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ABC MADRID 20-02-2005 página 6
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ABC MADRID 20-02-2005 página 6

  • EdiciónABC, MADRID
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6 Opinión DOMINGO 20 2 2005 ABC M. MARTÍN FERRAND El Congreso anda más cerca, geográfica y anímicamente, del Teatro de la Zarzuela que de la atención ciudadana SOCAVONES Con el paso de las edades, crecerá la añoranza del fin del siglo XX como época de fuertes e inmotivadas seguridades. Hoy, el incendio de un rascacielos nos recuerda la fragilidad de un orden amenazado desde dentro y desde fuera ñas) para escapar del único discurso posible, el de la fatalidad, que traiciona el optimismo programático de la izquierda. Al relacionar el Socavón de Barcelona con el hundimiento del Prestige, Maragall establece una seriesimbólica equivalente a la mencionada: más aún, la elisión del Macroatentado refuerza su presencia fantasmal en aquélla. ¿Qué tienen en común la catástrofe del Prestige y la del Carmelo? Nada, sino su simetría cronológica respecto del 11- M. N rigor, los nuevos tiempos no son un fenómeno exclusivamente español. El 11 de septiembre de 2001 todas las sociedades democráticas supieron que las ilusiones de paz perpetua derivadas de la desaparición del comunismo eran tan inconsistentes como las propias ilusiones comunistas. Aquí tardamos algo más en enterarnos, quizá porque nos exaltaba pensar que iba consolidándose, día a día, aquello de lo que siempre adolecimos: la nación democrática. Ha bastado un año, justamente un año desde que Maragall llegó a la presidencia del gobierno de Cataluña, para que dicha percepción se revelase ingenua y carente de fundamento empírico. Con el paso de las edades, crecerá la añoranza del fin del siglo XX como época de fuertes e inmotivadas seguridades. Hoy, el incendio de un rascacielos nos recuerda la fragilidad de un orden amenazado desde dentro y desde fuera. Los túneles mal entibados se convierten de inmediato en símbolos de la nación minada. Frente a esta seguridad de que ya nada es seguro, la charlatanería falsamente kantiana de los europeístas a ultranza sedelata como pura indecencia. Padecemos demasiados socavones, y no sólo por debajo. UN PATIO DE VECINDAD D EL mismo modo que existen virus y bacterias que intervienen, para bien y para mal, en la vida de nuestro cuerpo, debe de haber algún tipo de germen, cuya identidad nos es desconocida, que modifica los impulsos éticos y cívicos de la ciudadanía. Sólo así se explicaría la epidemia de indiscreciones que, en los últimos meses, marcan el ritmo de la vida pública nacional en olvido de la sabia enseñanza de Don Quijote que nos invita a no mentar la soga en casa de ahorcado. José Luis Rodríguez Zapatero es hombre que tiende a desbordarse con facilidad. Sus relaciones con Mariano Rajoy no son fáciles y sólo el buen sentido y la responsabilidad de ambos mantiene una apariencia de normalidad que, sin ser cierta, produce efectos balsámicos en el cuerpo nacional. Lo institucional les obliga a mucho y pueden llegar, incluso, a compartir idéntica propuesta para el referéndum que hoy nos invita a las urnas; pero, de repente, como para darse importancia, el líder socialista siente la tentación de la imprudencia y lanza a los cuatro vientos la existencia de una pasada reunión secreta en la que el jefe del Gobierno y el presidente del PP, primer partido y práctico monopolista de la oposición, se dedicaron exclusivamente a tratar el siempre espinoso asunto de la lucha antiterrorista. Nada más natural que una reunión entre los dos protagonistas máximos de la política nacional española. La escenificación de sus diferencias, algo a lo que obliga la vida parlamentaria, exige la puesta a punto de lo discreto; aunque aquí, en clara inversión de valores, el secretismo tienda a apagar la luz y maniatar a los taquígrafos y, en consecuencia, el Congreso ande más cerca, geográfica y anímicamente, del Teatro de la Zarzuela que del centro de la atención y el interés ciudadanos. Eso de la indiscreción va por barrios y afecta a todos los grupos y grupúsculos del espectro político. Entre la fanfarronada y la escasez brotan todos los días grandes caudales de palabras innecesarias que, casi siempre con intención de pedestal, tratan de elevar la altura de los parlanchines. ¿Han reparado ustedes, en otro gran caso de indiscreción política, en la bronca retrospectiva que se traen entre José María Aznar y Manuel Fraga a propósito del Prestige? El fundador del PP se tomó la licencia de criticar- ¡ahora! -la actitud del ex presidente del Gobierno cuando el chapapote teñía de negro y pena las costa de Galicia. Él sabrá por qué; pero, sin perder un minuto, Aznar, que hoy está en Milán, quizás para poner distancia entre su pasado y el referéndum, tomó recado de escribir y se rebeló, no sin energía, contra su mentor. ¿Por