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ABC MADRID 26-05-1999 página 3
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ABC MADRID 26-05-1999 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 26 DE MAYO DE 1999 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUGA DE TENA ABC aquel Rey Menandro o Milinda que disputaba con el sabio indio Nagasena. Pero ya antes Alejandro hahía disputado, en la misma Taksila, con los ascetas desnudos vestidos de aire que le criticaban su afán de poder y riqueza y sus guerras. Pedidme lo que queráis les dijo el macedonio. La inmortalidad le contestaron. Eso no puedo dároslo repuso. El único deseo de los que nada deseaban les era negado. Diógenes el cínico le había pedido, simplemente, desde su tonel, que no le quitara el sol. Pero también añoraba Labore, desde que, de niño, leía el Kim de Rudyard Kipling, cuyo padre fue el primer director de su espléndido museo Victoriano (allí llevaron, desde un monumento público, la estatua de la Reina Victoria, cuando la independencia) A su puerta sigue el famoso cañón Zamzama, que recuerda las guerras de los sikhs y fue traído a Labore por un raja indio. Al abrirse la novela, sobre él está a horcajadas el niño anglo- indio. El que se acercó a aquel extraño visitante, el viejo lama rojo tibetano que recorría la India buscando el río misterioso en que encontraría la liberación, el nirvana (al fin lo halló: pero, ¿encontró el nirvana de verdad o se ahogó simplemente, como querían los incrédulos? El mundo es grande y terrible le decía a Kim, convertido en su chela, su niño acompañante. Me recuerda lo de el mundo es vasto y ajeno de Ciro Alegría. Hacíamos él camino de Alejandro, sólo que al revés, desde Karachi y Thatta, donde embarcó para Babilonia (y desembarcó el 711, extraña coincidencia con nuestra historia, Mohammad ben Qasin, el primer conquistador musulmán de la India) Y recorríamos bajo un sol de justicia (la gente se nos desmayaba) Mohenyo Daro, con Mesopotamia y Egipto la tercera cultura urbana del bronce, que echó al mundo a rodar hacia adelante. Y Labore, con sus hermosos monumentos DOMICILIO SOCIAL J I LUCADETENA, 7 28027- MADRID DL: M- 13- 58. PÁGS. 136 Viajando por Pakistán STÁBAMOS en el Paso Khyber, escoltados por una guardia armada, tras atravesar villorrios en cuyos bazares te venden tranquilamente un kalashnikov de los que, entre armamento vario, cuelgan del muro: por ochenta dólares, precio sin competencia. Habíamos superado muchas tensiones y rebasado luego los fuertes con que los sikhs primero, los soldados británicos después, defendieron el paso: los nombres de sus regimientos, los recuerdos de su heroísmo. Y Landi Kotal, paraíso de contrabandistas. Ahora se abrían ante nosotros las montañas del Afganistán y pasaban a nuestro lado los destartalados vehículos que circulan de Peshawar a Kabul y al revés con armas y lo que se tercie. Pakistán ayudó, así, a parar a los rusos en Afganistán. Ahora están allí los talibanes. Al llegar el día anterior a Peshawar nos encontramos en el hotel con una reunión en la cumbre entre éstos y sus amigos del Pakistán. No muy tranquilizador, insensato sacarlos en vídeo como una audaz compañera pretendía. El Paso Khyber, que no llega a mil metros, es el portillo principal del Hindú Kush, la verdadera puerta de la India. Por él entraron los indoeuropeos 2000 años antes de Cristo y Alejandro el 327 (bueno, un poco más al Norte, por el valle de Chitral) y los griegos de Bactria en el 185 y los partos y sacas a fines del siglo I a. C, y los kushanes en el I d. C: todos, pueblos indoeuropeos diversos. Y luego los hunos el 445, verdadera catástrofe, y los musulmanes de Muhammad de Ghazni y de Muhammad de Ghor en los siglos XI y XII: entre unos y otros, acabaron con el hinduismo y el budismo. Y los mongoles de Babiu- en 1524 y Nadir Shah, el persa, el que se Uevó el Trono del pavo real, en 1738. Una bonita lección de historia, una visión de los impulsos culturales venidos de Occidente y que crearon, andando el tiempo, las grandes culturas de Asia. Fundiéndose con las culturas del Indo, que conocemos en Mohenyo Daro y Harappa. Éramos un pequeño grupo de veinticinco personas, en un viaje de la