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ABC MADRID 10-02-2005 página 18
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  • EdiciónABC, MADRID
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18 Nacional LA INVESTIGACIÓN DEL 11- M JUEVES 10 2 2005 ABC El fiscal de Asturias no ve delito en la actuación de las Fuerzas de Seguridad Cree justificado que Bolinaga guardara la cinta de Lavandero en su caja fuerte lógico que el agente Campillo no mencionara en su informe operativo las referencias a bombas con teléfonos móviles o Marruecos ABC OVIEDO. El fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Gerardo Herrero, archivó ayer las diligencias abiertas para investigar la posible ocultación de pruebas a la Justicia y omisión del deber de persecución de delitos por parte de las Fuerzas de Seguridad de esta Comunidad en torno a la trama de explosivos relacionada con el 11- M. Si hubo o no negligencia en la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado es algo que no compete determinar a esta Fiscalía precisó Herrero en una rueda de prensa en la que justificó su decisión en que no se han visto motivos probados de que existiera infracción penal alguna por parte de la Guardia Civil y la Policía Nacional. De esta forma se cierra la investigación judicial abierta a raíz de la aparición de la cinta grabada el 28 de agosto de 2001 por el agente Jesús Campillo y en la que el confidente Francisco Javier Lavandera alertaba de las supuesb También considera Gerardo Herrero DANIEL G. LÓPEZ tas intenciones de Antonio Toro Castro y José Emilio Suárez Trashorras. Herrero basa su decisión de archivar el caso en las contradicciones detectadas en los testimonios del propio Lavandera y de los mandos de la Co- mandancia de la Guardia Civil de Gijón- -el destituido teniente coronel Rodríguez Bolinaga y el capitán Montero- además de en la documentación remitida por las propias Fuerzas de Seguridad y la Audiencia Nacional. Además, el hecho de que Bolinaga guardara la cinta con las confidencias de Lavandero en una caja fuerte y no lo comunicase a sus superiores o a instancias judiciales, tampoco supondría una ocultación de pruebas por cuanto el teniente coronel dice haberla guardado sin haberla escuchado en su totalidad y al entender que ya había sido transcrita en el informe que el agente Jesús Campillo había realizado a raíz de su primera conversación con el confidente, un informe que sí estaba ya en manos de la justicia y de los superiores de Bolinaga. La contradicción se refiere a la insistencia de Lavandera en asegurar que alertó a la Benemérita de la frecuencia con que Trashorras iba al club Horóscopo de Gijón, en el que trabajaba el confidente y donde había entrado en contacto con el detenido por el 11- M. Esa información habría permitido organizar un dispositivo de vigilancia señaló Herrero, pero los mandos de la Guardia Civil aseguran que las informaciones ofrecidas no eran lo suficientemente precisas y se referían a visitas pasadas al local por parte de Suárez Trashorras. Además, tampoco habría constancia de que Suárez Trashorras acudiera al club para ofrecer o portando los explosivos Esas contradicciones, unidas al hecho de que las investigaciones siguieron adelante hacen pensar al fiscal que no hubo, por parte de la Comandancia de Gijón, la intencionalidad de omitir la investigación de un delito. Sobre la filtración de la cinta, Herrero señala que el agente del puesto de Cancienes David Robles la halló en octubre de 2003, pero que según su declaración no la escuchó hasta un año después, el 15 de octubre de 2004, que es cuando los altos mandos de la Guardia Civil de Asturias comparecen ante la comisión del 11- M. La cinta es entregada a sus superiores y llega a Bolinaga, que decide guardarla en su caja fuerte. Es el 10 de noviembre cuando aparece su transcripción en la prensa. Mero soporte No sabemos cuántas copias se han hecho ni quién pudo hacerlas señaló el fiscal, que estima la declaración de Rodríguez Bolinaga, que justificó su decisión al escudarse en la existencia de un informe redactado por Campillo y al considerar la cinta un mero soporte de lo allí incluido. Herrero estima además las justificaciones de Campillo para no incluir en su informe aspectos como el supuesto intento de Toro y Trashorras de conocer a