ABC MADRID 25-11-2005 página 58
- EdiciónABC, MADRID
- Página58
- Fecha de publicación25/11/2005
- ID0004942000
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58 Sociedad VIERNES 25 11 2005 ABC Ciencia Estación europea EPICA de investigación de la Antártida El nivel actual de CO 2 en la atmósfera es el más elevado de los últimos 650.000 años Hoy, este gas es un 27 más abundante que en ningún otro momento de este periodo obtenidas a 3.270 metros de profundidad permitirán obtener datos más antiguos que los 390.000 años que eran posibles hasta ahora JOSÉ MANUEL NIEVES MADRID. La necesidad aguza el ingenio, y si no que se lo digan a los primeros climatólogos que tuvieron la idea (genial, por otra parte) de interrogar al hielo sobre las condiciones meteorológicas del pasado. Hartos de preguntarse hasta qué punto son naturales y hasta qué punto provocadas por el hombre las condiciones climáticas de la actualidad, los científicos se han encontrado siempre con el mismo problema: se puede obtener prácticamente cualquier dato del presente, pero no se pueden comparar esos datos con otros momentos de la historia de nuestro planeta. Y eso por la sencilla razón de que b Nuevas muestras de hielo Muestra tomada a 2.874 metros carbono o cuánto metano contenía el aire de hace cientos de miles de años. Datos que resultan en extremo valiosos, por ejemplo, para determinar la presencia y la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Los científicos, entonces, para acceder a este auténtico tesoro de información, no tienen más que extraer ese hielo, determinar su antigüedad y estudiar la composición de las burbujas de aire para cada periodo. Cuanto más se consiga profundizar, más atrás se podrá viajar en el tiempo. El hielo se extrae en forma de cilindros que se sacan como si se tratara del corcho de una botella, gracias al uso de potentes máquinas perforadoras. en el pasado no había nadie para medirlos. Pero entonces surgió la idea: en las regiones polares, donde es difícil que se derrita, la nieve se va acumulando, al caer, en capas que se superponen las unas sobre las otras. El peso va comprimiendo la nieve que queda más abajo, que poco a poco pierde su esponjosidad y se va conviertiendo en hielo sólido. Ese manto helado, formado por capas sucesivas de nieve solidificada puede alcanzar, en la Antártida, varios kilómetros de espesor. Además, las formas caprichosas e irregulares de los copos de nieve hacen que estos no encajen perfectamente entre sí, sino que dejan huecos entre ellos. Pequeñas burbujas de aire que, milagro, conservan intacta la información atmosférica del momento en que se formaron. Y he aquí cómo los hielos polares se convierten en auténticas ventanas al pasado. Pequeñas máquinas del tiempo que pueden decirnos, por ejemplo, cuánto dióxido de A más de tres mil metros Hasta el momento, las muestras más antiguas obtenidas correspondían a hace 390.000 años. Pero dos artículos publicados hoy en Science explican cómo a este registro se ha conseguido añadir ahora un tiempo extra de más de 200.000 años. Las muestras se obtuvieron a una profundidad de 3.270 metros, lo que nos permitirá medir, a partir de ahora, la composición de la atmósfera en cualquier momento de los últimos 650.000 años. Entre otros datos de interés, los científicos del proyecto Epica, que aplica este método en la Antártida desde el año 1996, han descubierto que los niveles atmosféricos de dióxido de carbono son hoy hasta un 27 más elevados que los más altos registrados durante los últimos 650.000 años, lo cual demuestra que los seres humanos han cambiado la concentración de este y de otros gases mucho más rápidamente de lo que se pensaba hasta ahora. Burbujas de aire en el hielo Proyecto EPICA EPICA es un proyecto multinacional europeo de perforación en la Antártida para obtener muestras de hielo que permitan estudiar el pasado y comparar con el presente los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La Estación Concordia donde se realizan las perforaciones, fue instalada en una zona especialmente adecuada del continente blanco, a 3.233 metros sobre el nivel del mar. Inicialmente, el proyecto iba a durar cinco años, desde enero de 1996 a diciembre de 2000. Sin embargo, su duración se duplicó en una segunda fase, que ahora termina, entre enero de 2001 y diciembre de 2005