Sociedad Española de Estudios Clásicos. Algún colega distinguido me había preguntado, más o menos, que qué se me había perdido a mí en el Pakistán. Ya mi suegra, en tiempos, me había hecho la misma pregunta con referencia a lugares diversos. Se me habían perdido muchas cosas, desde los tiempos en que estudiaba a los indoeuropeos y a los griegos y al Rey Asoka, con sus hermosos edictos que buscaban humanizar el mundo y que yo traduje al español. Y a los budistas, con su arte de Gandhara influido por los griegos, que luego se extendió por toda Asia (China, Corea, Japón... Aquí en Gandhara, en torno a Taksila, se creó también xma literatura greco- india: diálogos sapienciales, fábulas, libros de gobierno, ya en griego, ya en lenguas indias. Todavía le venden a uno monedas más o menos auténticas de los Reyes indogriegos, con leyenda en indio y en griego, yo compré una de E DIRECCIÓN DE EMPRESAS MARKETING y RELAOONES PUBLICAS ¡BMÜEBHra g Staffordshice Uoiversify QUCENIS UNIVERSITY -REINO UNIDO- TURISMO BacheloT in Business Administration SaáeloT of Science in Management and PtAlic Relalions CENTRO AUTORIZADO POR UAEJ) PARA IMPARHR LA DIPLOMATURA UNIVERSITARIA mongoles: los de Shah Jahan sobre todo, el constructor del Taj Mahal en India y, aquí, de tumbas, mezquitas y jardines maravillosos. Después de haber honrado así a toda su familia, le metió en prisión su hijo Aurangzeb, por derrochador, y le condenó a comer un solo plato al día: eligió uno de lentejas. Así pasa la gloria del mundo. Y vimos las inscripciones de Asoka (en India en indio, aquí en arameo, en griego en el Afganistán, fíjense) y los recuerdos indios y griegos (Sirkap, ¡una ciudad griega en la India! y budistas: estupas, monasterios, estatuas. Y subimos a Peshawar y, luego, al Khyber y al bello valle de Swat más tarde. Swat que es nombrado en el Veda, era entonces Suvastu. Es Pakistán- una nación potente, con 140 millones de habitantes- un lugar de contrastes. De la costa y el desierto asfixiantes a los valles casi suizos. De las calles y bazares tradicionales del Oriente a la estética entre británica y futurista de la joven capital Islamabad (que, parece, no pueden sostener) Hay allí una inmensa biblioteca sin libros, un continente sin contenido. Nada extraño, también en Occidente la gran arquitectura va convirtiéndose en un fin en sí, en un show hay museos que son inmensos edificios casi vacíos, espléndidos Guggenheims. Y se pasa de las mujeres de aspecto occidentalizado a las que llevan la burka, cubiertas totalmente, con una breve celosía en los ojos. Y de las más viejas culturas a la bomba atómica. Es un país con hoteles espléndidos y bellos paisajes (las montañas, el Indo confluyendo con el Kabul, el Swat) y sus aldeas entre pintorescas y mugrientas. Con sus bazares indescriptibles, de arquitectura decrépita, de mercancías orientales (sedas, tapices) y occidentales (televisores y toda clase de juguetes tecnológicos) casi sin mujeres. Con sus autobuses abarrotados, arracimados por fuera y en el techo, pero, eso sí, pintados de un modo barroco y sugestivo, hasta con aves en un cielo azul y lagos paradisíacos. Con su compañía aérea para la que retrasos de seis horas o pérdida de maletas a chorro son una bagatela. Con sus punjabís y pathanes y baluchis y los demás. Con sus terroristas ¿quién no los tiene hoy? sus separatistas ¿quién no los tiene? y sus fxmdamentalistas ¿dónde no? A veces son los mismos. Un gran espectáculo humano, a más de histórico, un gran laboratorio social y cultural. Es un país de frontera, todo él, no sólo las áreas tribales del Noroeste, semündependientes, poco tranquilizadoras para el viajero. Siempre lo ha sido desde cuando ya el Hindu- Kush, ya el río Indo (con su fuerte de Akbar) detenían a los invasores. Es indio y no indio, musulmán pero en un estilo propio. Un gozne, una articulación sometida a mil influjos. Está en un momento en que quiere avanzar hacia adelante, pero no se sabe cómo y cuando lo hará. O si lo hará. ¿No es bastante para hacer recordar, sentir, pensar? Francisco RODRÍGUEZ ADRADOS de la Real Academia Española E s a t a 1 S o f c i l a Costa tRica. 9. y 91 i350 a 12 12

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