qué lo sabemos nosotros y, sobre todo, por qué sus respectivos entornos se han apresurado a amplificar a los cuatro vientos el choque de las dos grandes locomotoras que, últimamente, han tirado de la derecha española? Es, ya digo, el germen de la indiscreción- ¿inmadurez? -que se ha instalado entre nosotros. O trucción por el fuego prelusea que, a eso de las dia la pérdida de España. Imacuatro de la mañana gen desazonadora, compledel sábado 12 de febrementa fatalmente la de otras ro, quedaba gente en la planta catástrofes cercanas en el decimotercera del Windsor, tiempo (el Socavón del Carmientras el rascacielos ardía melo barcelonés) y en el espaen pompa del piso veinte para cio (la Matanza de los Trearriba. Y quien dice gente no JON JUARISTI nes) No voy a discutir siquiedice ni uno ni dos. Por lo mera las evidentes diferencias nos un trío. Con linternas. ¿El entre sus causas ni la distancia entre trío de la bencina o el trío de la vecisus consecuencias directas. Si su asona? ¿Comando de pirómanos u orgía ciación en una cadena analógica resabática en el cuartito de la fotocosulta obligada no se debe sólo a lo impiadora? ¿Saqueadores o cuerpos en previsto y terriblede los tres acontecipena? Las misteriosas sombras de mientos. Sin el 11- M por detrás, ni la la ventana indiscreta darán pábulo, deflagracióndel edificio ni el derrumpor mucho tiempo, a inimaginables bedel túnel habríanrebasado los límiespeculaciones. Ni la más razonates de la siniestralidad aleatoria cable explicación (rencorosas denunracterística de todo desarrollo urbacias conyugales, revelación de la no (respecto al cual conviene manteexistencia de una brigada suicida de ner el pesimismo cautelar de la sociobomberos toreros) frenará la demanlogía clásica, tan alejada de las utoda de causalidad morbosa, porque Espías rosáceas de la ministra Trujillo, paña vive inmersa en una cultura también conocida como Antoñita la conspirativa desde que la Farándula Fantástica, pero sin caer en la tentadenunciara el complot del PP contra ción de las predicciones apocalíptila democracia vocacionalmente repucas) Después del Macroatentado, lo blicana. accidental de ambas incidencias deja El incendio del Windsor, provocapaso a la convicción supersticiosa de do o no, ha ido adquiriendo, a lo largo que cada una de ellas ilustra el signo de la semana previa al referéndum, de los nuevos tiempos, definidos por una exasperada dimensión simbóliel desvanecimiento de la Seguridad. ca. No podía evitarse. El mojón calciNi siquiera Maragall ha podido elunado que domina las cimas de El Cordir la concatenación fatalista. te Inglés, en el corazón de la Madrid más ensoberbecida, remite a un arUES, en efecto, no basta con salquetipo mítico: la torre abolida por el tarse el acontecimiento básico rayo, identificada en la leyenda nacio (la masacre de las estaciones madrilenalcon la Torre de Hércules, cuya des- E P REVISTA DE PRENSA pone bajo interrogación la Segunda Guerra Mundial y su actual valoración. Bajo los símbolos del comunismo, al igual que bajo el fascismo y el nazismo, fueron asesinadas millones de personas Pero recuerda que la bandera de la Unión Soviética (con la hoz, el martillo y la estrella roja) formó parte de la coalición antifascista europea que durante cuatro años combatió para liberar la mitad de Europa. El autor advierte sobre lo complicado y engorroso que sería prohibir los símbolos comunistas. Por una parte existen una serie de empresas que utilizan la estrella roja para fines comerciales y, hasta no hace mucho, Aeroflot utilizaba la hoz y el martillo. Se pregunta si los burócratas europeos prohibirán por ejemplo los cuadros de Andy Warhol en los que aparecen la hoz y el martillo. SIMÓN TECCO Símbolos nazis y comunistas En un artículo publicado ayer por el diario esloveno Delo, se sostiene que la discusión sobre la prohibición de los símbolos nazis y la propuesta de ilegalizar los símbolos comunistas es un intento de revalorizar la historia europea. Su autor, Bozo Repe, después de afirmar que se trata de una discusión inútil, se pregunta si en el futuro el Parlamento Europeo dirá a los supervivientes de Auschwitz que en realidad no fueron liberados, porque quienes lo hicieron portaban los símbolos del comunismo. Si aceptamos igualar los símbolos de los tres totalitarismos se Irán, preparado para un ataque Irán está preparado para un posible ataque estadounidense y cuenta con medios para repelerlo en quince minutos, según indicó una fuente iraní citada por el diario conservador norteamericano Washington Times. Según este diario, Irán ha comenzado a prepararse para un ataque de este tipo y a desarrollar un plan de reclutamiento de ciudadanos en milicias que le permita afrontar una guerra asimétrica como la que se desarrolló en el país vecino, Irak. Irán respondería en quince minutos según un oficial iraní. S. I.

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