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ABC MADRID 20-08-2000 página 13
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ABC MADRID 20-08-2000 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO 20- 8- 2000 OPINIÓN 13 JAIME CAMPMANY CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS Marquina y el mal absoluto g L I O soy un héroe dijo el alcal W de de Marquina para explicar su conformidad con el homenaje ai terrorista Rementería en el salón de actos del Ayxintamiento. Aceptaba así, de forma paladina, que él no puede oponerse sin riesgo grave a la voluntad de ETA. Porque quien manda aquí y en todo el País Vasco, es ETA. Arzalluz ha explicado er comportamiento del PNV local como el mejor modo de aminorar las tensiones y procurar un poco de paz. El sistema que funciona en el País Vasco no es im proyecto de régimen totalitario, es una realidad totalitaria. No hace falta que el lendakari sea un etarra para que las connivencias y los compromisos personales y estructiu- ales funcionen de acuerdo con el proyecto diseñado por HB ETA. Todo lo que está sucediendo en las provincias del Norte es lo que Hannah Arendt vio con. extraordinaria finura en Los orígenes del totalitarismo cuando señala como ima característica de éste la de ponemos frente a la creación de lo a- sensato ante la desaparición del sentido de la Historia, ante la aparición de ima serie de tendencias del ser himiano que nimca habrían podido ser imaginadas, concretamente la insensibUidad ante el crimen, y que ponen de manifiesto la existencia de el mal absoluto o lo monstruoso como prefirió llamarlo Castoriadis. El País Vasco está siendo dominado por seres ¿himianos? entregados a una tarea histórica sin sentido empedrada de crímenes horrorosos de los que no se tiene conciencia. Es el lado Goulag y Auschwitz de nuestra condición. En vano algunos, relativistas de la Historia tratarán de comparar estos comportamientos a los que han tenido personas y movimientos considerados primero terroristas y después liberadores: lo mismo da palestinos que israelíes. No caen en la cuenta de que cuenta la causa y la de los nacionalistas vascos no tiene redención, no es la batalla de Ai el -Pero lo más inquietante no es sólo el comportamiento monstruoso delmimdo etarra que ahora organiza un- homenaje a alguien que ha muerto en plena preparación de im crimen sino a todo el mundo que acepta esta sinrazón, esta inversión de la moral. La compUcidad con el mal absoluto de ima ciudadanía tan amplia como las clientelas del PNV y EA y tantos tontos útiles fuera del País Vasco viene de la participación en las mismas motivaciones que exphcan aquél: la codicia, la envidia, el resentimiento, el odio, la inseguridad. Personalmente creo en la importancia del miedo como factor. Ño soy un héroe dice el alcalde de Marquina, pero a buen seguro su mUitancia en el PNV le Ueva a compartir razones últi- mas de los etarras aim cuando no esté preparado para la asunción del mal absoluto -El Goulag y Auschwitz no necesitaban más verdugos que los precisos y las organizaciones partidarias eran una eUte o vanguardia. Lo que hizo posible aquel mal absoluto fue la No hace falta que el lendakari sea un etarra para que las connivencias y los compromisos personales y estructurales funcionen de acuerdo con el proyecto diseñado por HB ETA El sexto y el octavo Aquí, los pecados de ombligo para abajo no tienen la consideración de pecado, ni en hombre casado, ni en político, ni en funcionario, ni en cura o beneficiado, ni siquiera en fraile predicador masa de los honrados ciudadanos que sé resistían a identificar los gemidos de las víctimas y que achacaban a chamusquina vulgar el olor que salía de los campos de exterminio. Nos cuenta el profesor Azürmendi, víctima de la limpieza étnica, mientras prepara las maletas para el exilio, que a él se le rebelaban los alimmos cuando criticaba la ausencia de libertades en la sociedad vasca. La existencia de ese aliminado es la prueba déla instalación del mal absoluto en las conciencias de miles de vascos. Desgraciadamente el eslogan Vascos sí, ETA no implicaba una división excesivamente generosa, poco rigurosa