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Los sábados de ABC
SÁBADO 19 11 2005
ABC
RIADS EN FEZ
Medersa. Esta escuela coránica fue fundada por la dinastía de los Merinides en el siglo XIV
Curtidores. Primero, se lava la piel con agua y sal;
luego se separa la lana con cal vida, y, al cabo, se entinta
Cerámica. En el barrio de los alfareros, los artesanos
trabajan en directo. El azul es el color de Fez
(Viene de la página anterior)
Bleue data de 1997. Era la casa del abuelo de Mehdi el Abbadi, que esta noche se sienta a hacer memoria delante de un cuscús elaborado según una receta del siglo XIII, con un pelín de azúcar en el momento de servirlo. La gastronomía- -el pollo con mermelada o el hojaldre con crema de leche- -es el sello de identidad de La Maison Bleue uno de los riads que han aprovechado sus bucólicos patios para incluir el servicio de restaurante en su oferta. En esta casa- -explica- -tenemos seis habitaciones, pero acabamos de inaugurar un nuevo riad con todo tipo de comodidades para los clientes. Estamos convencidos de que hay un público apasionado por estos alojamientos. La prueba es que ahora, en noviembre, temporada baja, estamos al completo
Dar El Ghalia, uno de los riads que se encuentran dentro de la medina; hay que llegar con guía
Laberinto medieval
Muchos de los riads de Fez se hallan en Ziat Batha, dicen que el barrio rico por excelencia de la ciudad, junto a la Medina pero en el exterior, entre otras cosas porque, entre las callejuelas del laberinto medieval es difícil localizar casas del tamaño adecuado. En realidad, tiene mérito encontrar cualquier cosa si tenemos en cuenta lo que nos dice Tazi Chellal Abdelali, guía de turismo: Yo me he perdido muchas veces cuando era pequeño, algo habitual porque estamos en un mar de trece mil calles y callejuelas, veintidós mil casas, cinco mil cuatrocientas tiendas... La primera ciudad imperial de Marruecos, que empezó a construir Mulay Idriss II en el siglo IX, desborda bullicio, vida tradicional. Atika Hmid lleva sólo diez meses en Fez al frente del recién inaugurado Le Palais d Hôtes La casa fue comprada y rehabilitada por un promotor de turismo con varios establecimientos en su carte-
Le Palais: la piscina está climatiza
ra de negocios, aunque puede que éste sea el más singular y lujoso. La piscina que ocupa uno de los patios tiene el agua caliente, para utilizarla en el invierno cálido del Magreb, y a su lado se ha dejado espacio para una sauna y un hammam, baño tradicional árabe. Le Palais tiene quince habitaciones, biblioteca con acceso a internet, un pequeño gimnasio y un solarium con toda la ciudad a los pies, un paisaje de barro en tonos ocres y blancos que funciona a modo de imán: cuesta trabajo apartar la mirada. En Marrakech, estas casonas históricas han sido compradas sobre todo por ciudada-
Maison Bleue: su cocina es excelente
La moda empezó en Marrakech, donde los riads se cuentan por cientos. Ahora llega a Fez, junto a su bellísima medina
nos franceses. Se cuentan por cientos, un éxito abrumador que ha transformado la ciudad. En Fez, en cambio, la mayoría de los riads siguen en manos de marroquíes. Aun-
que hay excepciones, desde luego. Una de ellas, española. Ángeles Urtiaga, madrileña, y su marido, cordobés, compraron hace cinco años una casa en Fez. Somos dos enamorados de Marruecos- -afirma- y hacía un tiempo que buscábamos algo así. Marrakech se ha puesto imposible, demasiado cara, así que buscamos aquí, en la medina más tradicional del país. Y encontramos lo que fue la segunda residencia de un gobernador, en muy buenas condiciones; apenas necesitó unas pequeñas reparaciones Dice Ángeles que hace cuatro años, cuando inauguraron la casa, Dar Córdoba nadie
en España sabía lo que era un riad. Ahora las cosas están cambiando en parte debido al impulso de personas como ella o como Jurgen Moller, alemán, antiguo cazatalentos en una empresa de París. Era uno de esos ejecutivos que viven con la corbata en el cuello y el ordenador en la maleta. Su mujer, Pauline, francesa, trabajaba como documentalista. Hace tres años descubrieron estos pequeños hoteles, y empezaron a darle vueltas al sueño. Un día apareció Pauline con los billetes de avión ya comprados- -dice Jurgen- En seguida llamé a un amigo de Fez para que nos buscara una casa, y así llegamos aquí,