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ABC MADRID 22-01-2001 página 22
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ABC MADRID 22-01-2001 página 22

  • EdiciónABC, MADRID
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22 NACIONAL LUNES 22- 1- 2001 ABC La Iglesia vasca ha evolucionado desde el apoyo a los presos de ETA al respaldo a las víctimas Los últimos textos de los obispos subrayan su cercanía a los agredidos y amenazados La posición de la Iglesia vasca f r e n t e a ETA ha evolucionado de t a l f o r m a desde el inicio de la a c t i v i d a d t e r r o r i s t a en 1968, que puede hablarse de un c a m b i o radical, sin que se haya producido en ningún m o m e n t o concreto u n g i r o en los planteamientos de los obispos. Los documentos, sin e m b a r g o reflejan una transición que ha ido del apoyo a los presos etarras al respaldo a las víctimas de los atentados. BILBAO. María Alonso a Iglesia vasca ha estado siempre contra la violencia, pero no siempre frente a ETA, aunque sea dificil explicar el matiz cuando esas siglas están detrás de una organización terrorista con centenares de muertos a su espalda. Así, por ejemplo, aunque desde el primer atentado de ETA en 1968, los obispos condenaron la violencia, el nombre de la organización no aparecen en sus documentos hasta el año 1981. José Ángel Ubieta, quien fuera Vicario General de Pastoral de Bilbao en 1969, cuando fue detenido, jimto con varios sacerdotes vizcaínos acusados de haber ayudado a huir al presunto asesino de un taxista, intenta explicarnos la posición inicial de la Iglesia vasca señalando que entonces se les pedía una condena global, no sólo de la actuación de ETA, sino también de su ideología política: el independentismo LOS PRIMEROS MOMENTOS L GüiTflON DOS RTEAN iJ -S. Encuentro por la paz, en Vitoria, el pasado día 13, convocado por los obispos de Pamplona y el País Vasco Recuerda como en aquel entonces había catequistas que simpatizaban con ETA y toleraban sus acciones violentas y describe a ABC una coyuntura en la que, en su opinión, los etarras no eran los únicos que actuaban mal. En ese escenario, la Iglesia vasca se enfrentó al Estado y el obispo de San Sebastián, Lorenzo Beriacertua, reclamó incluso, tras la detención de varios sacerdotes, el cumplimiento del Concordato. Ahora, según Ubieta, ha habido un cambio de mirada y se atiende preferentemente a las víctimas del terrorismo, una posición que atribuye al espíritu del Jubileo del Año Santo, en el que Juan Pablo II invitó a la Iglesia a reconocer sus errores. Desde 1968 a 1975, los obispos vascos defendieron al mismo tiempo los derechos humanos y los derechos colectivos del pueblo vasco, según la terminología nacionalista, sin dejar de condenar la violencia. Ese mismo mensaje se mantiene a lo largo de los años. En la pastoral de Jacinto Argaya y José María Cirarda sobre el Consejo de Burgos, en diciembre de 1970, si bien se afirma que la violencia no es la manera cristiana de actuar junto a ello se difunde un mensaje en el que no se atribuía a ETA la exclusiva responsabilidad sobre sus asesinatos, aludiendo continuamente a causas externas de esa violencia, como falta de libertad del pueblo vasco o supuestas torturas. Antonio Añoveros, desde su entrada en la diócesis bilbaína, en enero de 1972, y José María Setien, a partir de octubre de 1972, primero como auxiliar del obispo de San Sebastián y con posterioridad como titular de esa diócesis, coincidieron en defender las reivindicaciones de ETA al tiempo que condenaban la violencia. En un escrito pastoral de 1973 mon- señor Añoveros expresó su preocupación por la situación de los presos vascos, de los que afirmaba que sufren penas, según muchos juristas consultados, desorbitadas Y en una homüia, el 18 de mayo de 1975 insistía en que sólo es posible evitar la violencia suprimiendo sus causas. El siete de septiembre de 1975, Setien defendía la unificación de Navarra, el País Vasco francés y la Comunidad Autónoma vasca. Se ha de buscar- decía- una unión que respete a im pueblo que tiene derecho a conservar su propia libertad y sus valores culturales Los mensajes de los obispos vascos desde 1975 a 1979, fecha en la que se completa un relevo en todas las diócesis, se centran en abogar por la reconciliación pidiendo al Gobierno la amnistía completa y a ETA que dejara las armas. La Iglesia vasca ha tenido también su periodo de silencio y de mirar para otra parte, como el conjunto de la sociedad, pero, a partir de 1979, se producen nuevos cambios en las diócesis. Con José María Cirarda como arzobispo de Pamplona, Luis María Larrea como obispo de Bilbao, José María Setién como obispo de San Se- Textos clave de una evolución Octubre de 1972. Monseñor Añoveros, obispo de Bübao: De nada serviría una invocación retórica a construir la paz si no eliminamos las causas profundas de los conflictos que la hacen imposible Diciembre de 1977. Los obispos de Bilbao, Añoveros y Uñarte, en su pastoral de Navidad: Cualquier reticencia en la reprobación de acciones homicidas provocada por simpatías ideológicas o por estrategias oportunistas, es un comportamiento moralmente poco digno de nuestra condición cristiana Septiembre de 1979. Carta pastoral conjunta de los obispos vascos ante el referendum sobre el Estatuto. Se afirma el derecho del pueblo vasco a disponer de facultades reales de autogobierno Abril de 1981 Texto conjunto de los obispos vascos Salvar la libertad para salvar la paz en el que por primera vez se citan las siglas de ETA y se habla de las innegables deficiencias del actual modelo socio- político y de la dureza de algunas leyes que no garantizan suficiente los derechos fundamentales de la persona Julio de 1985. Carta pastoral que afirma que la opción política a favor de la independencia de un pueblo es éticamente aceptable Septiembre de 1998. Nota conjunta de los obispos de Pamplona, Bübao, San Sebastián y Vitoria tras el anunció de tregua de ETA: Deseamos que sea éste el comienzo de una renovada voluntad de reconciliación cada vez más plena entre nosotros, dentro del pluralismo y del respeto a las diferencias legítimas propias de nuestra sociedad Noviembre de 2000. Ricardo Blázquez, en el cincuenta aniversario de la diócesis de Bilbao: Pedimos perdón porque nos han faltado gestos de cercanía y de defensa pública de las víctimas de la violencia y porque no hemos asistido suficientemente a quienes se sienten amenazados y sufren las consecuencias de la falta de libertad Diciembre de 2000. Encuentro interdiocesano de oración por la paz: Nada digno del hombre se puede construir conculcando el derecho fundamental a la vida

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