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ABC MADRID 05-03-2005 página 61
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO 5 3 2005 Cultura ADIÓS A UNA DE LAS GRANDES VOCES DE LA LÍRICA ANDALUZA 61 UN BESO LE QUEMA LOS LABIOS MANUEL MANTERO U n beso le quema los labios así decía Manuel Machado de Rafael Montesinos en el pórtico del primer libro de éste, Resurrección publicado en 1942, y que Rafael- -según me confesaría años más tarde- -persiguió y quemó con saña, hasta salvar solamente un ejemplar que nunca pude leer porque lo perdió, o al menos así me lo informaba, cualquiera sabe. En su poema Machado le llamaba balbuciente, grácil, ingenuo Siempre lo fue. Un niño grande de cuyas picardías sepodía sacar una tonelada de pureza. El beso que le quemó los labios a Montesinos durante toda su vida es el del amor y, aunque no lo diga Machado, el beso de Andalucía. Era un andaluz de Sevilla, que es mucho andaluz, y ejercía. Claro que ejercía, en el mejor sentido de la palabra: el de vivir y actuar como andaluz, cosa que se echa de menos hoy. Entre las primeras cartas que me escribió, hay una de marzo de 1955 ¡cincuenta años justos ya! en la que me cuenta que se va a casar para mayo o junio de ese año y que está lleno de preocupaciones, pero ni por esas deja de obsesionarse por lo andaluz. Cuando a un poetaandaluz- -me escribe- -nose lenota en sus versos que es andaluz, es sencillamente un malage Era un original. Cuando la poesía popular, la procedente del Cancionero o del Romancero lírico y la del flamenco, no aparecían precisamente ni como remotos modelos tras la guerra civil, él recogió la antorcha, e iluminó con su voz personal la voz del pueblo. En mi tierra andaluza- -escribió en Los años irreparables lo mejor que hay es el pueblo, y ha sido éste el que le ha dado su carácter, su gracia intacta, su hondura cuatro veces milenaria La poesía popular ha tenido en Montesinos su último y espléndido representante. Qué buen heredero ha sido de los andaluces que se alimentaron de ella: Rueda, los Machado, Juan Ramón, Villalón, Lorca, Alberti, Prados, Moreno Villa, etc. Montesinos no distinguía claramente entre el amor y la muerte, de los que ya dijo Leopardi que eran hermanos inseparables. En un poema dedicado a su esposa Marisa, apoyo infatigable y alegre suyo, escribe: Deja a la Muerte con sus negros ramos. Ama En estos momentos yo pienso en Rafael Montesinos como vivo, ¿no está su poesía viva? por ello no te digo adiós, Rafael, amigo generoso cuando yo empecé a creerme poeta. Tú no te jubilas. Ni tus versos. Sigues siendo el Hermano Mayor de nuestra Cofradía. Y no olvides el título de tu primer libro: Resurrección Rafael Montesinos, en su juventud, frente a la Giralda CON SUS OJOS NUEVOS Y SU MEDIA LENGUA... SANTIAGO CASTELO los poetas de España y de América se nos ha muerto Rafael Montesinos. Porque Rafael Montesinos es el escritor que más ha hecho por los poetas en el último medio siglo. Su Tertulia Hispanoamericana ha sido el más vivo y tenaz escaparate que hemos tenido, década tras década, para dar a conocer nuestros libros, nuestras inquietudes, nuestros versos. Y Rafael siempre ahí, presidiendo, escuchando, animando, generoso y bueno, intercediendo por todos... Por eso le queríamos todos tanto... Recuerdo ahora un homenaje que le tributamos en Valdepeñas, en las bodegas donde el inolvidable Paco Creis organizaba una Tertulia literaria llamada Desde el empotro Aquel año, junio de 1994, el homenajeado era Rafael Montesinos y yo su presentador. Pocas veces se reunieron tantos poetas juntos. Y es que a Rafael se le quería y la verdad de su vida y de su obra tenían el reflejo más nítido en la verdad del cariño con que era