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ABC MADRID 05-08-2000 página 37
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ABC MADRID 05-08-2000 página 37

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO 5- 8- 2000 TRIBUNA 37 algún lector elartícvilo QelUIZÁS estas mismas recuerdepubliqué soque en páginas bre origen asturiano de mi familia y la devoción que tenían por Armando Palacio Valdés. De éste presenté im personaje cubano que aparece en Riverita Ahora quiero destacar a varios escritores que vivieron en Cuba, fueron mis amigos y mucho me ayudaron en los inicios de mi tarea crítica y periodística. Entre éstos ocupa lugar relevante Manuel Isidro Méndez, nacido en Navia, Oviedo, y fallecido en La Habana en 1972. Llegó a nuestro país en 1896 y se estableció en Artemisa, no muy lejos de la capital. Pronto le atrajeron la vida y el pensamiento de Martí. Ya en 1925 editó José Martí, estudio biográfico que obtuvo el premio concedido por el Real Consistorio Hispanoamericano del Gay Saber, en Madrid. Como resultado de largas investigaciones publicó en 1941 José Martí, estudio biográfico crítico considerada una de las obras fundamentales para el conocimiento de la vida del Apóstol cubano. Fue miembro de la Academia de la Historia de Cuba. Tuvo a su cargo la edición dé ias Obras completas de Martí, realizada en 1946. Su hijo Melquíades fue mi compañero en la carrera de Filosofía y Letras. Muchas veces estudiábamos juntos en su casa, lo que me permitió tratar más cerca a aquel hombre austero y cordial que fue don Manuel Isidro. Luis Amao Blanco nació en Ribera de. Pravia en 1903. Estudió Medicina y Odontología en Madrid. Colaboró en los principales periódicos madrileños. Fue enviado por el Heraldo de Madrid a Cuba en 1933 para reportar la situación del país tras la caída de la dictadiura machadista. Retomó a Cuba en 1936, donde tenía lazos familiares. Obtuvo la ciudadanía cubana con certificado de nacionalidad. Pron- SALVADOR BUENO ESCRITOR Escritores asturianos en Cuba Quiero destacar a varios escritores que fueron mis amigos y me ayudaron en los inicios de mi tarea crítica y periodística to se incorporó a las actividades culturales y periodísticas. Ejerció la crítica teatral en el diario habanero Información Dirigió obras para el Patronato del Teatro. Obtuvo en 1946 el premio Talía por su dirección de La dama del alba de Casona. Como poeta editó Poema desesperado (por la muerte de Lorca) y Claustro y más tarde Ñapóles Sus cuentos obtuvieron menciones en el concurso Hernández Cata hasta ganar el Premio Nacional con Sola en 1951. Como narrador editó Doña Velorio. Nueve cuentos y una novela la novela Un pueblo y dos agonías Sobre la lucha clandestina contra la dictadura batistiana dio a conocer Ciudad rebelde Fue nombrado embajador en Portugal y después en el Vaticano. Llegó a ser decano del cuerpo diplomático en la Santa Sede. Murió en Roma en 1975. Desde muy joven se insertó en la vida cubana Rafael Suárez Solís, nacido en Aviles en 1881, de padre astiuriano y madre cubana. Se acogió a la ciudadanía cubana una vez establecido en el país. Realizó ima extraordinaria labor periodística por la que obtuvo varios premios. Por medio de artículos y ensayos fue un promotor del arte nuevo. Su labor como autor dramático fue relevante: en 1937 la Dirección de Cultura premió su drama Barrabás El Patronato del Teatro presentó varias de sus piezas. La Universidad Central de las Villas publicó su novela Un pueblo donde nunca pasaba nada (1962) Si la incansable tarea de Suárez Solís resulta notable en el periodismo y en el teatro, no lo es menos en el ensayo. Entre los reimidos en libro tenemos Molde, imagen editado por la Revista de Avance y más tarde, La resonancia del süencio Agrupó sus obras teatrales, con temas cubanos y asturianos en Teatro (1954) Su estupenda labor como promotor cultural se vuelca en la organización de exposiciones y en el estímulo de jóvenes escritores. Mu- rió en La Habana en 1968. amigos íntimos, el U NOS orohan celebradomuySecercanos ensus afecto, recientemente bodas de matrimoniales. casaron muy jóvenes. De ahí que hayan Uegado a esta efeméride bastante presentables; ella casi tan beUa y agraciada como en aquel rememorado día. Su mirada centelleante de üusión, aimque impregnada de esa apacibUidad y sosiego que brinda el paso de los años. Un frondoso y fértil ramaje de hijos