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ABC MADRID 23-12-2000 página 100
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  • EdiciónABC, MADRID
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100 COPLAS Y RIPIOS ESPECTÁCULOS SÁBADO 23- 12- 2000 ABC SOMBRAS DE NUEVA YORK Dagon en Galicia Bernarda Alba se asoma al mar de China l teatro es pequeño como una promesa, al extremo de la caUe 53, entre las avenidas Décima y Undécima, en ese territorio de Manhattan que empieza a ser extrarradio aunque se encuentre encerrado por la realidad geológica de la isla. CaUes sombrías, inmuebles de u- dimbre y ocupación sospechosas. El taxi se detiene abruptamente ante un signo de interrogación en una calle desierta salvo por los dos orientales parados ante la puerta de hierro como si guardaran un fumadero de opio. Pero no es más que un teatro. Y el fervor se palpa nada más atravesar el primer umbral. Se Uaiiía Intar y sirve de cobijo a la Compañía Nacional Asiático- Americana de Teatro. Tres hileras de sillas aprovechando tres escalones son todo el patio de butacas frente a una tarima de madera clara que a modo de tatami simbólico servirá para representar The house of Bernarda Alba adaptada y dirigida por Chay Yew. Pétalos de rosa rojos salpican los dos extremos, las ramas de un cerezo en flor cuelgan de un imaginario peine. El fondo esta ocupado por una huera de sülas sobrias como un burladero. Casi todas las actrices son orientales, chinas, japonesas, coreanas, aunque alguna de las integrantes del coro, por nombre y rasgos, podría pasar por hispanoindia. El teatro es íntimo como una promesa y la acción cobra vida al alcance de los espectadores, que pueden casi tocar literalmente a las actrices y el dolor que representan. Apenas hay más utiQería que las sUlas. Todas las mujeres visten de E ijlfj- s- L lueve y llueve en Pontevedra y en Combarro en el rodaje Se necesita coraje, porque no somos de piedra. Lo pide asi el argumento. El agua empapa y te hiere y está el director contento, pues la historia lo requiere, Dagon es un fílm muy serio, bravo y duro como el mar, Lovecraft lo quiso contar, en poético misterio. Stuart Gordon lo dirige y es Filmax la producción, se filma con emoción mas tanta Uuvia me aflige. Me secan, cambian de ropa, me ponen y quitan barro, subo cuestas en Combarro, calado como una sopa. A la ducha en cuanto Uego a descansar al hotel y un camarero, Manuel, me sirve un caldo gallego. Es muy hermosa Galicia y la gente acogedora, que aunque tanto llueve ahora, es su campo una delicia. Con el dulcísimo hablar que suelen tener sus gentes me preguntan inocentes: ¿Ha venido a descansar? Encojo el hombro y me callo mientras sueño en im percebe y que a lo mejor no Hueve allá para el mes de mayo. Ahora vine a trabajar y luego, si lo consigo vendré con Lolo, mi amigo, a Galicia a disfrutar. Francisco RABAL Carol Rosegg Natsuko Chama (izquierda) y Ching Valdes- Arau (derecha) negro, salvo la madre de Bernarda, María Josefa (Gusti Bogard, de novia de otro tiempo) y Adela (Eunice Wong, de rojo cuando va al encuentro del Romano y de la muerte) Las palmas, los muslos, los pies, las voces de las integrantes del coro, sentadas en las sülas que ocupan el fondo del escenario, el pue- blo que observa la tragedia en el interior de la casa de Bernarda Alba (Ching Valdes- Aran) crean como por ensalmo el espacio sonoro que nos arranca de la realidad. Las actrices, sobre todo Kati Kuroda (La Poncia) y Michi Barali (Blanca, la otra criada) demuestran una prodigiosa capacidad para trabajar sobre la memoria de los sentidos (coser sin aguja, por ejemplo) como enseñaba Adela Escartín, ima de las más extraordinarias profesoras de la Escuela de Arte Dramático de Madrid. Frente al resplandor, la parafernalia y el derroche de Broadway, en este diminuto teatro de los extrarradios de Manhattan una compañía oriental lograba la epifanía que el escritor James Salter dice que siempre buscamos en los teatros, y que si uno tiene suerte le sucederá ocho o nueve veces en el curso de la vida. El teatro de Federico García Lorca, fascinado por el teatro de Yeats y de Synge, fascinados por el teatro oriental, completa entre las sombras de Nueva York un recorrido paradójico que a algunos nos hizo revivir una España encerrada por el miedo que tan bien supo aprovechar Francisco Franco para sus designios, pero que es algo más, gracias a las palabras de Lorca que un grupo de estupendas y comprometidas actrices convirtieron en carne de su carne y memoria de sus sentidos, haciendo que su drama fuera tan íntimo como universal, tan hermético como merecedor de ser compartido, y llorar y aplaudir un tributo y un alivio. Alfonso ARIVIADA COIXIDICIOIXI l l 1 PARA QUE TOQUE LA LOTERÍA DE EL IXIII O: JUGAR A LA LOTERÍA DE EL IXillSJO.

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