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ABC MADRID 27-02-2005 página 8
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ABC MADRID 27-02-2005 página 8

  • EdiciónABC, MADRID
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6 Opinión DOMINGO 27 2 2005 ABC M. MARTÍN FERRAND Esto sólo se arregla, además de con talento, con dos herramientas: proyecto político y mayoría parlamentaria PAYASOS La perspectiva de un acuerdo entre israelíes y palestinos produce auténticos estragos en las franjas más estúpidas de la izquierda europea, lo que era bastante previsible. Otra causa que se evapora terminadas a raíz de su deterUIZÁ para contribuir minación estadística, los jua la distensión en díos ostentan todavía un réOriente Medio, quizá cord difícil de superar. No porqueha transcurrido elbrecreo necesariohurgar en el esve período de gracia mediátiplendoroso pasado de España caconcedidoaIsrael con motini de Europa para demostrarvo del día mundial de conmelo. Baste considerar la suerte moración del Holocausto, el JON JUARISTI de los judíos árabes después órgano del progresismo postde 1948 y compararla con la de nacional comenzó la semana losmusulmanes israelíes. Resultavercon tribuna y media dedicada a glosar daderamente escandaloso lo poco que las semejanzas entre el Estado judío y les preocupana estos últimos lospérfiel plan Ibarreche, a cargo del antropódos propósitos que Aranzadi atribuye logo Juan Aranzadi, flagelo de sionisa sus gobernantes. No sólo se niegan a tas. Al parecer, salvo Israel, ningún convertir sus mezquitasen blocaoscoEstado establece o ha establecido dismo si fueran sinagogas francesas o estinciones identitarias entre sus ciudapañolas, sino que, además, se empedanos en función de la pertenencia de ñan en seguir cobrando pensiones del los mismos a diversos grupos religioEstado judío, acudiendo a los dispensos o étnicos. Conclusión: la separasarios del Estado judío, mandando a ción de ciudadanía y nacionalidad sus hijos a las escuelas del Estado juauspiciada por el nacionalismo vasco dío, eligiendo a sus representantes en sólo ha podido inspirarse en Israel, elparlamento del Estadojudío, viajanque discrimina entre sus ciudadanos do por el mundo con el pasaporte del judíos y de otros credos a fin de proceEstadojudío. Lo suyoes deuna inconsder en un futuro indeterminado a la ciencia realmente patética. Ya se enteexclusión o expulsión de estos últirarán cuando les obliguen a coserse la mos. Rebatir semejante sarta de babomedia luna amarilla en la solapa. Sólo sadas- -que avergonzarían al mismíque ese día no acaba de llegar, para simo Moratinos- -me produce un tedesesperación de Aranzadis y Saradio infinito. Modelos de calificación magos y de toda la abundante progreidentitaria de la ciudadanía, los hay y sía antisemita. los ha habido de sobra, en países de mayoría cristiana o de mayoría muA perspectiva de un acuerdo ensulmana, con Estados democráticos o tre israelíes y palestinos produce dictatoriales, y, desde luego, entre toestragos en las franjas más estúpidas das las minorías sistemáticamente de la izquierda europea, lo que erabasacosadas, excluidas, expulsadas o extante previsible. Otra causa que se evapora. Ya lo dijo el viejo Marx: todo lo sólido se desvanece en el aire. Al cabo, los palestinos nos van a salir tan ranas comolos iraquíes. ¿Paraesto hemos peregrinado tanto a los Santos Lugares, a retratarnos con Arafat? Es que ya no puede una fiarse de nadie, queridas Cristina, Mónica, Lucíay demás artistas del trapecio. Sobre todo, no puede una fiarse de la Historia. Da un quiebro repentino y te deja con el traspuntín al aire. Hete aquí que venimos a Ramalla, de escudos humanitarios de fin de semana, y a la vuelta, sin quitarnos todavía el fular de fedayina, nos enteramos de que hemos hecho el ridículo, como el millón aquel de la Plaza de Oriente. Menos mal que siempre quedan judíos cerca de casa para cargarles el mochuelo. L payaso (este también de profesión) francés Dieudonné marcaba la pauta a seguir, el pasado 19 de febrero: Somos subciudadanos. No tenemos los mismos derechos que los sionistas. Basta que, en una escuela, un niño sea tratado de sucio judío para que todo el mundo se subleve. Para mí, el sionismo es el sida del judaísmo Voilà la nueva táctica de la judeofobia europea de izquierda. Si el conflicto de Oriente Medio se resuelve, lo montaremos en el vecindario. Creemos una, cien, mil Gazas, porque los judíos nos convierten en subciudadanos, directamente o a través del plan Ibarreche. Le Monde denunciaba el martes la operación Dieudonné, impulsada por las huestes de Tariq Ramadán. El País publicaba el lunes la tribuna y media de Juan Aranzadi. Conclusión: quienes hablamos de antisemitismo progre somos unos alarmistas demagógicos. PROYECTO Y MAYORÍA ARIANO Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, quizás sin darse cuenta, tienen un futuro común, entrelazado y asimétrico, que depende, básicamente, del antagonismo formal entre el PP y el PSOE. Es una consecuencia inevitable del bipartidismo fáctico al que nos ha llevado la muy chapucera norma electoral vigente. La única grapa que mantiene encuadernados a los