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ABC MADRID 03-10-2005 página 34
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  • EdiciónABC, MADRID
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34 Internacional LUNES 3 10 2005 ABC Bernard Keiser, que llegaba ayer a la isla de Robinson, lleva gastados miles de dólares en buscar el mítico tesoro español AFP La mayor de las islas del archipiélago chileno de Juan Fernández, en el Pacífico, podría albergar enterrado un mítico tesoro pirata de 1715, valorado en más de 8.000 millones de euros Robinson Crusoe, la isla del tesoro LIBIO PÉREZ. CORRESPONSAL SANTIAGO. Los casi seiscientos chilenos que habitan el archipiélago de Juan Fernández están alborotados. Una empresa tecnológica, inventora de un pequeño robot, anunció hace una semana que ha logrado localizar un mítico tesoro valorado en más de 8.000 millones de euros. La compañía Warner Technologie dice que su robot TC Spider- -rebautizado como Arturito (R 2 D 2) en un guiño al eficiente artefacto que acom- paña a los héroes de La guerra de las galaxias -encontró un tesoro perdido hace 300 años que piratas españoles e ingleses habrían ocultado en la isla de Robinson Crusoe, la más grande del archipiélago, a 660 kilómetros del puerto de Valparaíso, en el Pacífico. No es la primera vez que las Islas Juan Fernández, donde la mayoría de sus habitantes se dedica a la pesca de langostas, son presa de los cazatesoros La leyenda dice que, en 1715, un marinero español enterró en la mayor de las islas un tesoro arrebatado a indígenas aztecas e incas; que luego esa fortuna fue trasladada por el inglés Cornelius Webb, quien escribió en 1761 una carta al almirante británico lord George Anson con la ubicación del lugar en que lo enterró. En 1950, la misiva fue descubierta y desde entonces el archipiélago vive la fiebre del oro. Desde hace décadas las expediciones se repiten pero, como hasta ahora, nadie ha visto los fabulosos lingotes de oro, joyas y hasta anillos papales que se supone están sepultados 15 metros bajo tierra y que pesarían unas 800 toneladas. El más frustrado con el supuesto hallazgo de Arturito es el estadounidense Bernard Keiser, quien lleva seis años buscando el tesoro y ha gastado miles de dólares en su aventura en Robinson Crusoe, isla que quedó inmortalizada con el nombre del mítico personaje de la novela del escritor Daniel Defoe, basada en la vida del navegante Alexander Selkirk que fue abandonado en ese lugar y vivió largos años en soledad. La fama sobre la eficacia de Arturito está precedida de dos hechos policiales: ayudó a localizar el cuerpo de un empresario asesinado que fue enterrado por su socio en el patio de su casa; y además colaboró en la ubicación de un arsenal en el enclave alemán Colonia Dignidad al sur de Chile, que dirigía el ex suboficial nazi Paul Schaefer, acusado de pedofilia y de violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar de Pinochet. El robot TC Spider, que funciona con la emisión de ondas electromagnéticas que recoge un radar y las interpreta en forma tridimensional, desató además una fuerte polémica sobre quién se queda con el tesoro, si es hallado. El Gobierno chileno se apresuró a declarar que el archipiélago Juan Fernández está declarado Monumento Nacional, por lo que todo lo que ahí se encuentre pertenece al Estado chileno. Los habitantes de la isla, por su parte, piensan que la fortuna debería favorecer a la comunidad a través de inversiones de infraestructuras y servicios. La empresa Warner Technologie, a su vez, estima que parte del tesoro debería quedar para los isleños. Mientras la compañía tramita los permisos para excavar, espera vender a nivel internacional su verdadero tesoro: el robot. ¿Realidad o márketing?

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