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ABC MADRID 27-12-2005 página 28
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ABC MADRID 27-12-2005 página 28

  • EdiciónABC, MADRID
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28 Internacional CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DE IRAK MARTES 27 12 2005 ABC Hay controles del Ejército de EE. UU. de la Policía kurda, de las fuerzas iraquíes... y de los secuestradores tinos de gasolina, que trabajan con la complicidad de las autoridades kurdas (que mantienen cierto control sobre Mosul) e iraquíes, y de neumáticos quemados para paliar el intenso frío del invierno en esta zona del mundo. A medida que nos vamos aproximando a Mosul, los controles policiales se suceden. Los hay de cuatro tipos: del Ejército norteamericano, de la Policía kurda, de los servicios de seguridad iraquíes y los citados falsos controles de los secuestradores. Una vez en Mosul, supimos que habíamos pasado por uno de estos últimos, pero tanto el padre Ángel como Sergio no fueron vistos. Entrando en Mosul, la comitiva para junto a un puesto de frutas. Al rato, una patrulla del Ejército iraquí se acerca con sus kalashnikov en ristre. Tienen miedo, piensan que somos espías de los norteamericanos que les están vigilando. Nos preguntan por qué les sacamos fotografías. A Wallid no le cuesta convencerles de que somos cooperantes de una ONG. Un minuto de conversación y una ristra de plátanos soluciona el problema, en incluso acceden a posar con nosotros. Con el Ejército norteamericano todo es más complicado, y entonces hay que decir que somos periodistas de España y que venimos a entrevistarnos con el obispo de Mosul, Faraj Rahho (quien no cae nada bien a EE. UU, pero al menos es una autoridad conocida) Cuando una tanqueta entra en la autopista, todos los coches frenan en seco. Existe una prohibición de no acercarse a más de 300 metros de la patrulla, que tiene la potestad de disparar antes de preguntar. Es Nochebuena y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha visitado por sorpresa a las tropas, con lo que la seguridad se ha redoblado. Decenas de casquillos de bala se extendían ayer junto a un puesto de control militar atacado en la localidad de Buhriz AP Alcanzar Mosul por carretera es uno de los ejercicios más peligrosos que se pueden realizar en Irak si eres occidental. En los últimos meses, varias decenas de extranjeros han sido secuestrados y asesinados en la autopista que une Erbil con Bagdad Viaje por la ruta de los secuestros JESÚS BASTANTE. ENVIADO ESPECIAL MOSUL (IRAK) Rahwid para en seco el vehículo nada más pasar el puente que separa la región de Erbil de la de Mosul. No está dispuesto a seguir si Sergio no se cambia de coche y viaja escondido tras las lunas tintadas. Sergio es un cooperante valenciano de Mensajeros de la Paz, rubio y con ojos azules, que a diferencia del autor de estas líneas jamás pasaría por árabe. Llama demasiado la atención comenta Wallid, nuestro traductor, quien horas antes había tratado en vano de convencer al padre Ángel para que no recorriéramos los 80 kilómetros que separan Erbil de Mosul. Apenas unos días antes, varios cooperantes extranjeros habían desaparecido en la denominada autopista de los secuestros más de medio centenar en los últimos meses. Nuestra comitiva ya había sufrido un amago de ataque en la capital del Kurdistán el pasado 23 de diciembre. Tras aparecer en televisión junto al ministro de Sanidad turco, diversos grupos radicales estaban buscando al presidente de Mensajeros de la Paz para darle un susto trata de suavizar Wallid. En realidad, esa misma mañana se produjo un tiroteo junto a un monasterio cercano a Erbil, poco antes de que pasáramos por allí. Ya saben que el padre Ángel ha venido a Irak, y que irá a Mosul, por eso no deberíamos estar en esta carretera señala nuestro traductor. La comitiva se ha dividido en dos coches, que tratan de mantenerse a cierta distancia para no llamar la atención. En el primero, viajamos Wallid, Rahwid y yo. En el segundo, el padre Ángel, Sergio y un alto responsable de seguridad del Gobierno iraquí, que ha viajado desde Bagdad sólo para asegurarse de que todo marcha en orden. Todos van armados, y se respira tensión durante la hora que dura el trayecto. Manual del secuestrador Rahwid ya ha pasado por situaciones parecidas. Hay chicos apostados en los semáforos, al pie de las carreteras, en bici... Cuando ven a un extranjero, o a alguien sospechoso, se comunican con sus compañeros por el móvil y en cinco minutos se monta un falso control policial. Te paran, te obligan a salir del coche, te cachean, te introducen en otro vehículo y adiós relata. Toda una red de secuestradores especializada, cuyo radio de influencia se prolonga por los poblados cercanos a Mosul y llega hasta la propia Bagdad, y que puede montar y desmontar un falso puesto de control en apenas cinco minutos. Otra fórmula consiste en cerrar el paso al vehículo, colocando dos coches, uno delante y otro detrás. Para evitarlo, Rahwid vuela a más de 160 kilómetros por hora en una carretera repleta de agujeros causados por las bombas y en las que hay que frenar en seco porque los burros y los rebaños de ovejas no entienden de secuestros. Un golpe seco con uno de estos animales a tal velocidad sería definitivo. Durante todo el trayecto, a ambos lados de la carretera se apostan vendedores clandes- Alambradas y trincheras En las calles permanecen en pie alambradas y trincheras, y pese a que no son más que las diez de la mañana, casi nadie camina por las aceras. Los hoteles de Mosul- -en realidad, los de todo Irak- -se han convertido en auténticas fortalezas valladas y protegidas por tanquetas y vigilantes armados. En las paredes, escrito en árabe, varias llamadas al combate contra los infieles vuelven a hacerte un nudo en la garganta, pero afortunadamente el viaje concluye sin mayores problemas. Sin embargo, esta vez sí, Wallid convence al padre Ángel para no pasar la noche en Mosul, ya saben que estamos aquí. En Erbil estuvieron cerca, y no les vamos a dar más facilidades El presidente de Mensajeros de la Paz, muy a su pesar, tiene que transigir. Eso sí, la vuelta a Erbil la hacemos por otra carretera, dejando de lado la autopista de los secuestros. La llegada al hotel es recibida como un regalo de Navidad, pese a que son las siete de la tarde, es noche cerrada y, como es habitual, se ha cortado la luz y el agua.

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