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ABC MADRID 04-05-2005 página 26
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  • EdiciónABC, MADRID
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26 Internacional MIÉRCOLES 4 5 2005 ABC los candidatos que mantuvieron vínculos con el régimen de Sadam Husein. Después de meses de debates tras las elecciones históricas del 30 de enero, Al Yáfari negoció un gabinete que incluye 15 Ministerios chiíes, siete kurdos, cuatro suníes y uno cristiano. Como reflejo de las divisiones persistentes entre los políticos, muchos legisladores se mantuvieron ausentes de la ceremonia, que se desarrolló en una sala semivacía de la Zona Verde de Bagdad, donde la ocupación extranjera tiene su sede. Al Yáfari dijo que el Gobierno celebrará su primera reunión dentro de pocos días. Juro ante Dios preservar la independencia de Irak, su soberanía, defender los intereses de su pueblo, velar por la integridad de su territorio, de sus aguas y de sus recursos naturales y aplicar la ley con honradez e imparcialidad declaró Al Yáfari apoyando su mano derecha sobre un Corán. Un ritual que repitieron los demás miembros de su gabinete. Al Yáfari, en el centro, durante la toma de juramento. A su izquierda Chalabi, uno de los dos viceprimeros ministros REUTERS Poco que celebrar Jura el primer gobierno electo iraquí, incompleto por la ausencia suní Al Yáfari no pudo dar la cartera de Defensa a la segunda minoría étnica b La jornada histórica se vio empa- ñada por otra ola de ataques y atentados terroristas, que dejó un balance de 24 muertos, entre ellos doce rebeldes ABC BAGDAD. El primer ministro iraquí Ibrahim al Yáfari juró ayer su cargo en Bagdad al frente de un gobierno incompleto de treinta miembros, más de tres meses después de las elecciones y dentro de un clima de extrema violencia. El chií Al Yáfari prestó juramento como nuevo primer ministro iraquí en el primer Gobierno elegido democráticamente en la historia de este país. Uno por uno, Al Yáfari y los ministros designados prometieron defender al pueblo y la nación de Irak. Sin embargo, algunos Ministerios- -entre ellos dos de suma importancia en Irak: los de Petróleo y Defensa- -permanecían con titulares interinos debido a discrepancias sobre cómo integrar en el Ejecutivo a miembros de la minoría suní. Los dos puestos de viceprimer ministro quedaron también vacantes por el mismo motivo. Al Yáfari quería en particular que el Ministerio de Defensa fuera ocupado por un suní con objeto de atraer a la antigua minoría dominante en el país, sobre la que se asienta hoy la insurgencia. El primer ministro actuará como ministro de Defensa hasta que pueda alcanzarse un consenso sobre su titular definitivo. Mientras, el viceprimer ministro chií Ahmed Chalabi recibió con carácter interino la cartera de Petróleo. Al Yáfari había prometido formar un Gobierno que incorporase a los suníes, pero los miembros de su alianza dominada por los chiíes rechazon a Mientras, la violencia se cobró ayer al menos 24 muertos en diversos ataques. El Ejército estadounidense también perdió a uno de sus pilotos y sigue sin noticias de otro. En los últimos seis días, desde que se anunció la formación del gobierno, perdieron la vida por lo menos 150 personas en Irak, en su mayoría civiles. Quince personas, entre ellas doce rebeldes, resultaron muertas ayer por la mañana en enfrentamientos en un puesto de control estadounidense- iraquí cerca de Ramadi, capital provincial de Al- Anbar (110 km al oeste de Bagdad) según el Ejército norteamericano. Otros tres rebeldes, según la misma fuente, murieron en un ataque aéreo sobre una tienda de campaña y un hangar en el que un camión sospechoso había cargado material. Además, murieron nueve personas en diversos ataques, entre ellas un funcionario asesinado por hombres armados en Bagdad y un rebelde al estallar la bomba que llevaba, según fuentes de seguridad. ALFONSO ROJO BONO Y LA AFICIÓN AL MARTIRIO M e gusta Bono. Y no se trata de que me guste comparado con otros miembros del Gobierno Zapatero, que pegan patadas al diccionario desde el Ministerio de Cultura o proponen soluciones del TBO para el problema de la vivienda. El ministro de Defensa, como muchos de nosotros, pertenece a una generación educada en el convencimiento de que las Fuerzas Armadas eran innecesarias. Es parte de ese inmenso grupo de españoles que crecimos seguros de que la guerra era imposible en Europa y a los que el tiempo en filas nos pa- reció tedioso. Mi caída del caballo ocurrió en Yugoslavia, a principios de la década pasada, cuando observé con espanto que gente de piel blanca, que habitaba a un día de coche de Barcelona, se santiguaba y nutría de futbolistas nuestra Liga, reeditaba horrores sólo imaginables en remotos lugares, poblados por tribus de piel negra o bandas orientales. No creo que Bono pasara por un proceso parecido. Me topé con él meses antes del 14- M y cuando comenté que era imprescindible incrementar ese canijo 0,9 por ciento del PIB que se destina a Defensa, soltó uno de esos eslóganes pacifistas, que tan buena acogida suelen tener entre la ciudadanía. A la luz de sus últimos actos, parece claro que se ha apuntado a la tesis de que no hay Política Exterior digna de ese nombre sin Política de Defensa. También, de que fue un error la precipitación con que se saltó del servicio militar obligatorio al profesional. Esta vez no ha despotricado contra el PP, que fue quien pegó el brinco impelido por el oportunismo electoral, pero ha enviado al Congreso una ley, que puede hacer que España tenga unas Fuerzas Armadas acordes con sus necesidades y donde alistarse sea una opción profesional y no un recurso desesperado. El lunes, en EE. UU. Bono afirmó que la participación de las Fuerzas Armadas es indispensable en la lucha contra el terrorismo internacional. Es una obviedad, pero nadie del Gobierno se había atrevido a formularla, ignorando que- -además de la inteligencia y el rastreo policial- -es imprescindible destruir bases y hasta atufar a bombazos a quienes albergan a los malos. Me dejó de piedra que proclamara: Soy ministro de Defensa y prefiero que me maten a matar Como opción personal, el martirio es respetable, pero no puede ir acompañada- -como va- -de la prohibición expresa a nuestras tropas de utilizar fuerza letal, en Afganistán o donde vayan destinados. El harakiri se hace en privado. También me chocó la encendida defensa que hizo del papel de la ONU en el combate antiterrorista. Como foro de discusión, la ONU es eficaz pero causa espanto ver que Zimbabue entra en el Comité de Derechos Humanos y que Siria puede ser miembro del Consejo de Seguridad. Si de lo que se trata es de pelear contra los malvados, con quien hay que contar es con la OTAN y con nuestros aliados. Y usando fuerza letal, porque en el combate contra el terrorismo hay que matar para poder vivir.

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