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ABC MADRID 01-02-2004 página 69
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ABC MADRID 01-02-2004 página 69

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO 1 2 2004 Cultura 69 XVIII PREMIOS GOYA A las puertas del Palacio de Congresos centenares de personas lanzaron, a los cuatro vientos de la lluviosa noche madrileña, un grito tan unánime como esperanzado en contra del terrorismo Si dices no a ETA, ponte la etiqueta POR MANUEL DE LA FUENTE Eduardo Campoy con su esposa Mabel Lozano MADRID. Algunos, quizá demasiados, durante algún tiempo, quizá demasiado, sólo han querido otorgarle a las Víctimas del Terrorismo un papel secundario en los últimos treinta años, para muchos, no para ellas, las víctimas, los mejores años de nuestra vida. Pero mientras otros personajes y unos cuantos personajillos han chupado cámara y se han llevado los primeros planos, ellas, las víctimas, sufrían el cruel contrapicado de la discriminación cotidiana, el travelling atropellado que se llevó a los suyos, el fundido en negro a sueños, ilusiones, una simple partida de mus, el cambio de unos pañales, incluso alguna hipoteca. Ayer, invierno sobre Madrid, a las puertas del Palacio de Congresos, ellas, las víctimas, pidieron tan sólo el derecho a un pequeño papel en una película que otros filman, cómo y cuándo quieren, en gran parte gracias a ellas, y a los que defienden la libertad de expresión bastante más allá del infierno, mucho más allá del este del Edén, aquél donde James Dean tiraba piedras y donde, desde hace años, no hay más ley que la ley del silencio, sin ni siquiera Marlon Brando de por medio, y donde los rebeldes se conforman con una causa: que vivir sea bello, o por lo menos un hecho normal y bastante corriente. Las víctimas del terrorismo colocaron una vela por cada una de las personas asesinadas por ETA contra del cine, qué tontería. Estamos aquí contra el terrorismo Desde su particular viaje al fondo de la noche, decenas de personas se van sumando a la cita. En silencio, a la luz de las velas, de las mil velas que recuerdan a mil hermanos perdidos, una pancarta se despliega: No al pelota vasco, la nuca contra la bala No queremos que no nos metan en el mismo saco señala Portero. Que no nos metan con otros noes ni con otros síes, con los que por supuesto también estamos de acuerdo, queremos que digan no a ETA de forma independiente, como dijeron no a la guerra Ya está bien de agravios comparativos señala uno de los miembros de la Asociación que reparte pegatinas. Desde el fondo melancólico de sus ojos melancólicos recuerda: Perdí a un hermano y una sobrina en un atentado en Zaragoza No es ficción, es, simplemente, terror, el terror de cada día. Minuto a minuto, aumenta el goteo de manifestantes. Una fina lluvia cala hasta los huesos, poco a poco, sorbo a sorbo, gota a gota, como tanta vida que se nos fue. En esta tarde madrileña, como tantas, pero como ninguna, apenas un cuarto de hora después de las nueve, empiezan a brotar bajo el chirimiri los esmoquin, los trajes de fiesta, y las chupas de diseño, por supuesto. En frente, a flor de piel, desde lo más profundo de la noche del dolor surge como desde el fondo de la tierra un grito: Si estás contra ETA, ponte la etiqueta Desfilan actores y actrices, ÁNGEL DE ANTONIO Manos blancas Pilar López de Ayala, guapísima y elegante Anoche, noche de invierno sobre Madrid, centenares de personas, centenares de almas y un solo corazón, aguantaban el chaparrón, a luz de un millar de velas, convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Habían llegado desde diversos puntos de España, y habían llegado con las manos blancas, y limpias, por supuesto, y con un sueño, basta ya, que nunca más su película vuelva a ser muda. Y anoche no lo fue, porque fue la noche de los gritos del silencio, una noche en la que al mundo del cine se le pedía que, al menos por un buen rato, dejara la ficción, y se echase al hombro la cámara de la solidaridad, sin trucajes ni efectos especiales, sin tomas falsas, en vivo y en directo. Y en vivo y en directo, desde algo más de una hora antes de la llegada de los primeros invitados a la ceremonia, sobre las ocho de la tarde, a las puertas del Palacio de Congresos las opiniones eran unánimes: Nadie está en productores, realizadores, la gente del cine en suma, y en frente, pero no en contra, como algunos hayan querido pensar, cientos de personas, codo con codo, hombro con hombro, claman en la oscuridad, cansados de clamar en algunos desiertos, quizá demasiados: Aquí no hay miedo, ahí sí lo hay Llueve. Hace frío, frío húmedo como en cualquier noche de enero en cualquier vieja calleja de Andoain, de Guecho, de Portugalete, de Durango, donde las sombras siempre vienen por la espalda. De cara, de frente, las víctimas lo tienen claro: No hay conflicto, hay asesinos Llega Médem Sobre las 10, el centro de todas las miradas, Julio Médem, llega al Palacio de Congresos. Mucha de esta gente sigue teniendo mi apoyo. Estoy contra ETA, pero no me pongo la pegatina porque me han calumniado comenta bajo una lluvia de flashes y una lluvia de gritos. Adentro, en el interior del hall, los invitados no pueden hablar de otra cosa. La postura de casi todos es unánime. Sí a Médem, sí a la libertad de expresión, no al terrorismo es una de las frases que corren de boca en boca, las mismas bocas, los mismos labios que una vez recitaron a Lope, a Calderón, los mismos cuerpos que moldean muchos de nuestros mejores sueños, incluso de nuestras mejores y más secretas fantasías. Al otro lado de los cristales, afuera, bajo el chaparrón, medio millar de personas buscan un lugar en el mundo, una luz en la ardiente oscuridad. Dentro, con la pompa y la circunstancia de la que tantas veces reniega, la gente del cine, entre sonrisa y sonrisa, entre abrazo y abrazo, posa para los compañeros gráficos. También es su papel. Pero la foto, la verdadera foto, la de los que no pudieron elegir su papel, está afuera, en la acera, bajo la lluvia, sosteniendo una mano, sosteniendo una pancarta, sosteniendo una vela, sosteniendo la vida. que desmereció a su Armani. Candela Peña iba de novia a la fuga con un diseño que había cosido su tía Carmen, o por lo menos eso decía. Otra que llamó la atención fue Ana Risueño con sus botas pantalón de Chanel, aunque hay que decir que su peculiar indumentaria le sentaba de maravilla. El hijo de Terele Pávez aburrió con su pegatina a tamaño natural y que daba mucha pereza. Pero el traje reivindicativo por excelencia fue el de la singular Rossy de Palma: Me lo he hecho yo misma con los periódicos del día aseguraba, encantada con su nueva vena creativa. Pilar Bardem prefirió llevar una más discreta: Médem, sí; ETA, no Por el paredón de disparos de los gráficos también desfilaron Manolo Escobar con su mujer y su Vanessa, Alfredo Landa, Silvia Marsó, Lucía Etxebarría, Concha García Campoy, Adriana Ozores, Javier Cámara, Lucía Hoyos o Fran Perea y Verónica Sánchez (la pareja de moda de Los Serrano entre otros. Por lo demás, una gala pelín sosa con una presentadora (Cayetana Guillén Cuervo) pelín repipi. Lagrimitas, se lo dedico a mi papá y a mi mamá y a todo mi equipo. Muerta la creatividad nos quedan los Goya. Y nos lo queríamos perder.

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