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ABC MADRID 09-08-2000 página 13
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ABC MADRID 09-08-2000 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES 9- 8- 2000 13 Situación insostenible L día siguiente de que, víctimas de su propia violencia, murieran cuatro etarras- jóvenes patriotas -para Amaldo Otegi- en el barrio bübaíno de Bolueta, ETA ha desatado vma represalia feroz y sanguinaria. Por la mañana, los terroristas pasaron factura a la clase empresarial vasca, como castigo por el mensaje inequívoco de su patronal, Confebask, a favor del marco estatutario, frente a las iniciativas soberanistas de los firmantes del pacto de Estella. Por la mañana, ETA mató a José María Korta, presidente de Adegi, la asociación de empresarios guipuzcoanos y volvió a demostrar que su plan de exterminio de los discrepantes alcanza a todos los estamentos de la sociedad vasca. Pocas horas después, alrededor de las 18: 30 horas, fiel a su doctrina de extender el conflicto ETA colocó un coche bomba en la calle Platerías, situada en el barrio madrüeño de Chamartín, con el resultado de once heridos, uno deellos un guardia jurado en estado muy grave. La explosión fue precedida de un aviso a la policía y buscaba el terror indiscriminado, sin un objetivo definido. Simplemente, matar por matar. José María Korta era empresario, euskaldún y nacionalista. Fue asesinado por sumar su voz a la del resto del empresariado vasco que, como tantos otros colectivos de la sociedad vasca, está asustado ante el naufragio que ha provocado el nacionalismo en la vida política y social de País Vasco. A Korta no le llegó la póliza del seguro de vida extendida por ETA para los dirigentes del PNV y de EA. Por eso, el nacionalismo ha recibido el brutal asesinato de José María Korta con dolor y, también, con sorpresa, porque, como se han encargado de recordar algimos dirigentes nacionalistas, Korta era abertzale, uno de los nuestros según Román Sodupe, diputado General de Guipúzcoa. A aflicción de los nacionalistas es compartida por todos los ciudadanos no nacionalistas, que saben bien, desde hace muchos años, lo que es sufrir el golpe odioso del terrorismo. Pero el nacionalismo no debe imponer su sentimiento a la realidad, salvo que ofendan la memoria de cientos de víctimas. ETA no es hoy peor que ayer por haber asesinado a un nacionalista, condición que, en todo caso y según el discurso primario y militarista de los etarras, habrá llevado a la banda terrorista a considerar a Korta como un traidor. La muerte del presidente de la asociación de empresarios guipuzcoanos no agrava la maldad intrínseca de ETA, porque ETA siempre, incluso cuando selló su pacto infame con el PNV y con EA, ha sido pxu- a y simple maldad. El nacionalismo pasó por encima de este impedimento ético y, al acoger a ETA como un miembro más de la comunidad nacionalista, abdicó su compromiso con la convivencia pacífica de todos los vascos. ETA, sobre cualquier otra consideración, ha asesinado a un dirigente empresarial y ha lanzado m aviso muy claro a la sociedad vasca: la construcción nacional de Euskal Herria no admite disidencias y, por eso, la adhesión al proyecto secesionista es lo que garantiza no ser objetivo de ETA, que ha puesto a la sociedad vasca en estado de sitio, ante la abulia infinita del lendakari Ibarretxe, jefe de un Ejecutivo que pasará a la historia por haber entregado a la izquierda proetarra el control de las instituciones democráticas vascas a cambio de impulsar el proyecto soberanista que une, como un cordón umbilical, al nacionalismo, incluida ETA. A situación a la que se ha llegado es insostenible y exige una crisis democrática, que sólo puede ser el adelanto de las elecciones autonómicas, pero