocerla sabe que es una persona sencilla, atenta, generosa, muy generosa con sus amigos de dólares por sus películas. Todo esto, unido a su bagaje junto a intelectuales como León Felipe, Severo Ochoa o Dalí, la ha convertido en lo que es hoy, una gran estrella que brilla con luz propia a pesar de que algunos intenten desmitificarla y colocarla en un lugar inadecuado para su categoría. Ella sí que es grande por no reivindicar en ningún momento su grandeza. Deberíamos, de una vez por todas, en esta España nuestra, saber cuidar a nuestros mitos vivientes y tener en cuenta, antes de emitir ninguna valoración estridente, la trayectoria profesional y personal de los que como Sara han paseado el nombre de España por las mieles del éxito. En la retina del cine nunca morirán los fotogramas de La violetera Noches de Casablanca La bella Lola o Cárcel de mujeres donde Sara demostraba su capacidad para hacerse inmortal a través de la pantalla. Esa ha sido su vida, una eterna lucha contra el destino alimentada por el deseo de éxito y superación que siempre ha tenido nuestra fascinante amiga. La Sara rebelde y libre que luchaba contra las normas sociales del mundo opresor en el que le tocó vivir continúa su lucha por encontrar la verdad de su propia existencia.

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