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ABC MADRID 31-12-2004 página 25
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ABC MADRID 31-12-2004 página 25

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC VIERNES 31 12 2004 Internacional 25 DEVASTADOR MAREMOTO EN EL SUR DE ASIA España estudia crear un sistema de detección de maremotos SERVIMEDIA MADRID. Varias instituciones y organismos españoles estudian desde hace años la posibilidad de instalar en la Península Ibérica un sistema de detección de maremotos. Emilio Carreño, responsable de la Red Sísmica del Instituto Geográfico Nacional, informó que el objetivo es analizar la conveniencia de un método de aviso dado que, aunque para España el riesgo es relativamente pequeño existen algunos precedentes. En concreto, Carreño explicó que los estudios se aceleraron tras el maremoto de pequeña intensidad que afectó a las Islas Baleares, consecuencia del terremoto de Argelia el 21 de mayo. AP Ayer y hoy. Los efectos devastatores del maremoto que ha llevado la muerte y la desolación al sur de Asia se aprecian en estas dos imágenes tomadas desde un satélite; a la izquierda, as- pecto de la costa de Aceh, en Indonesia, en junio de este año; a la derecha, lo que queda de ella tras el paso del tsunami. Parte de la superficie incluso ha desaparecido anegada por las aguas. Internet, un medio esencial en la búsqueda de desaparecidos AFP PARÍS. Internet se ha convertido en un medio esencial para las familias que buscan a sus parientes desaparecidos en Asia tras el maremoto. Mensajes del mundo entero llegan a portales como el de la cadena BBC News (news. bbc. co. uk Asian quake, missing persons) que permitió al holandés Rob Delissen encontrar a su hermano Theo, a su cuñada y a la hija de éstos en la isla de Koh Racha Yai, al sur de Phuket. La británica Serina Abrahams se dirigió también a la BBC en busca de su primo Paul Rogers. Y tuvo suerte, porque le llegaron dos respuestas por correo electrónico. La capital, Colombo, se pinta de banderas con todos los colores del duelo mientras la tristeza invade la ciudad en esta época de fiestas Un sudario blanco cubre Sri Lanka TEXTO MICHEL SCHIFRES COLOMBO. Llega un momento en que las lágrimas, los gritos y los gemidos terminan por parar. En Colombo, este momento ha llegado. Ahora, sólo la tristeza envuelve la ciudad, que está como aturdida. Unas banderas blancas cuelgan de los edificios y otras están colocadas sobre los taxis. Pronto, todo el país será blanco. Es su forma de mostrar el duelo de toda la nación. La televisión y la radio repiten los nombres de los muertos y desaparecidos. A lo largo de los 60 kilómetros que van de Colombo a Bentota en el sur, la carretera es sólo tragedia. Su limpieza reciente no puede disimular las cantidades inmensas de desperdicios, montones de piedras, de ladrillos, de madera y de hierros a los lados. Estas piedras, estos ladrillos, estas maderas y estos hierros fueron miles de casitas construidas al borde de la playa, devoradas por el mar que, al parecer, llegó a penetrar cinco kilómetros en el interior de las tierras. Una de ellas ha quedado en pie, no se sabe cómo. Su presencia acentúa aún más la nada que es lo demás. Más al sur, allí donde la descomposición de los cuerpos hace temer que se produzcan epidemias, un tren ha descarrilado: 900 personas han muerto, dicen, muchas de ellas niños (es época de vacaciones escolares) En las playas, el mar no deja de arrojar zapatillas de adolescentes. Lo que todavía sigue merodeando es el miedo. Creí que se trataba de un fenómeno de marea cuenta François Morvan. Luego pensé que se había roto una presa. Pero el agua volvió seis veces Sobre todo, te preguntas cuándo va a parar dice Kayet Kerrouchi, de París, que estaba encajonada entre el mar y una laguna. Vi el mar retirarse lejos y volver a toda velocidad. Cada ola era más fuerte que la anterior. No entendía qué estaba ocurriendo Huyendo del mar El agua invadía la calle. Cientos de personas gritaban, corrían y trataban de subir a los coches. Un hombre corría, con su televisor al hombro. Sin hablarse, sin decírselo, todo el mundo sabía adónde había que ir. Se rodaba a gran velocidad y algunos peatones que no avanzaban lo suficientemente deprisa fueron llevados por delante. Este ritmo infernal duró unos 10 minutos. Luego, un gigantesco atasco bloqueó a todo el mundo: bicicletas, peatones y vehículos. Pero a nadie le importaba: ya estaban lejos del diablo, el océano. El templo budista Subodarama se ha transformado en refugio. En la actualidad reúne a alrededor de 800 familias, 2.500 personas en total. Unos policías apuntan la identidad de los recién llegados y las circunstancias de su desgracia. Unas enfermeras cuidan a los heridos leves. Un médico se encarga de los casos más graves y los envía, si es necesario, al hospital. Unos exploradores budistas reconfortan a estos refugiados. Todos prevén que esta gente permanecerá en el templo al menos un año antes de ser realojada. Kumari Menbis tiene 29 años. Está casada. No tiene hijos. Su tía le dijo que había una inundación. No se inquietó. Su casa de la playa era de piedra, era sólida, pensaba. Pero la ola también la barrió. Desde entonces, Kumari ya no tiene nada. La ropa que lleva se la dieron en el templo. Unas cajas de medicinas son descargadas de una camioneta: vienen de la India, pero son ofrecidas por un cingalés. Porque, por el momento, la ayuda extranjera aún no ha llegado. Lo que necesitamos de forma prioritaria dice el doctor Junaratne, son antibióticos, aspirina y desinfectantes. Por ahora no tenemos problemas de alimentos: disponemos de reservas suficientes. Pero sobre todo tememos que, al cabo de unos meses, la compasión mundial se acabe y ya no tengamos nada. Ni medicinas ni comida A la vez que escucha al médico, Amitha piensa en el drama. De repente, dice: Siempre ocurre lo mismo con la naturaleza. La naturaleza da y luego quita Y rompe a llorar. Le Figaro La Filarmónica de Viena no interpretará la Marcha Radetzky ABC VIENA. La Filarmónica de Viena no interpretará este año la alegre marcha Radetzky con la que solía concluir el concierto de Año Nuevo, en señal de luto por el trágico maremoto que arrasó las costas de Asia. La prestigiosa Filarmónica donará asimismo un millón de euros a las víctimas, según anunció hoy en Viena su portavoz Wolfgang Schuster. La orquesta vienesa adelantará dicha suma, que luego cobrará de las entradas al ensayo general del Concierto de Año Nuevo 2006, previsto para fines de 2005.

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