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ABC MADRID 01-08-2000 página 76
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ABC MADRID 01-08-2000 página 76

  • EdiciónABC, MADRID
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-tí 76 MARTES 1- 8- 2000 ABC gente de verano Los clásicos de ABC El laberinto a muchacha tiene diecisiete años, dieciocho, dieci ¿Pero qué es nada? nueve, tal vez veinte. Esto no importa demasiado. La niña, la muchacha, recorre su laberinto con los Aún le quedan a la muchacha padecitos de risa, ojos asustados. Asustados del laberinto. A veces de sí adolescente en los ojos. Tristeza adolescente en la misma. Toca, idealmente, los fríos muros. Cree enconmirada. Aún no está- no puede estarlo- -segura trar en ellos una temperatura humana, una ventanita de nada. En nada pisa seguro. Ni en lo moral ni en lo por la que mirar. Pero el laberinto es inexorable, herfísico. Se le rompen con alarmante frecuencia las memético, duro, mudo, ciego. La niña, la muchacha, duda dias, le duelen los tacones A veces cree que le duele de que sea así el laberinto. ¿Y si ella misma es laberinel estómago y es que le duele el alma, el mundo inédito? ¿Si es eUa la hermética, la dura, la muda, la ciega? to. A la niña le parece la vida algo muy difícil. Hasta la primavera tiene como un idioma extraño, que no enEn la casa la llaman, claro está, la niña. ¿No es una tiende. niña? Si y no. Podría decirse con mayor justeza que César aún es una niña. Pero también es una mujer. Toda una La niña, la muchacha, mira a su GONZÁLEZ- RUANO hermanas mayores. Las mira comojoven madre, a sus mujer. En su casa la Uaman la niña: a seres concretos. Pero niña, ¿ya tienes así los zapatos que compraPublicado el 7 de Se ponen tristes cuando algo triste les acontece; alegres razón de alegría. hombres, con mos hace unos días? Mira tu madre... octubre de 1962 eUas, cuando hay o malos. Pero son. Los qué es para la son buenos ¿Y La niña quiere mucho a sus padres. Pero cree que no la entienden. EUa sí cree niña, para la muchacha, -entendernos. La niña un hombre? Un mundo de ama su ambiente, pero al confusión. El que le gusta mismo tiempo algo, no saoír no le gusta como posibe qué, la hiere, la incomoble compañero. El que le da, la rechaza una adhegusta como posible compasión total. La niña, con freñero le abiu- re en las pricuencia, tiene así como la meras conversaciones. Escara larga. te es fatuo, el otro demasiado tímido. Ese parece que- ¿Pero qué quiere esta viene a pasar el rato. Pero niña? ése parece que no tiene No, la cosa es que la nitiempo de pasar, que paña no quiere nada espesar. cial, nada, por lo menos, determinado. Eso es lo La niña, la muchacha, se malo. Sabe sólo que quieexamina a veces como a re. Empieza a sospechar una extranjera. No es ñolo que no le gusta. Lo que ña. Tampoco es una fresle gusta, no. ca Siente miedo ante- -A esa edad yo estaba cualquier audacia. Pero como unas castañuelas... también desdén por el or ¿Y cómo están las castadenado calculador. No quiñuelas? ¿Quién precisa siera tener unas relaciobien, en el recuerdo, cónes muy largas, de esas mo sonaban nuestras cas de barba pero no se extañuelas? plica cómo su amiga se ha La muchacha tiene diecasado con un novio que cisiete, dieciocho, dieciapenas ha tenido tiempo nueve años. Tal vez veinde conocer. Si la hacen este. Esto no importa dematudiar piensa que se la tirasiado. niza inútilmente. Si no la Secretamente, como en hacen estudiar, un día se revolverá como un cardo: un placer doloroso, la ni ¡La culpa es vuestra, por ña, la muchacha, está enahaber sido demasiado blanmorada del Amor. Cuandos! do alguien se acerca a su La muchacha, la niña, se temblorosa existencia, el ha quedado esta noche, cocorazón dice: ¡Es éste! Y mo tantas noches, en casa. la cabeza, esta linda cabePero no puede concüiar el za que creen que no piensueño. Da vueltas y vuelsa, pero que acaso piensa tas en su camita clara. demasiado, duda de lo Una rara angustia pesa soque dice el corazón. ¿Sebre eUa. La niña, la muchará éste? La duda es la constante de esta muchacha. Duda de todo. Por eso, cha, piensa que simplemente es el calor. La niña abre de par en par la por el pánico que tiene a dudar, la muchacha aparece siempre como ventana. Empieza a amanecer. Un airecülo suave mueve los árboles. demasiado segura de sus ideas. Irritantemente segura de lo que dice. Es demasiado temprano. ¿Demasiado temprano o demasiado tarde, No lo está. Es que necesita oírse a sí misma, necesita confirmaciones Dios mío? La niña vuelve a su camita clara. Por la mañana, a la hora de que nadie le da. Lo que hasta ayer, hasta anteayer tenía contenta a la niña, de s desayunar, no tiene ganas de probar bocado. ¿Qué te pasa? ¡Te estás quedando hecha un espárrago! pronto le aburre, casi lo detesta. Quisiera ser otra, cualquier amiga La niña, la muchacha, inclina su cabecita sobre la taza de café con le parece un ser envidiable: ésa porque se va a casar; ésa otra porque no piensa ni en tener novio; aquélla porque es mucho más rica y leche. Luego vuelve a su cuarto. Se arregla lentamente. Se mira en el puede comprarse lo que quiera; la otra porque es pobre y no tiene espejo. Está a punto de llorar. Pero como son ya las once entra con su bolso de mimbre en la habitación de e star y dice simplemente: duelos de imaginación. -Bueno, me voy a la piscina... ¡Si ella lo tuviera todo! ¿Pero qué es todo? ¡Si eUa no tuviera nada! L iv

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