sociológica- y políticamente. Son demasiados los vascos que han perdido el. sentido del bien y del rnal y prefieren no enfrentarse a ETA porque participan de- á ún modo dé la sed de mal de ésta y porque están penetrados de esa nefasta creencia que consiste en que ceder a las ex encias de los más radicales es una forma de garantizar un mínimo de paz cuando, en realidad, es el mejor modo de ciütivar el mal absoluto OR lo que cuentan, lo que más fastidia a los norteamericanos de sus políticos, es que mientan. No se trata de tenerles en cuenta las mentirijillas, sino que mientan pública y solemnemente al Congreso, que es, en definitiva, mentirle a la Nación, mentirle al pueblo, mentirle a la General Motors y mentirle a la Historia. Los políticos yanquis tienen que andarse con mucho ojo para no faltar al octavo, que si no he olvidado los Mandamientos, es el que ordena no mentir. En cambio, aquí, a lo de mentir nole damos demasiada importancia. Es más, entre nosotros, el político que no miente es que es xm panoli. La verdad en boca de un político es muchas veces un suicidio, y lo que más se aprecia en hombre público es la gracia para echar el embxiste. Verbigracia, Felipe González. Los yanquis son más comprensivos para los pecados contra el sexto. No tanto como los celtíberos, claro, porque aquí, los pecados de ombligo para abajo no tienen la consideración de pecado, ni en hombre casado, ni en político, ni en funcionario, ni en párroco o beneficiado, ni siquiera en fraile predicador. Recordemos los versos que trae Cela al frontispicio de su libro zas, rabizas y colipoterras. me veo morfr. agora de penuria en esta desleal isla maldita, pues más a punto estoy que san Hüario; tanto que no se iguala a mi lujuria ni la de fray Alonso el carmelita n i aquella de fray Trece el trinitario Hoy este asunto ha cambiado. La infidelidad, que antes era. perdonable cosa de hombres, ahora ya es cosa de los dos. Cuernos mutuos. Dvurante la dictadura de Primo de Rivera, todo el mundo sabía en. España que don Miguel tenía de mozcorra a xma folclórica a la que si no recuerdo mal llamaban La Caoba. Un régimen tari obediente a los dictados de la Santa Madre Iglesia P como el franquista era muy, permisivo para el pecado de los políticos contra el sexto, siempre que no resultara demasiado escandaloso. El general Camilo Alonso Vega aleccionaba así a los gobernadores civiles bisónos: Y recuerde, si no es usted casto, sea cauto Algunos políticos nuestros ni siquiera se molestan en ser cautos, sino que hacen ostentación de lo que antes era tapadülo. Verbigracia, Alfonso Guerra. Bill Clinton hizo dos cosas mal en el asunto con la becaria. Mentir, que es cosa imperdonable en USA, y dar escándalo. Atender al trabajo de Ménica Lewinsky en el despacho oval, al mismo tiempo que a la conversación con un jefe de Estado extranjero, es una falta de consideración para ambos, sobre todo para Ménica Lewinsky, que permanecía en posición incómoda, arrodülada debajo de la mesa. El jefe del Estado estaría, al menos, repantigado en su sUlón. Son esos dos errores los que han arruinado la carrera política de Clinton, muy probablemente también la de HUlary, y de. momento ha dejado al partido demócrata en peligro de perder las próximas elecciones. Aquí; el escándalo se ha perdonado siempre con benevolencia. Sobre todo, si no era muy estruendoso. Ahora es peor. Como hasta hoy esos escándalos los han dado más bien los hombres, ahora se echarían enseguida encima (en el mejor sentido de la frase) las feministas, y organizarían la de San Quintín. Pero si no es muy gordo el escándalo, el elector perdona. Un üustre político democristiano me enseñó una especie de jacülatOTÍa a la inversa que no he olvidado. Si en el sexto no hay perdón ni en el noveno rebaja, ya puede el Señor Uenar el paraíso de paja O sea, que el político cauto, a fornicar. Y de paso, a echarle un tiento al séptimo. Ú í f ieáA fff irf M é ABRIMOS EN AGOSTO ÍSíiá StemcA SOMOS ÜNICOS EN PESCADOS Y MARISCOS Crfa. í e Ü Zoxmü, Km. MM ACCESO POR LA l y 2 ENTRADA DE LA FLORIDA- íe s. 91 30772 30 y 91 30773 36 (Parkingpropio m

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