alguien que supiera hacer bombas con teléfonos móviles o sus intenciones de viajar a Marruecos para seguir la operación. Tras el 11- M son datos que pueden parecer relevantes, pero tal vez no lo parecían tanto en 2001 afirmó. El juez Del Olmo señala que algunos autores del 11- M están escondidos en Bélgica N. VILLANUEVA MADRID. Youseff Belhadj, detenido la semana pasada en Bélgica por su relación con el 11- M, podría convertirse en una pieza clave de la investigación de los atentados de Madrid, pues ha sido identificado como la persona que utiliza el alias Abu Dujanah quien reivindicó la matanza en la cinta que se encontró en las cercanías de la mezquita de la M- 30. Junto a él, existen indicios de que otros miembros del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) implicados directamente en los atentados podrían estar escondidos en ese país, como hasta su arresto lo estuvo Belhadj. Así lo pone de manifiesto el instructor del 11- M, Juan del Olmo, en el auto de prisión de los dos últimos detenidos de la célula de Lavapiés- -Rachid Bendouda, alias Rachid el Gordo y Rachid Mohamed Kaddur- en el que hace suyos dos informes de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía, uno del 15 de diciembre de 2004 y otro fechado el 7 de febrero, hace tres días. Este último, señala el magistrado, refleja, en el momento actual, una Los dos últimos detenidos visión relevante de la investigación hasta ahora realizada con relación al entendimiento y comprensión de los atentados de Madrid En su resolución, el magistrado se hace eco de que Belhadj, pariente de la familia detenida la semana pasada en Leganés y quien será entregado a España en las próximas semanas por las autoridades belgas, huyó de nuestro país días antes de la matanza, que sus propios familiares le han identificado como miembro de Al Qaida y que estaba situado en la cúpula del GICM. Rachid Bendouda, alias Rachid El Gordo regentaba una tienda de ropa en Lavapiés con Mohamed Chedadi, imputado en el sumario del 11- M. Para parte de los islamistas de este barrio madrileño, Rachid El Gordo estrechamente vinculado con Jamal Zougam, era el contacto con Abu Dahdah, líder de Al Qaida en España. dos que ayer Del Olmo envió a prisión por colaboración con los autores materiales del 11- M. Tanto Rachid El Gordo como Rachid Mohamed Kaddur se reunieron la víspera de los atentados con uno de los suicidas de Leganés, Abdennabi Kounjaa, y participaban en los encuentros que tenían lugar sobre todo en tres establecimientos de este barrio madrileño: una peluquería, un restaurante y el locutorio de Jamal Zougam, en prisión. El contacto con Abu Dahdah Precisamente Del Olmo avala la tesis policial de que Rachid El Gordo quien para parte de los miembros de la célula de Lavapiés era el medio para contactar con Abu Dahdah- -líder de Al Qaida en España- mantenía una estrecha vinculación con Zougam, quien ha sido identificado por testigos en el escenario de los crímenes. Según el informe que recoge el juez, en el 11- M existe una conexión entre un grupo de operativos, con una mayor o menor decisión de cometer atentados con otros grupos de colaboradores, tanto en labores de financiación, basada en actividades la mayoría de ellas ilícitas, como en otras de apoyo e infraestructura logística. Todos ellos debe suponerse que conocían los preparativos o el objetivo que se iba a desencadenar, prestando su colaboración en la faceta que cada uno estaba dispuesto a realizar Relación con suicidas y huidos Asimismo, el juez pone de manifiesto la relación de Belhadj con algunos de los huidos de los atentados de Madrid, con Serhane el Tunecino- -líder espiritual del 11- M y suicida de Leganés- -y con otros individuos del círculo de este último, tanto los que pertenecían al entorno de Maymouni como los liderados por Mohamed El Egipcio extraditado por Italia a España. Además, Belhadj mantenía relación con los individuos del grupo de Lavapiés, entre los que se encuentran los Rachid Mohamed Kaddur, quien también regentaba una tienda de ropa en Lavapiés, fue detenido en Melilla con 17.000 euros en su poder y un recorte de prensa en el que se recogía el arresto de Rachid El Gordo Con él y con Kounjaa estuvo la víspera de los atentados. Kaddur intentaba huir de España.

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