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ABC MADRID 13-11-2005 página 10
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ABC MADRID 13-11-2005 página 10

  • EdiciónABC, MADRID
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10 La Entrevista DOMINGO 13 11 2005 ABC ANDRÉ GLUCKSMANN Filósofo, autor de El discurso del odio Chirac y los sindicatos franceses tienen igual mentalidad destructora que los incendiarios ¿Cuál es su análisis de la crisis? -Durante diez días, he intentado comprender qué estaba ocurriendo. Me preguntaba si había algo nuevo, algo distinto a lo ya conocido desde hace treinta o cuarenta años. De Vaux- enVelin, en Francia, a Brighton, en Inglaterra, o Los Ángeles, en California, se ha hablado mucho de disturbios suburbanos. Hay mucho de todo eso en los disturbios franceses. ¿Hay algo de nuevo en Francia, hoy? He intentado pensar qué hay de nuevo. ¿Y qué hay de nuevo en la gran tradición francesa e internacional de los disturbios suburbanos? -De entrada, un dato cuantitativo: nunca se habían quemado tantos coches en tan pocas noches. El año pasado se quemaron en toda Francia unos 28.000 automóviles. En días pasados se han llegado a quemar varios millares en una sola noche. Para explicar esa evolución cuantitativa puede hablarse de la influencia perversa de la televisión. Pero hay otra evolución cualitativa, que me parece mucho más importante. La gran novedad de esta crisis es prender fuego a un automóvil, o un autobús, con pasajeros dentro. Esa quizá sea una gran novedad cualitativa. Un salto hacia adelante en la crueldad y la insensibilidad. -La brutalidad criminal es muy antigua. -Sin duda. Aceptar el riesgo, asumir esa acción, buscar la oportunidad para consumar un crimen de tales proporciones, quemar a alguien, dentro de un autobús ardiendo, es una evolución espantosa. Recuerde que, en esta crisis, se han multiplicado los crímenes de este tipo. Uno o varios jóvenes han buscado a un anciano, un vecino del barrio, para matarlo a puñetazos y acabarlo a pedradas. Detener un autobús, prenderle fuego y contemplar riéndose cómo las gentes arden dentro del autobús, eso es algo que me parece nuevo. Y ha ocurrido en la región parisina, con un dato agravante: se trataba de una anciana que apenas podía caminar. Cogieron a la anciana, la rociaron de gasolina, y le prendieron fuego. La mujer solo pudo salvarse, gracias a la intervención de un chófer, que estaba ardiendo él mismo. Se trata de una nueva forma de crueldad. Hay otros síntomas... En una vieja ciudad obrera, en Cleón, a las puertas de una gran factoría de automóviles, se obligó a la conductora de un autobús a subir a su asiento para recoger la caja que debía entregar a los incendiarios. Un fotógrafo aficionado fue linchado a patadas, delante de su esposa. ¿De verdad ve usted algo realmente nuevo en esos comportamientos criminales? El intelectual galo concede a ABC su primera entrevista dedicada a diseccionar los orígenes y consecuencias de la violenta crisis de los suburbios en Francia TEXTO. JUAN PEDRO QUIÑONERO FOTOS: SIGEFREDO -Veo dos cosas. Hay una voluntad de matar. Matar con eficacia. Matar sin ningún pretexto ni justificación. Y, a continuación, entre los violentos, entre los agitadores, ninguno ha considerado oportuno ni comentar, ni criticas, ni salir al paso, ni justificar esos crímenes gratuitos y odiosos. Ningún incendiario ha dicho... bueno... hay que quemar autobuses, pero no sé si con viajeros dentro... No. Entre los incendiarios hay un consenso en esa violencia ciega, absoluta. Esos incendios de seres humanos son reveladores de lo que pasa en el cerebro de los nuevos incendiarios. Ese es el salto cualitativo al que me refiero. ¿Y... -De entrada, otro dato: los incendios y las destrucciones se dirigen contra las condiciones de vida propias y del vecindario. Hay un ángulo autodestructor y suicida. Los violentos han destruido coches, casas, escuelas, piscinas, centros deportivos, las tiendas, las pequeñas y medianas empresas de los barrios donde ellos mismos viven. Todo debe arder, para ellos. Sin que los incendiarios discutan entre sí: hay consenso entre ellos. De alguna manera, la primera intención de los incendiarios está siendo destruir el mundo donde ellos mismos viven. Un comportamiento perfectamente suicida. Son parados que prenden fuego a los espacios donde todavía será más difícil en- MOTIVOS En los suburbios parisinos se mata sin