y de nietos les rodeaba bullicioso y exultante. Mi amigo, que es sólido en creencias, repetía en su interior aquella exclamación de San Agustín al contemplar un brote de atrayentes rosas, Señor, no grites tanto La juventud y la vejez no van indefectiblemente imidas a los años figurantes en el Registro. Son las personas, sus cualidades y convicciones, su aptitud para alimibrar nuevos proyectos, su capacidad de comprensión y de optimismo ante la vida, las que marcan la verdadera edad del ser hmnano. La celebración litúrgica fue sobria y digna. Hasta se impusieron de nuevo los anülos como renovación de fidelidad e inicio de otro periodo de ventm- as. En la celebración, familiar e íntima, hubo derroche de regocijo y de nostalgia, acopio de recuerdos y de anécdotas. Después, unos momentos serios, de contenida trascendencia. Nosotros habremos triimfado- -decía mi amigo a sus hijos- -más que por vuestros éxitos profesionales y académicos, si os mantenéis unidos, si conserváis los valores humanos y los principios morales y religiosos que os enseñamos. Los hijos, en medio del humor y de las bromas, hicieron sitio a esas palabras entrañables que colmaron el ambiente de una exquisita fragancia. Gracias por vuestro cariño, por inculcarnos el amor al trabajo, por los consejos que siempre nos prodigáis, por habernos hablado de Dios... FRANCISCO SOTO NIETO EX MAGISTRADO DEL TRIBUNAL SUPREMO Familia La familia es la institución imperecedera en donde el hombre se realiza y de donde parte hacia las direcciones de la vida La famüia, hervidero del gran amor natural y amistoso, es la institución imperecedera en donde el hombre se realiza y de donde parte hacia las direcciones que la vida le reserva. Siempre, siempre, traslucirá en su recorrido vital el bagaje formativo y afectivo que le viene de sus raíces familiares. Con razón se ha señalado que el hombre sólo alcanza la plenitud de sí mismo en el seno de la sociedad a la que pertenece y en la que la famüia ñgura como célula básica y primordial para su desarrollo. La famüia- -viene repitiendo Juan Pablo II- -es la comimidad humana fundamental; cual es la famüia, tal es la nación, porque tal es el hombre. La familia constituye un esfuerzo renovado de lealtad y entrega. No es ima sociedad coyimtural con plazo limitado de vigencia. Las adversidades y el dolor, cuando llegan, la fortifican y engrandecen. No puede quedar a merced de veleidosos juegos de inconstancia sentimental. Que nadie, frivola o malintencionadamente, trate de destruirla y convertirla en pavesas. Otro atentado que sufre la famüia proviene de su valoración como organización productiva en aras del logro de un presimto bienestar en el que el consmnismo ocupa atención preeminente. Una hueUa de vaciedad y estupor nos dejó a todos la singular producción de Robert Benton Kramer contra Kramer El protagonista, que tan bien asume Dustin Hofifman, apenas se apercibe del acoso que suponen sus atenciones profesionales y sus ansias de máxima promoción. Su mujer acaba desertando del hogar en busca de ima emancipación que se le ofrece atractiva. Caparros Lera comentaba que este film puede favorecer la reflexión sobre los verdaderos y los falsos remedios ante las crisis conyugales. El matrimonio es ima historia de amor indefinida, en su seno se revela la enorme capacidad de entrega de los que lo componen. Estos días recorre nuestras librerías la traducción de una obra que ha alcanzado gran difusión en Italia, La gran aventura. Una apología del matrimonio de M. Brancantisano. Se nos recuerda que aun en la edad madura hay que velar por la consolidación del matrimonio. El amor no tolera claudicaciones ni relajaciones y exige a cualquier edad el vigor y la energía propia de la juventud. Con el discurrir del tiempo la relación de amor se enaltece y autentiza. Es coino un arco luminoso que trasciende la vida de los esposos y alcanza a la generación que le subsigue y pasa a empuñar la antorcha. En una deliciosa y reciente película, Una historia verdadera de David Lynch, el protagonista y anciano Alvin cuenta a una joven que ha abandonado su casa: cuando mis hijos eran pequeños les daba una ramita a cada uno y les incitaba a romperla, y así lo hacían sin diñcultad. Luego les daba varias juntas y les pedía lo mismo; ya no podían quebrarlas y les decía ese manojo es la famüia

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