no para convertirlo en la ocasión de las rectificaciones oportimistas, sino del ejercicio de las responsabilidades. Pocos precedentes habrá en la historia de la democraciia de un parti (ío que, como el PNV, haya agredido tan gravemente la convivencia. de ima sociedad y que, al mismo tiempo, haya contado con la predisposición dé los demás partidos democráticos para el reencuentro en las reglas democráticas. L Partido Nacionalista Vasco ha despreciado todas las ofertas para retomar a un marco de respeto a la legalidad estatutaria y a la corresponsabilidad en la defensa de las instituciones vascas. Seguir lanzando el mensaje de la mano tendida al nacionalismo, tan reiterado en boca de algunos socialistas, sólo alimenta la soberbia de dirigentes como Xabier Arzialluz y Joseba Egibar, reafirmados en la gloria de su fracaso por una müitancia domesticada que se complace con gusto en la hermandad del nacionalismo, aunque en eUa pairticipe vma banda terrorista. La identificación del PNV con la estrategia soberanista de ETA es tan profunda que ni siquiera la ruptura del pacto de Estella sería ya suficiente para legitimar nuevos pactos con fuerzas no nacionalistas. Además, el PNV debe comparecer al juicio de las urnas con sus actuales dirigentes y con el s ddo de sus pactos con Herri Batasuna y ETA. Esto es lo justo y lo democrático, porque en octubre de 1998 se presentó a las elecciones con el reclamo de una paz trucada. Cualquier puerta falsa por la que el nacionalismo pueda eludir la rendición de sus verdaderas cuentas sería un engaño a los ciudadanos vascos. La sociedad vasca no admite más ficciones ni más escenas de aparente normalidad política. La degradación de la convivencia no puede seguir maquillada con vacuas llamadas al diálogo ni con propuestas de paz que no son sino simples señuelos del nacionalismo para dividir a las fuerzas constitucionalistas. El nacionalismo vasco se ha convertido en im moroso de la democracia y hay que exigirle el pago de su deu, da en las urnas. A responsabilidad del Partido Nacionalista Vasco y de Eusko Alkar; tasuna en la crisis política del País Vasco se proyecta en un correlativo compromiso que deben asumir las fuerzas no nacionalistas para que la defensa de la Constitución y del Estatuto sea el proyecto de futuro para la sociedad vasca. Los socialistas deben llevar a sus últimas consecuencias el compromiso de lealtad ofrecido por su nuevo secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, y dejar a un lado discusiones y matices de segimdo orden frente a la prioridad que ha de ser la movilización de forma conjunta con los populares por la vigencia de las libertades públicas y de los derechos fundamentales en el País Vasco. PRESIDENTE DE HONOR GUILLERMO LUCA DE TENA PRESIDENTE NEMESIO FEBNÍNDEZ- CUESTA EDITORA CATALINA LUGA DE TENA DIRECTOR JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS DIRECTOR ADJUNTO: José Luis González- Besada SUBDIRECTORES: Santiago Gástelo, Rodrigo Gutiérrez, Carlos Maríbona, José Antonio Álvarez- Gundín, José Alejandro Vara JEFES DE REDACCIÓN: V. A. Pérez. A. Puerta (Continuidad) L. I. Parada (Opinión) S. Guijarro (Nacional) M. Salvatierra (Internacional) J. Fernández- Cuesta (Sociedad) J. G. Calero (Cuh tura) J. A. Navas (Economía) E. Ortego (Deportes) A. Laso (IVIadrid) F. Álvarez (TV- Comünicación) F. Rubio (Ilustración) ADJUNTOS AL DIRECTOR; I. Sánchez Cámara. R. Pérez- Maura SECCIONES: P. Duran (Continuidad) J. González (Opinión) A. Collado (Nacional) A. Pérez (Internacional) R. Maestre (Sociedad) N, Pulido (Cultura) F. Cortés (Economía) J. C. Diez (Deportes) G. Muñoz (Madrid) A. Garrido (Delegaciones) R. Rey (Diseño) J. Romeu (Fotografía) PRENSA ESPAÑOLA, S. A. 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