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ABC MADRID 14-10-2002 página 57
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ABC MADRID 14-10-2002 página 57

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC LUNES 14 10 2002 Espectáculos 57 EL ADIÓS A UNA VOZ DE HIERRO ALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE CRÍTICA DE ROCK Celtas Cortos Concierto de Celtas Cortos. lugar: Sala Macumba, Madrid. Fecha: 11- X- 02 RELEVO ANTONIO ROJAS H ay voces esencialmente bellas que se recrean en sí mismas conformándose con adornar de forma naturalmente atractiva cuanto hacen; otras que anteponen la inteligencia, colocando al servicio de la interpretación su propia idiosincrasia; las hay también innatas, fornidas, capaces de adentrarse, sin tregua, en el corazón del oyente con la finura de un estilete y la inquietud de lo verdaderamente pasional. A esa estirpe pertenecía la voz de la soprano Ángeles Gulín fallecida hace unos días en Madrid. Hace ya trece años que Ángeles Gulín estaba retirada de los escenarios por motivos de salud. Una esporádica aparición en Teatro de la Zarzuela en 1993, con motivo de un homenaje al tenor Pedro Lavirgen, permitió escuchar a quien ha sido uno de esos raros ejemplos en los que condiciones y persona se conjugan con absoluta naturalidad: la fama de su bien armado carácter y el temperamento de una voz restallante forjaron a partes iguales la intensa carrera que desde su triunfo en el verdiano concurso de Bussetto en 1968 la llevó por los grandes teatros de América y Europa, desde el Met y el Carnegie Hall al Covent Garden, o los grandes de Italia. Los hitos en su biografía están al lado de nombres como Frühbeck de Burgos, Giulini, Maag o de colegas como Domingo, a quien acompañó en su presentación madrileña y en el postrero estreno de El poeta de Moreno Torroba en 1980, Pavarotti, Ludwig, Gedda, Caballé, Talvela o Del Mónaco. Todos ellos se ahora relacionan en una bio- Ángeles Gulín, interpretando el papel de Violeta en La traviata grafía que no olvida el de su marido, el barítono Antonio Blancas con quien inició su verdadera carrera en Italia y, sobre todo Alemania, después de las primeras actuaciones por Sudamérica a raíz del debú en la ciudad de Montevideo en 1958. Para los más jóvenes la voz de Gulín es hoy una rareza conservada en unas pocas grabaciones de zarzuela y otras operísticas cuya realización en vivo engrandece su vibrante naturaleza: un Stiffelio grabado en Nápoles y una Alzira de 1972, un Oberto en registro de 1977 en Bolonia, además de La leyenda del beso Los gavila- ABC nes Me llaman la presumida o La del soto del parral Por el contrario, los más veteranos recuerdan algo más difícil de guardar: su condición de verdadera soprano dramática, indomable y tenaz como el hierro, poseedora de una extensión y de una potencia tan realmente excepcionales como para adentrarse en el terreno de la leyenda. Ángeles Gulín, nacida en la localidad orensana de Ribadavia, ha dejado ese poso y un saber que ahora se prolonga en la voz de su hija, la soprano Ángeles Blancas, continuadora de una labor que toma como modelo a quien ha sido una intérprete de raza. esús Cifuentes es ya pasado en la historia de Celtas Cortos, banda que congregó a un gran número de jovencitos en la despedida madrileña de quien ha sido a lo largo de estos últimos 15 años su principal fuente de inspiración. Si en los aires celtas se adivinan siempre reminiscencias épicas, guerreras, en el caso de la formación vallisoletana esas referencias se hacen más pronunciadas al hablar no ya de combates legendarios, sino de luchas actuales, como las que llevan a cabo los inmigrantes o los más desfavorecidos de la sociedad. Celtas Cortos dijo adiós a su líder y hola a su nuevo vocalista con una actuación sobrecargada de temas instrumentales, en la que prefirieron dejar que la audiencia coreara éxitos como Cuéntame un cuento El emigrante o Tranquilo majete y en la que poca atención prestaron a un buen sonido. Como dijo alguien en el local: Hoy a Celtas hay que quererlos mucho para aplaudirles J CRÍTICA DE NUEVA MÚSICA Yann Tiersen Concierto de Yann Tiersen Band. Lugar: Sala Aqualng. Fecha: 11- X- 02 CINE PARA LOS OÍDOS LUIS MARTÍN EN LA FRONTERA JOSÉ MANUEL COSTA VENETIAN SNARES S iniestro Total podrían ser los padres físicos de Aaron Funk, alias Venetian Snares. Funk, cuya madre es, en efecto, una antigua punky, vive en Winnipeg (Canadá) gasta melena rubia, lleva un signo en la frente que le haría pasar por un místico new age y practica una de la músicas más asaltantes que se generan hoy en día. Por ser breves, lo suyo está en la ya larga tradición de brutalismo que comenzó a principios de los noventa en algunos locales de Amsterdam y Berlín con breakbeats extremadamente rápidos ¿160 BPM? ¡Bah! De 200 para arriba... y furiosamente distorsionados. Esta música, como el dub al otro extremo en la escala de velocidad, nunca ha sido ni será mayoritaria, pero su misma duración explica su trascendencia. El tema es que, cuando la mayor parte de la música comercial, incluido el hip- hop, se mueve en un aburrido y predecible trotecillo, estos asaltos a los sentidos adquieren un significado más allá de sí mismos y de los cien degenerados que disfrutan con ellos: son la conciencia viva de que la música rítmica puede ser otra cosa, más arriesgada, más peligrosa. A lo que íbamos, Funk se relaciona con otros conspiradores del ritmo como Mu- Zik (Mike Paradinas, amigo de Aphex Twins) en cuyo sello ha editado la mayor parte de sus discos. Tiene un aire de familia evidente con Squarepusher, otro habitante del planeta Mu. Ha realizado un disco a medias con Speedranch, de donde se extrae una relación con la escena hardcore berlinesa (Empire, Shizuo, EC 8O R... Venetian Snares, el origen de cuyo nombre viene de... ummm, estar oyendo un tambor (snare) un día que entraba el sol por las persianas, es interesante sobre todo como portador de la llama del hardcore. No es que presente grandes sorpresas a quienes conocen el género, pero lo ha llevado a un grado de virtuosismo y de claridad que puede permitir a muchos entrar en una historia no necesariamente seductora. Por aquí pasan desde canciones infantiles hasta noticias de radio, incluyendo construcciones más o menos jazzísticas y otras casi orquestales. Los sonidos son duros, pero la producción suena casi pulida. Quiero decir, Venetian Snares merece su parcela de reconocimiento, entre otras razones porque permite a un círculo (algo) más amplio encontrar una alternativa decididamente más punky que la oferta habitual sin temor a pillarse los dedos. Debajo de esto hay más. ann Tiersen es una personalidad atípica en la música francesa. Este multiinstrumentista bretón divide su trabajo entre sus colaboraciones con los grupos de rock Bästard y Noir Desir, y la creación de bandas sonoras para realizadores cinematográficos como Eric Zonca, André Téchiné o Jean Pierre Jeunet. Precisamente de este último es el filme Amélie con el que Tiersen ha adquirido una fama repentina. Ahora viaja con una banda de músicos en la que se aprecia una preocupación transparente por transmitir la veracidad artística que destilan las canciones del álbum C était ici Piezas que abrazan el minimalismo de Michael Nyman o Wim Mertens, el folclore imaginario de Goran Bregovic y el oscuro lirismo de John Cale y Peter Hammill. Yann Tiersen dirige con acierto este repertorio fronterizo, resolviendo bien la yuxtaposición de géneros. Y

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