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ABC MADRID 02-01-2000 página 45
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO 2- 1- 2000 45 El Efecto 2000 o el vertiginoso paso del tiempo s seguro que los padres de los primeros computadores sabían que los dispositivos de manejo de fechas basados en la representación de cada año por sus dos últimos dígitos no servirían para garantizar el automatismo del sistema más allá de 1999. Aceptada esta premisa, cabe preguntar: ¿Cómo es posible que en el desarrollo de la arquitectura de los circuitos electrónicos (hardware) o de los programas de control (software) se hayan colocado dispositivos con plazo de caducidad? ¿Y cómo es posible que se hayan generalizado tanto estos sistemas automáticos, también llamados sistemas empotrados, hasta el punto de crear en todo el mundo una convulsión social conocida como Efecto 2000 que ha exigido costosas reparaciones? Es diñcil buscar explicaciones sencillas a fenómenos complejos como los que provocan estas preguntas. Pero no creo equivocarme si señalo como causa principal, entre todas las posibles, el exceso de confianza colectivo en las modernas computadoras basado en la previsión de una vida útü más efímera. Los más imprudentes diseñadores de las más antiguas arquitecturas de los circuitos electrónicos o de los programas de control no alcanzaron a prever que sus proyectos continuarían en servicio en el horizonte entonces lejano del año 2000. Es claro que la genialidad no forma necesariamente pareja estable con el instinto previsor. No es una crítica hacia los descubridores sino el reconocimiento de la diversidad en el reparto de las cualidades hirnianas. A eUo, sin duda, se ha unido la asombrosa aceleración del paso del tiempo. El ritmo de los acontecimientos aumenta vertiginosamente a medida que la humanidad amplía las fronteras de sus conocimientos con las nuevas tecnologías. Con ello, la percepción subjetiva del tiempo en las sociedades desarrolladas tiende a acortarse, lo mismo que los viejos horizontes espaciales de los ciudadanos tienden a ensancharse. Pensemos que hoy recibimos en milésimas de segvmdo la información que hace vm siglo tardaba meses, y que hoy medimos en minutos los desplazamientos que hace doscientos años nos costaban semanas. Sentados ayer ante un televisor, hemos podido celebrar la Uegada del año 2000 en Sydney, en Tokio, en Pekín, en Moscú, en Madrid, en Nueva York, en Las Vegas o en Los Ángeles, sin movernos MoviLine Óptima E de casa. Nuestros antepasados no pudieron imaginar tales maravillas, ni siquiera cuando celebraban la más próxima de 1900. Y es que, en este siglo XX que entra en su recta final se ha acelerado tanto el ritmo de la vida que un gran pensador como Ernst Jünger afirma que los hombres de hoy no tenemos tiempo Sin embargo, el tiempo existe realmente, y se presenta de modo implacable en circunstancias inesperadas como la llegada del año 2000 para las computadoras que seguían utilizando sólo los dos últimos dígitos en la fecha para identificar el año. La fórmula obligada para resolver el problema sobrevenido ha sido el trabajo exhaustivo de las Administraciones Públicas y las empresas privadas, gracias a sus directivos, técnicos y trabajadores, acompañado de una inversión intensiva en renovación de equipos informáticos que, según las estimaciones realizadas, sólo en España ha superado la cifra de 600.000 millones de pesetas, de los que algo más de 30.000 mülones de pesetas corresponden a la Administración General del Estado. ¿Se pudo ahorrar una parte de este trabajo y de este dinero con un menor exceso de confianza de los diseñadores de las primeras generaciones de computadores y una mayor previsión temporal de los ingenieros encargados de instalarlos? Es seguro que sí. Pero en la naturaleza de las personas, sabias o legas, el acordarse de Santa Bárbara cuando truena es una costumbre de validez universal. De la misma manera, también ha demostrado su validez xmiversal el concepto de la aldea global referido al conocimiento tecnológico, que ha facilitado el alto grado de respuesta uniforme mundial al temido Efecto 2000. El progreso es y seguirá siendo un binomio definido por los retos y los riesgos. Mientras las ecuaciones del progreso nos sigan demostrando que la capacidad humana está en condiciones de controlar los riesgos, como se ha demostrado una vez más en esta ocasión, las mujeres y los hombres podremos seguir presumiendo de la condición de seres superiores de la Creación... a pesar de que el tiempo continúe desbordándonos. Precisamente por eso, la condición de profeta seguirá perteneciendo a lo sobrenatural. Francisco ÁLVAREZ- CASCOS Si quieres que t e feliciten esta lavidad, regala Moviline Óptima. Tu Pack por 7 500 ptas. hasta con 9 500 ptas. en llamadas. ¿Estás pensando qué regalar esta Navidad? Pues lo tienes fácil, regala MoviLine Óptima, sin mensualidades ni ataduras, listo para hablar y hasta con 9.500 ptas. en llamadas y la máxima cobertura. Seguro que te felicitan. OPtüSa rin. í Dama al 14 9 f MOKIA www. movilinc. com é r nfj MoviLine

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