otro motivo que el odio contra todo, sin objeto ni pretexto ninguno AFIRMACIÓN NACIONAL Soy fuerte cuando consigo hacer daño al vecino, dicen los franceses. Es la actitud de Chirac en la UE OPERACIÓN POLÍTICA El presidente y Villepin intentaron una operación para explotar la crisis a fin de acabar con Sarkozy contrar trabajo. Se trata de suburbios difíciles que ellos mismos hacen más difíciles y peligrosos. Es el comportamiento de una perversa y criminal Alicia en el País de las Maravillas, transformada en incendiaria: Alicia en el País de las Pesadillas, que cruza el espejo donde vive para destruir y hacer más invivible el pozo negro donde llevan esa vida. ¿Qué consecuencia saca usted de esa pesadilla salvaje, autodestruc- Guía en los grandes conflictos El francés André Glucksmann es uno de los pensadores europeos más influyentes de nuestro tiempo. De La cocinera y el devorador de hombres (1975) cuando iniciaba una revisión devastadora del marxismo y la antigua URSS, hasta Dostoievski en Manhattan (2002) donde analizaba las raíces nihilistas del terrorismo contemporáneo, su obra y su acción cívica jalonan todos los grandes conflictos políticos y morales. Ha abordado la ayuda a los boat people vietnamitas el apoyo a los disidentes soviéticos, el hundimiento de la antigua URSS, el consecuente combate por la libertad en los jirones del antiguo imperio comunista... Su obra denuncia también el cinismo y la complicidad moral de las democracias con los regímenes tiránicos y las amenazas de muy diversa naturaleza contra los estados democráticos dentro y fuera de sus fronteras. Defensor del derecho a la injerencia militar, con el fin de liberar a los pueblos de tiranías de distinta naturaleza, Occidente contra occidente (2003) y El discurso del odio (Editorial Taurus, 2004) sus dos últimos libros, analizan la crisis de Occidente a la luz de la intervención militar norteamericana en Irak. tora y suicida que ha vivido Francia? -Los nuevos incendiarios no quieren criticar el mundo, no quieren destruir a quienes son sus enemigos, presumidos o reales. Ellos quieren destruirlo todo. Todo. Joderlo todo... en el lenguaje que ellos utilizan para hablar de la madre del vecino. Y muchos de esos jóvenes dicen: Esta noche será como Bagdad Para ellos, Bagdad es una ciudad donde todo el mundo mata a todo el mundo, o le mete fuego. Esos tres elementos recuerdan, como usted dice, mi libro sobre la propagación universal del odio. Con matices: en los suburbios parisinos se mata y se incendia sin otro motivo que el odio contra todo, sin objeto ni pretexto de ningún tipo. Un odio apocalíptico sin principio ni fin. El antiguo crepúsculo de los dioses se transforma en crepúsculo del barrio y la ciudad. A partir de ahí se impone la lógica del odio. Una afirmación criminal de la personalidad: Yo soy, luego yo destruyo. Destruyo, luego existo ¿Se trata de una lógica francesa o de una lógica universal? -Hay de todo. La lógica de los incendiarios franceses es bien visible en otras partes del mundo. Es la lógica de las bombas humanas islamistas: me mato matando. En las afueras de París prefieren matar a los otros. Los incendiarios se matan metafóricamente, a través de su muerte social. Hay una diferencia, al menos. Las bombas humanas islámicas creen morir para ir al paraíso musulmán. Los incendiarios franceses no creen en ningún paraíso de de ninguna religión. Un eslogan como pasta, sexo y rap deja poco margen para ningún paraíso espiritual o venidero. Hay en común la relación íntima con la muerte. La bomba humana muere matando. El incendiario francés se suicida socialmente. Hay en común el elemento de autodestrucción y destrucción del otro. Y destrucción del mundo: destrucción del vecino o del barrio. Es el fundamento último del terrorismo, islamista o de otra especie. Niños y adolescentes de los suburbios dicen ¡Bagdad... antes de prender fuego a un coche. Y lo único que sacan en claro de Bagdad es el incendio y la matanza indiscriminada. ¿Piensa usted que hay alguna relación entre los incendios y violencias francesas y el terrorismo o la influencia islamista? -En absoluto. No soy especialista. Pero lo que ocurre en las afueras de París no parece tener nada que ver con los islamistas. Por el contrario, hay un componente étnico de otro tipo: entre los agitadores hay muchos negros de los departamentos de ultramar que re-

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