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ABC MADRID 04-05-2006 página 60
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  • EdiciónABC, MADRID
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60 Cultura JUEVES 4 5 2006 ABC LA HISTORIA DE ESPAÑA, NOVELA A NOVELA En la imagen, estado actual de las ruinas de Numancia, con una casa celtibérica en primer plano, totalmente reconstruida, y al fondo una casa romana El autor realiza una bella presentación de lo que fue y es hoy en día esta ciudad celtibérica. Para conocer en detalle su historia, ABC ofrecerá en su tercera entrega de la colección de novela histórica Numancia de José Luis Corral, el 21 de mayo por 1,99 euros ¿Qué fue de Numancia... TEXTO: ALFREDO JIMENO DIRECTOR DEL PLAN ARQUEOLÓGICO DE NUMANCIA. UNIV. COMPLUTENSE FOTOS: GONZALO CRUZ MADRID. Las ciudades como Numancia aparecen en un momento avanzado de la cultura celtibérica (siglo III- II a. C. que se extiende, desde la margen derecha del río Ebro, ocupando las cabeceras de los ríos Duero y Tajo. Esta cultura se inicia, a partir del siglo VI a. C. en pequeños poblados fuertemente defendidos, de tipo castreño, dispuestos en los rebordes montañosos, o en aldeas, en las zonas bajas. A partir del siglo IV a. C. se observa una tendencia a la complejidad y jerarquización social, que terminará con el desarrollo urbano y la aparición de la escritura, poco antes de la conquista romana. Numancia fue fundada por los arévacos, la tribu más poderosa de los celtíberos, en el cerro de la Muela (Garray, Soria) lugar estratégico y vado, donde confluyen los caminos que comunican el valle del Ebro con el Alto Duero, facilitando el acceso al resto de la Meseta. La ciudad rodeó sus ocho hectáreas con una potente muralla, reforzada con torreones y atravesada por cuatro puertas bien defendidas. Agruparon sus casas en manzanas y para protegerse del viento frío trazaron un mayor número de calles en dirección este- oeste, uniendo sus tramos escalonadamente para cortar el aire. Las casas, de planta rectangular (unos doce metros de largo) estaban compartimentadas en tres estancias, recrecidas con postes de madera y adobes y techadas con paja de centeno. La habitación central era el lugar de reunión familiar, en torno al hogar, donde comían y dormían; se usaba la estancia posterior como despensa y la delantera para actividades artesanales, donde se abría una trampilla para acceder a una estancia subterránea, para conservar los alimentos. Aunque su riqueza era la ganadería, el análisis de los restos humanos del cementerio y de los molinos de mano indica una dieta con escaso consumo de carne y rica en vegetales, con predominio de frutos secos, como nueces y bellotas, que, junto con la caza, completaban la cosecha de cereal, con el que hacían la caelia o cerveza, de sabor áspero y calor embriagador. Veinte años de lucha Los celtíberos, encabezados por Numancia, mantuvieron una dura y larga resistencia de veinte años contra los romanos, las Guerras Celtibéricas (153 a 133 a. C. que obligaron a Roma a trasladar el inicio de su año oficial al 1 de enero, para que los cónsules llegaran a la Celtiberia con tiempo para hacer la guerra, condicionando así el comienzo de nuestro año actual. Roma tuvo que enviar, finalmente, al más famoso de sus generales, Publio Cornelio Escipión, que había destruido la ciudad de Cartago (146 a. C. Éste cercó Numancia, disponiendo siete campamentos en los cerros próximos, uniéndolos con un sólido muro de nue- Dama oferente celtibérica Gracias a los trabajos arqueológicos, hoy se pueden visualizar la ciudad celtibérica y la romana, más moderna ve kilómetros de perímetro, defendido por delante, y disponiendo dos fortines en el punto de encuentro de los ríos Merdancho y Tera con el Duero, para controlar sus aguas. Después de once meses de asedio la ciudad cayó por inanición, en el 133 a. C. Es Apiano quien transmite la información, diciendo que convenida la rendición los que tal decidieron se tomaron la muerte cada uno a su manera. Los restantes acudieron en el tercer día al lugar designado por Escipión. La ciudad fue arrasada, destruida de raíz dice Cicerón, y repartido su territorio entre los pueblos indígenas que le habían ayudado a conquistarla. Esta gesta y lucha por la libertad de un pueblo impresionó tanto a los escritores romanos, que se sintieron conquistados por la actitud de los numantinos y llevaron hasta la exaltación su heroísmo, proporcionándole una dimensión universal. Los trabajos arqueológicos y la presentación didáctica, realizada en los últimos años, permiten visualizar la posición de los campamentos del cerco de Escipión, contemplar la trama urbanística de las dos ciudades superpuestas: una inferior, de época celtibérica, y otra superior, de época romana; la reconstrucción de dos casas, una de cada ciudad; y la recuperación de varios tramos de la muralla celtibérica, uno de ellos con una de las puertas de acceso y sus torres de defensa.

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