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ABC MADRID 15-12-2004 página 7
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ABC MADRID 15-12-2004 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES 15 12 2004 Opinión 7 JAIME CAMPMANY La Comisión parlamentaria no ha sido de investigación, sino de debate. Todos contra el PP de manera miserable y marrullera ZETA CONTRA ZETA S EL RECUADRO ANTONIO BURGOS Como cuando estás mucho tiempo en la playa se te pega el sol, de estar tanto tiempo ante el televisor se me ha pegado el terrorismo islámico y el engaño masivo. De oírlos miles de veces, se me han encasquillado el terrorismo islámico y el engaño masivo PRÓSPERO ENGAÑO NUEVO I Aznar estuvo once horas, once, sin despeinarse, contesta que te contesta, raja que te raja, ante la comisión parlamentaria investigadora del 11- M, el presidente Rodríguez ha estado catorce. ¿Será por horas? Y sin despeinarse también. Bien es cierto que, quizá para despeinarse mucho menos que Aznar, horas antes de comparecer Rodríguez Zapatero se fue al barbero, quien le pegó un niquelado importante. Le hizo un nuevo pelado. A la romana. No sé si de la Roma de la República o de la Roma del Imperio, o pompeyano quizá, pero totalmente clásico. Algo así como Rodríguez con el niquelado nuevo va peinado Pilatos en los pasos de la Semana Santa de Sevilla. Tú le pones a Rodríguez Zapatero una túnica blanca y un tío al lado leyendo un pergamino que no hayan borrado en La Moncloa de Jerusalén, y es enteramente el Pilatos cofradiero sevillano. No el famoso Pilatos de la Macarena, sino el Pilatos de la Hermandad de San Benito, lo cual digo para elogio del presidente, pues el mujerío cofradiero asegura que el Pilatos del barrio de La Calzada es mucho más guapo que el que va con la Centuria Romana de los armaos. El de San Benito es como Antonio Banderas vestido de Pilatos. Si admiré a Aznar por su resistencia física ante los comisionados cuando compareció, mucho más a Rodríguez. Si Aznar fue una sola vez al cuarto de baño en once horas, es posible que Rodríguez ni siquiera se acercara a los acreditados productos de la casa Roca durante catorce largas horas. Si el guasón de Carlos Herrera concedió a Aznar el premio de la Vejiga de Titanio por su probada continencia mingitoria ante la comisión, para el premio vesical de Rodríguez habrá que buscar algún ignoto metal de resistencia inaudita, de los que prueban los astronautas en sus estaciones espaciales. El día que compareció Aznar tuve que salir mucho a la calle y me perdí las mejores. Solamente saqué en claro que yo salía y el tío estaba allí dando el callo, y que volvía de la calle al cabo de las horas y Aznar seguía dale que te S pego con las contestaciones. Libre de toda obligación, he podido, en cambio, seguir enterita la comparecencia de Rodríguez. Me la he empapado de punta a cabo, a ese cabo donde Joan Puig, de ERC, citó a un poeta catalán que es la antítesis de la famosa frase de Rafael el Guerra, autor de un verso que asegura que todo lo que puede ser es posible (Anda que se quedaría el tal poeta vaheando... Y del mismo modo que Don Quijote perdió el seso leyendo libros de caballerías, yo medio lo he extraviado con los libros de infantería de la repetición machacona y demagógica de dos únicas ideas por parte de ZP. Como cuando estás mucho tiempo en la playa se te pega el sol, de estar tanto tiempo ante el televisor se me ha pegado el terrorismo islámico y el engaño masivo. De oírlos miles de veces, se me han encasquillado el terrorismo islámico y el engaño masivo. Me dicen: ¿Dónde vais a pasar la Nochebuena? Y respondo: -Donde no haya terrorismo islámico. ¿Y no os vais a ir unos días fuera? -Eso de irse de vacaciones es un engaño masivo. -Pues nosotros este año tampoco nos pensamos mover. -Por culpa del terrorismo