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ABC MADRID 02-09-2001 página 73
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ABC MADRID 02-09-2001 página 73

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO 2- 9- 2001 GENTE DE VERANO T 3 FESTIVALES CON ACENTO CLASICO FESTIVAL DE SANTANDER on el segundo de los conciertos de la Orquesta y Coro de la Academia Nacional de Santa Cecilia de Roma, también dirigido por su titular, Myung- Whun Chung, se habrá cerrado anoche en la sala Argenta del Palacio de Festivales de Cantabria la edición número cincuenta de la manifestación que comenzara el año 1952 en la Plaza Porticada. Tengo para mí, sin embargo, que la auténtica sesión de clausura de la que no vacilo en calificar de edición cualitativamente espléndida e históricamente imborrable, había sido la que la noche anterior protagonizaron, en la misma sala, los mismos conjuntos y director. Que esa sesión no es que nos trajera recuerdos del grandísimo Ataúlfo- -como el otro día ocurrió con la de la OCNE con Frühbeck- sino que estuviera además explícitamente dedicada a su figura y a su gesta de 1953, sería razón bastante para suscribir la afirmación precedente. Pero es que al homenaje se añadían un par de detalles que también hubieran digniñcado al máximo por sí solos cualquier cita musical; además de que, posteriormente, otro dato más viniera a redondear la velada. Sintetizo. La primera parte del programa la ocupaba la obra fruto del primero de los encargos de esta quincuagésima edición del Festival: la Sinfonietta- concerto, para flauta, cuerda, piccolo, arpa y percusión de Xavier Montsalvatge. El segundo de los detalles al que aludía era el de que la parte solista de flauta de esa nueva página se había confiado a im flautista al que no es hiperbólico situar entre los primeros del mundo y que empieza ya a consolidar esa difícü situación de ser profeta en su tierra: Jaime Martín. Por fin, inmediatamente antes de que se iniciara la segunda parte con la Nove- C Juan Manuel Serrano Arce El flautista Jaime Martín (izquierda) atento a las indicaciones de Myung- Wliun Chung (dereciía) Clausura acorde con una histórica edición na de Beethoven y en acto con el espartano protocolo que hubiera gustado al maestro castreño, tuvo lugar la donación oficial hecha por sus herederos a la comunidad cántabra de la batuta de plata con la que aquél había sido distinguido en el año de sus célebres nueve sinfonías. En cuanto a las cualificaciones objetivas que merecen tanto el trabajo creador con el que el eximio decano de nuestros compositores ha cumplimentado el encargo del festival, como el interpretativo de solistas, conjuntos y director, entiendo que fueron dignos de la ocasión. La Sinfoniettaconcerto de Montsalvatge- formidablemente protagonizada por técnica, soltura, claridad emisora y musicalidad por Jaime Martín- -es una permanente lección durante el cuarto de hora que cubren sus cuatro movimientos, de sabia, fluida y lógica ordenación del discurso, así como de imaginativa inserción de la casi omnipresente voz solista en él. En cuanto a la versión que a continuación ofreció la Embajada romana de la en esta oportunidad más emblemática y comprometida que nunca Novena baste decir que logró estar a la altura de las circunstancias. Lo que es mucho. Quizá Myung- Whun Chung, que plantea con concepto serio y claro el gran edificio, tienda un poco a cuadricular la línea, pero los resultados generales son más que satisfactorios. Como lo fueron, tras un primer movimiento no demasiado limpio por parte de la Orquesta, su aportación posterior, y tanto en individualidades como en el tutti la áéí- excelente, firme y compacto Coro hermano y la de este cuarteto, puede ser que un punto inexpresivo en momentos, pero siempre cumplidor: la soprano Ana María Sánchez, la mezzo Cristina Sogmaister, el tenor Kurt Azes- berger y el bajo Albert Dhohnen. Leopoldo HONTAÑÓN QUINCENA MUSICAL DONOSTIARRA Quincena Musical. Philharmonia Drchestra. Director: L. Maazel. Obras de Debussy y Mahier. Auditorio Kursaal. San Sebastián. 31 de agosto de 2001. Apabullante Maazel en San Sebastián tos de vista, de la Sinfonía n 5 de Güstav Mahier, una de sus obras más populares, especialmente por la vinculación del Adagietto con el cine, ejerciendo Visconti de nexo de- imión entre ambas expresiones artísticas. Pueden achársele a Maazel numerosos inconvenientes- -de hecho habitualmente determinados altavoces mediáticos insisten en magnificar hechos que buscan ensombrecer la trayectoria del ya nuevo titular de la Filarmónica de Nueva York- pero muy pocos se atreven a cuestionar su enorme talento. El trabajo y los resultados que ha obtenido con la dirección de esta Quinta sinfonía evidencian que su profesionalidad está por encima de cualquier otra consideración. La madurez que ha alcanzado en este y en otros repertorios lo ha Uevado a la cúspide de la dirección orquestal, convirtiéndolo en una de las referencias inexcusables de nuestro tiempo. Transmi- El regreso de Lorin Maazel a la Quincena Musical de San Sebastián se ha saldado con un éxito monumental, al frente de la Philharmonia Orchestra, una de las formaciones con las que habitualmente realiza giras en nuestro país. Maazel puso un nuevo jalón en el proyecto del ciclo Mahier que la Quincena viene desarrollando y que alcanza cotas muy significativas, espectaculares, en cuanto a la calidad de los resultados que se obtienen. Como preámbulo a la gran velada malüeriana, se interpretó el Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy, en el que Maazel dejó muy claro que, en esta jomada, la rutina no iba a ser un elemento protagonista. La sutil partitura sirvió, de esta forma, de preámbulo y anticipo de lo que iba a ser una interpretación rotunda, magnífica desde todos los pun- tío la Quinta con una intensidad y vivacidad arroUadoras. Nada quedó; fuera de su control, con una formación totalmente entregada a su visión, que reconoce su autoridad y responde de forma impecable, cohesionada, técnicamente sin ninguna fisura. Todo un ejemplo de organización y cordura ante otros desbarajustes a los que habitualmente se asiste. Maazel alcanza tal grado de virtuosismo en la dirección de esta obra que asombra por el naturalismo, carente de artificio, con el que la desarrolla. Su hondo aliento trágico, también sus contradicciones, están magistralmente expuestas. Así Maazel hizo música a lo grande y, a juzgar por la explosión jubilosa con la dirigió el RondoFmale dejó ver hasta que punto disfruta ejecutando una música que ofrece de forma cabal, ordenada y serena. Al final, todo el público del Kursaal aclamó al que es, sin duda, uno de sus músicos predilectos. Cosme MARINA Lorin Maazel

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