dos grandes partidos nacionales, lo que los cohesiona, es la incesante actividad centrífuga de los grupos periféricos nacionalistas, muy capaces de amplificar el ruido de sus demandas desde su evidente pequeñez relativa. Cuando, va para un mes, los máximos líderes de los dos grandes partidos, reunidos en La Moncloa, pactaron una línea de acuerdos para, mediante una comisión mixta, coordinar y, supongo, moderar la política territorial, sonaron cantos de alabanza y sosiego desde la mayoría de los observatorios políticos al uso. Fue pólvora gastada en salvas. La presumible buena intención de Rajoy y Zapatero se ha ido debilitando al pasar por los filtros de sus respectivos aparatos partidistas, y la supuesta comisión mixta no encuentra, ni encontrará, un banco en el que sentarse. Bueno es que así sea para el mantenimiento del empleo en las calles de Génova y Ferraz, que no están los tiempos para bromas y no es prudente jugar con las cosas de comer. En nuestros días el oficio de los políticos es más determinante que sus convicciones, en el supuesto de que las tengan. Si prescindimos de la nueva situación creada en Cataluña por Pasqual Maragall, que además de romper el Parlament traerá significativos efectos a la política nacional, más fácil tiene el PSOE contar- -en lo que dure- -con los apoyos del tripartito. En ello están. En reforzar los pactos bilaterales, uno a uno, con las distintas formaciones nacionalistas y o separatistas. Claro que todo eso son fuegos de artificio, maniobras para el entretenimiento de incautos. La legislatura en curso ha iniciado, aunque lentamente, su cuenta atrás. La irresponsable provocación de Maragall es una espoleta de tiempo para la ruptura del tripartito, y sin la ayuda catalana, Zapatero pasará a ser lo que Álvaro de Laiglesia llamaba un náufrago en la sopa Llegados a este punto del análisis, brota la pregunta clave: ¿eso es bueno o es malo para el conjunto ciudadano? No lo sé. La estabilidad es un gran valor cívico, germen de riqueza y catalizadora del sosiego; pero, ¿cuánto puede pagarse por ella, suponiendo que se trate de una mercancía negociable? El mosaico español que hoy contemplamos no es nada tranquilizador y cualquiera de sus diecisiete teselas- -unas más que otras- -puede desconcharse o romperse con facilidad. Eso sólo se arregla, además de con talento, con dos herramientas: proyecto político y mayoría parlamentaria. El Gobierno de Zapatero carece de las dos. ¿Hay alternativa posible? ¿Entienden los ciudadanos que la hay? Lo que no conviene olvidar es que las rémoras siempre le son fieles a los tiburones. Y viceversa. M Q E L REVISTA DE PRENSA En un sondeo realizado tras el anuncio de la Reina de que no acudirá a la boda civil del heredero del Trono, sólo el 31 por ciento de los encuestados opina que el actual príncipe de Gales debería llegar a reinar, una cifra que era del 37 por ciento el día de anunciarse el enlace, el pasado 10 de febrero. Se trata de un porcentaje que ha ido decreciendo a lo largo de los años y que ahora está en su punto más bajo. La progresión inversa es la que experimenta la pregunta de si a Isabel II debería sucederle su nieto: el 42 por ciento responde afirmativamente, cuando hace poco más de dos años, por ejemplo, era sólo del 28 por ciento. También los partidarios de una república han aumentado y son ya casi la cuarta parte de la población. El 23 por ciento considera que la Monarquía debería concluir con la muerte de Isabel II, cuando esta cifra era del 19 por ciento hace dos semanas. En estos quince días también ha crecido el número de quienes opinan que la boda debilita la institución monárquica. Sólo un 5 por ciento de los británicos cree que la Monarquía inglesa se ve fortalecida. El 52 por ciento atribuye la ausencia de la Reina en la ceremonia de la boda al hecho de que desaprueba el enlace. Una cifra similar de encuestados, de todos modos, indican estar desinteresados en lo que vaya a hacer Isabel II el día del casamiento. El 29 por ciento opina que la soberana hace bien en no asistir al acto previsto en el Ayuntamiento de Windsor. Por otra parte, el Daily Express aseguró ayer que probablemente la sala de derecho familiar de la Alta Corte abrirá diligencias sobre la legalidad o no del matrimonio civil del Príncipe Carlos. Aunque el Ministerio de Justicia asegura que la Ley de Matrimonio de 1949 no impide a un miembro de la Familia Real casarse por lo civil, destacados juristas han defendido lo contrario. E. J. BLASCO Parte de daños en la Corona inglesa La Monarquía británica se ha visto seriamente dañada por la letanía de errores en el planteamiento de la boda que el Príncipe Carlos de Inglaterra y Camilla Parker Bowles contraerán el próximo 8 de abril, según constataba ayer en su portada The Daily Telepraph a partir de una última encuesta. El fiasco de la boda, como lo califica el diario conservador británico, ha hecho aumentar el número de personas que considera que el próximo Rey debería ser el Príncipe Guillermo, y no su padre, e incluso el de los partidarios de que tras el reinado de Isabel II el país pase a ser una república.

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