reconocido. Rafael Montesinos fue- -y me cuesta enormemente poner el verbo en pasado- -un poeta auténtico, lleno de claridad, de hondura, de gracia fina, de melancolía... Era un bético universal con todo el Guadalquivir metido entre las A venas. Costaba creer que ese hombre nacido en Sevilla llevase tantos años viviendo fuera: porque seguía hablando, pensando y sintiendo en sevillano. Si por la tarde te lo encontrabas, junto a Marisa, en una tertulia o en un café de Madrid, de pronto, como por arte de magia, al hablar con él, se te cambiaba el escenario y estabas en la plaza del Duque o en la Puerta Real o en la calle de las Sierpes. Todo en él respiraba sevillanía profunda, andalucismo puro. Por eso no es de extrañar que en una bellísima soleá nuestro poeta exclamase: He vivido cuatro días; tres no fueron sevillanos. Llevadme a la tierra mía. Sí, Rafael Montesinos vivió desde los veintiún años en Madrid, pero jamás abandonó Sevilla. Si no fuera porque fundó hace más de cincuenta años la Tertulia Hispanoamericana, que seguía cuidando hasta última hora, con fervores de enamorado, mientras su nombre bandeaba de una orilla a otra Su Tertulia Hispanoamericana ha sido el mejor escaparate de la poesía hispánica del Atlántico, creeríamos que Rafael Montesinos era un becqueriano silencioso, un andaluz alquitarado, que veía pasar el mundo desde la suave penumbra de un patio trianero. Y, como siempre, sin perder la esperanza: Tú sabes cómo lucho por la esperanza, amigo. Conoces de qué forma mi corazón batalla. Las cosas que perdí se morirán conmigo y en ellas quedaré cuando me vaya. Esa esperanza que es una constante de su obra lírica y el ejemplo exacto de una muy humana poesía de corazón a corazón como la calificó Melchor Fernández Almagro. En un momento de su vida- -Club Urbis, noviembre de 1981- -Rafael Montesinos confiesa: Mi poesía nace de la desazón de ser arrancado de Sevilla Y es curioso porque esta inmarchitable sevillanía vital y literaria nada ha tenido que ver, jamás, en Rafael Montesinos con lo folclórico o la imagen colorista y vulgar que suele abundar de lo andalucista. Julio Trenas afirmó que está tan lejos de lo ruidoso y superficial como del sesteo gris y perezoso y Gerardo Diego escribió que hay en su canto mucho de cante, de encanto indecible y dialectal, de misterio y gracia andaluza, aunque escriba en correctísimo castellano, sin ceceos ni seseos Sólo es verdad aquello que en la memoria existe. El paseo levanta sus eucaliptos. Ríen tres niños bajo el verde de la esperanza. Dime, ¡oh, tiempo! dí, ¿qué has hecho con lo que deshiciste? Fue dos veces Premio Nacional de Literatura; Fastenrath, de la Real Academia Española; premio Ciudad de Sevilla, hijo predilecto de Andalucía, devoto de Bécquer y poeta popular. Muchos de sus poemas andan ya, entre palmas y guitarras, cantándose por el pueblo: Que nadie se llame a engaño. Todo el que vive por dentro, por dentro se va matando. Anónimamente. Como mandan los cánones y como nos enseñó a todos- y cuando las canta el pueblo ya nadie sabe el autor -don Manuel Machado, el primer poeta a quien Rafael Montesinos conoció al llegar a Madrid. A pesar de la diferencia de edad, don Manuel le escribió un romancillo para prólogo del primerísimo libro de Rafael Montesinos. Vaya aquí, en esta hora de la pena por su desaparición, el comienzo de los versos de ese poema manuelmachadiano, como retrato imperecedero del joven poeta que siempre fue Rafael: He aquí el prototipo del joven poeta, con sus ojos nuevos y su media lengua... Balbuciente, grácil, ingenuo... Con esa deliciosa y clara sonrisa abrileña y esa estremecida lágrima primera...

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