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ABC MADRID 24-10-2005 página 22
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  • EdiciónABC, MADRID
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22 Nacional LUNES 24 10 2005 ABC Pudo ser víctima de una trágica equivocación Muchos rumores y conjeturas, pero pocos datos contrastados. Emilio Álvarez, el presunto autor material del crimen, fue puesto a disposición judicial. Lo mismo que el colombiano R. N. L. P. de 28 años, que, según algunas fuentes, habría finalmente confesado que ayudó a Álvarez a tirar el cuerpo por los acantilados de Langre. En el pueblo, cobraba fuerza el rumor de que Borja Obregón Becerril ha sido víctima de una trágica equivocación. Víctima de unos celos que nada tendrían que ver con él. Conjeturas, en cualquier caso, ya que la Guardia Civil lleva la investigación con total silencio. En este sentido, el padre de la víctima, Bernardino Obregón, desmintió ayer de manera rotunda que su hijo tuviera relación alguna con la esposa del presunto asesino. Efectivos de la Guardia Civil y la Cruz Roja buscan el cuerpo del profesor Borja Obregón en la costa cántabra de Langre EFE Dos hombres confiesan la muerte de un joven al que tiraron al mar en Cantabria El cuerpo de la víctima, un profesor, ayer continuaba desaparecido b La mujer del presunto autor material del crimen era compañera de trabajo del fallecido, si bien el posible móvil de un crimen pasional no ha quedado aún probado D. M. SANTANDER. Un ciudadano colombiano y un vecino de Santa María de Cayón confesaron ayer ser los autores de la muerte de Borja Obregón Becerril, profesor del Colegio Público Gerardo Diego de esa localidad cántabra, cuya desaparición fue denunciada el pasado jueves por su padre. Emilio Álvarez, de 41 años de edad, y E. A. G. de 28, pasaron a las once de la mañana de ayer a disposición judicial tras declararse, al parecer y según fuentes próximas a la investigación, el primero de ellos autor material de la muerte profesor y el segundo cómplice en el asesinato. El cadáver de Borja Obregón no pudo ser localizado en la jornada de ayer, en la que un dispositivo de más de cien personas peinó una amplia franja costera entre Langre y Loredo. Los dos detenidos, que confesaron el delito ante la Guardia Civil, arrojaron al mar el cuerpo de Borja Obregón, que previamente habría sido asesinado por Emilio Álvarez en el interior del garaje de su casa. Ayer, desde la salida a la puesta de sol, cientos de personas buscaron alguna señal del joven asesinado entre los acantilados de la costa. Agentes de la Guardia Civil, buzos del GEAS (llegados desde Asturias) personal de Cruz Roja, de Salvamento Marítimo y de Protección Civil (incluido el helicóptero del Gobierno de Cantabria) unieron fuerzas. Pero no apareció. A la zona que separa Langre de Loredo llegó, incluso, un equipo de apoyo psicológico de Cruz Roja desde Vizcaya, puesto que buena parte de los pre- sentes eran amigos y familiares de Borja, incluido su padre. Unas treinta personas, entre compañeros y amigos, estuvieron rastreando, una y otra vez, calas y playas durante todo el día. En torno a la una del mediodía las embarcaciones de Cruz Roja (con sus propios buzos) del GEAS, Guardia Civil y de Salvamento Marítimo se centraron en una zona concreta de la costa apoyados por el helicóptero. Los submarinistas habían detectado algo en el fondo. Mientras, al borde de los acantilados un numeroso grupo seguía el desarrollo de la operación. Los agentes de la Guardia civil se mezclaban con los chavales. Desgraciadamente, fue una falsa alarma. Así, siguió el devenir de coches y personas, el trasiego por la zona hasta que se puso el sol, momento en el que se dio por cerrado el operativo de búsqueda. Hasta hoy, cuando se reanudarán las operaciones para tratar de encontrar el cuerpo. A la espera de noticias Mientras, en Santa María de Cayón, los vecinos continuaron expectantes a la espera de noticias. Nuevamente, el colegio, el cuartel de la Guardia Civil y el domicilio de la familia de Borja Obregón fueron lugares de encuentro. El hermetismo sobre el caso volvió a ser la tónica general de la jornada, donde continuaron los rumores sobre las posibles causas de la muerte del joven profesor. Hoy, y seguramente durante toda la semana, no habrá clase en el colegio Gerardo Diego que tiene las aulas repartidas entre el centro escolar de Cayón, donde daba clases la mujer del presunto autor de la muerte de Obregón Becerril, y Santa María de Cayón, donde ejercía su trabajo la víctima. El Ayuntamiento había decretado el sábado dos días de luto oficial. Su alcalde, Gastón Gómez, siguió durante todo el día de ayer las operaciones de búsqueda, desde primeras horas de la mañana y hasta que se puso el sol. La figura de Emilio Álvarez, al parecer nacido en Salamanca, era ayer el objeto de todos los comentarios. Casado con Gema, profesora en el colegio Gerardo Diego -compañera de trabajo, por tanto, del fallecido- -y que llevaba algo más de dos años en el pueblo, se trata de un hombre atlético que, al parecer, había trabajado como portero en bares de copas y que no tenía una ocupación estable.

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