islámico, claro. -No, es que vas a cualquier sitio y todo es carísimo... -Porque el terrorismo islámico tiene la culpa. -Y todo está lleno, además... -Lo que yo te diga: eso es exclusivamente por el terrorismoislámico, y descartacualquier otra línea de investigación, que es un engaño masivo. Así ZP una y cien veces, hasta que lo aprendimos. Terrorismo islámico arriba, terrorismo islámico abajo. Y si salía, era para entrar en el engaño masivo. Él resistió catorce horas, pero yo estoy que no doy pie con bola: ¡Que tengas Felices Pascuas! -Lo mismo te digo: terrorismo islámico. -Y próspero año... -Eso, eso, próspero engaño masivo... E conoce que no ha podido soportarse a sí mismo, ha sufrido un desmayo de fuerzas y ha tenido que anular su viaje a Polonia, donde le esperaban ya treinta y tantos periodistas españoles. El esfuerzo continuado de casi catorce horas de acusar y mentir ha terminado por provocarle un ataque de flaqueza. Es comprensible. Porque Rodríguez Zapatero, después de unas horas de comparecencia en las que practicó el ejercicio de salirse por la tangente y de agarrarse al flatus vocis a la retórico vacía y a las incursiones por la condolencia poética, tuvo que enfrentarse con las preguntas concretas y tercas de un Eduardo Zaplana que, aún sin extremar la elocuencia que no tiene, lo llevaba repetidamente contra las cuerdas. Y ahí ya no quedaba otro remedio que mentir descaradamente y acusar en falso. Y se conoce que eso fatiga mucho. Zapatero, que tampoco sirve para sofista y no se acerca demasiado a Protágoras en el arte de la retórica suasoria, acusaba tan alegremente y golpeaba tan a ciegas que llegó a afirmar que el Gobierno de Aznar fue culpable de un engaño masivo cuando el mayor engaño de aquellas horas siguientes al atentado del 11- M lo elaboraron y realizaron aquellos que inventaron los terroristas suicidas y toda la retahíla de circunstancias islámicas que luego no aparecieron por parte alguna. Todas aquellas fantasías socialistas fueron transmitidas por la Ser y los otros medios del imperio de Polanco al servicio incondicional de los socialistas. En el colmo del cinismo, Zapatero llegó a afirmar que el atentado no influyó para nada en el vuelco electoral, y que decir eso es acusar de cobardía al pueblo español y hacerle un favor a los terroristas. Afirmó también tan frescamente que él se enteró por los medios de comunicación de las manifestaciones ante las sedes del Partido Popular, y que los socialistas nada tuvieron que ver con aquellos sucesos. Sin embargo, cuando Zaplana le pidió que los condenara, hizo oídos sordos y miró hacia otro lado. Como Zaplana insistiera, Zapatero (el azar ha querido que esa comparecencia fuese una lucha de Zeta contra Zeta) volvió a eludir la condena. Usted no condena aquellos actos- -le espetó el portavoz popular- -porque es el beneficiario de ellos Y la otra Zeta quedó en silencio. Natural. A pesar de todo, recomendó Zapatero al PP que superara el trauma de la derrota electoral Pero tengo para mí que es el Partido Socialista quien tiene que superar el trauma de la victoria del 14- M, una victoria oscura y confusa, ganada en unas urnas excepcionales, en las cuales dos o tres millones de españoles cambiaron su voto ante una campaña de amedrentamiento con la amenaza de un nuevo y terrible terrorismo por culpa de la política del Gobierno Aznar. El PP jamás ha dicho que aquellas circunstancias extraordinarias resten legitimidad a la victoria socialista. Son los socialistas quienes se empeñan en negarlas, por si acaso, y les irrita que se recuerden. Algo se ve más claro, y es que esa Comisión parlamentaria no ha sido de investigación, sino de debate político. Y no precisamente ejemplar. Más bien, un debate de todos contra el PP, de manera miserable y marrullera.

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