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ABC MADRID 26-08-2000 página 3
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ABC MADRID 26-08-2000 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO 26- 8- 2000 EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA FUNDADO EN 1903 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA Buenísima gente A transición política española fue todo un espectáculo de inteligencia, buen ánimo y grandeza de miras. Exceptuando algunos fanáticos, todos los demás dimos nuestro mejor yo. Nadie debería, por lo tanto, atribuirse méritos decisivos o esenciales. EUo sería traicionar la verdad de que fue el pueblo español en su conjunto el que supo colocarse a la altura de las circunstancias para impulsar y dirigir el cambio necesario. Fue, sin duda, unfmaraviUoso ejercicio colectivo en el que todo nos salió bien, admirablemente bien. Pero hubo, en esa época, algunas personas, que dieron a ese ejercicio, una calidad y una estética especiales. Unas personas que además de aportar el esfuerzo que les correspondía, añadieron un poco más de generosidad, de luz, de belleza, de alegría y de sentido a u n proceso, que se hubiera producido en cualquier caso, pero que así se hizo más confortable, más seguro, y sobre todo más atractivo. Juan Tomás de Salas fue ciertamente una de esas pocas personas y conviene que ello se diga, se sepa y se valore adecuadamente, ante todo porque es de estricta justicia. Así lo han reconocido la práctica totalidad de los que le conocían. Sólo alguno de los airtículos que se le han dedicado demuestran hasta qué punto el deseo de ocultar la cvilpabilidad y asimismo la envidia, el resentimiento y la cobardía soii capaces de distorsionar y de manipular de forma indigna las verdades más claras y más limpias. Vivimos una época en la que el desarrollo económico, que es cosa buena se mire por donde se mire, oculta con frecuencia, el triste fenómeno del descenso de los niveles de ética y del prodigioso ascenso de la vulgaridad más deplorable y más perniciosa. El mensaje que se transmite masivamente a la ciudadanía española podría resumirse así: la fama no hay, que merecerla; el dinero hay que conseguirlo a cualquier precio, incluyendo el precio de perder la dignidad; la cultvira es inútü; la doble moral, la traición pura y dura, y la hipocresía más descarada, son las fórmulas perfectas para proteger nuestra situación y nuestros intereses. Juan Tomás de Salas partió siempre de las ideas contrarias. Para él la cultura del dinero no era válida ni finalmente rentable; la coherencia ideológica había que mantenerla oportune et inoportune el respeto a los demás consistía, en efecto, en respetar las opiniones y las ideas de los demás, poniéndose en su lugar y en sus circunstancias; a los que necesitaban ayuda había en efecto que ayudarles; creer en los demás no era una ingenuidad sino u n a obligación L que había que asumir con todos sus riesgos. Y todo ello lo hacía con suavidad en las formas pero con m rigor absoluto en cuanto al fondo. La aventvira de Cambio 16 es de las aventuras más bellas y más emocionantes de los medios de comunicación españoles porque la puso en marcha y la dirigió un hombre con valor y con grandeza. Una persona que no tenía ni ponía precio, que no busca- La globalización y las graves dificultades que plantean los nacionalismos, van a obligarnos a recuperar el espíritu y la actitud que demostramos en la época de la transición ba opciones sobre nadie y sobre nada. Vamos a vivir un momento histórico de tanta trascendencia, tanta complejidad y tanto riesgo como el de la transición política. El reto que supone la globalización y las graves dificultades que plantean los nacionalismos, van a obligamos a recuperar el espíritu y la actitud que demostramos en la época de la transición. Vamos a tener que poner en marcha posiciones críticas que excluyan de la escena a los oportunistas, a los farsantes y a los corruptos y den entrada a esas personas que nvmca antepo- -p- tie ALARMA PISO NEGOCIO CHALET nen. -sino que supeditan, sin la menor reserva, sus intereses a los de la colectividad. Con pequenez mental, con egoísmo, con mentira y con mediocridad no vamos a ir demasiado lejos. En problemas como el del País Vasco será indispensable, de un lado, aprender a salir de los círculos viciosos diabólicos que genera un nacionalismo que no sabe (y que quizás ntí pueda saber) lo que quiere y de otro lado, a rechazar las actitudes qué quieren simplificar al máximo lo que no puede simplificarse en absoluto. Esto no se arregla, y nada se arregla, con dos patadas. El diálogo es una obligación ineludible. No es u n tema a pensar. El diálogo es la condición esencial de la democracia, que no es otra cosa que un sistema político que permite convivir en desacuerdo. Vamos de una vez a afrontar este problema con audacia imaginativa, sin intentar capitalizar éxitos ni culpabilizar a diestro y siniestro, con ese género de generosidad que genera a su vez generosidad en el otro, sin albergar ánimo alguno de destruir al contrario, ni de llevarle contra las cuerdas, ni de colocarle sobre la cuerda floja. Acaben ya de una vez las frases equívocas, por ingeniosas y divertidas que sean. La degeneración del lenguaje político debe tener u n límite. Los que tienen que hablar que hablen de verdad, que digan claramente lo que piensan, pero que piensen en primer lugar que los demás suelen tener como mínimo tanta razón como nosotros. En lo único en que no puede haber desacuerdo, el más mínimo desacuerdo, es en la descalificación absoluta de los que coaccionan y matan. Son gente envenenada, gente enferma que no tienen el menor derecho pero sí una tremenda capacidad de amargarnos y empobrecernos la existencia. Los nacionalistas democráticos tendrán que radicalizar su postura en estos temas y llevar esa radicalización a sus últimas consecuencias, sabiendo que el precio a pagar (y habrá que pagar u n precio) será muy leve comparado con las ventajas de recobrar la coherencia y la dignidad perdidas y asimismo la capacidad de acción positiva. Superado ese problema, España estará en muchas mejores condiciones para afrontcir los demás retos que genera la globalización y podrá tener el protagonismo internacional que empezó a merecer desde que puso en marcha un proceso político hacia la democracia que también parecía imposible. Juan Tomás de Salas, buenísima gente, demostró que lo primero que hay que hacer es perder el miedo al miedo. Hagámoslo. Perder ese miedo es la única forma de ganar. ANTONIO GARRIGUES WALKER Ultima Tecnología SIN CABLES SIN OBRAS Vía Radio PTA DIA i 366 366 Jurista

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