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ABC MADRID 16-12-1998 página 50
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ABC MADRID 16-12-1998 página 50

  • EdiciónABC, MADRID
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50 ABC L final de los años cuarenta, cuando conocí al beato Josemaría Escrivá de Balaguer, me impresionó la fuerza con que hablaba de la libertad. Nos hacía ver que estábamos obhgados a defender la libertad personal de todos, que Jesucristo nos ganó muriendo sobre el madero de la Cruz, porque, si no, ¿con qué derecho podríamos reclamar la nuestra? El fundador del Opus Dei no basaba su aprecio a la libertad en razones culturales o sociológicas, sino en el convencimiento de que es el mayor don que Dios ha concedido al hombre en el orden de la naturaleza. Además, tenía la convicción radical de que cada persona encierra un tesoro infinito: cada alma, creada por Dios, vale ¡toda la Sangre de Cristo! Por eso. Dios no quiere esclavos, sino hijos, que van adelante con un delicado respeto hacia los demás. Muchas veces he repasado estos criterios originarios, especialmente al pensar en la necesidad de vivir y fomentar los derechos fundamentales. Y es lógico que vuelvan a mi memoria cuando conmemoramos el quincuagésimo aniversario de la Declaración Universal de 1948. Como ha proclamado Juan Pablo H, de acuerdo con las enseñanzas del Concilio Vaticano n, el hombre, con sus gozos y esperanzas, con sus limitaciones y angustias, es el camino primero y fundamental de la Iglesia. Lo afirmó en su primera Encíclica y lo comenzó a desarrollar en el memorable discurso de. Puebla (México, 1979) El ser humano posee una dignidad incomparable. Por eso, el orden social, cualquier exigencia del progreso, debe subordinarse al bien de la persona. La fe en que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios nos une a los no creyentes, y fortalece la afirmación de la dignidad humana que tantos comparten hoy con independencia de su religión. También porque esa condición de la naturaleza humana encierra un dinamismo para alcanzar su plenitud. El hombre crece como hombre en el tiempo y en la historia, en su estar en el espacio y en el mundo. Los elementos sempiternos de su esencia se desarrollan a lo largo de las diversas generaciones, y permiten redescubrir nuevas facetas de ese espléndido diamante que es la persona. Tal vez por esto, ha sido preciso llegar a la edad contemporánea para que la creatividad humana profundizase sobre sí misma y formulase TRIBUNA ABIERTA MIÉRCOLES 16- 12- 98 A REAFIRNIAR LOS HORIZONTES HUMANOS de nuestro tiempo: ¿Y no es acaso de lamentar, entre las sombras del presente, la corresponsabilldad de tantos crisPor Tomás GUTIÉRREZ CALZADA tianos en graves formas la magnífica relación de derechos que estos de injusticia y de marginación social? (Carta Apostólica Tertio Millennio Adveniente días festejamos. La Declaración forma parte principal de un 1994,36) proceso indudable de mejora de la condición Vale la pena avivar la sensibilidad, prevenihumana. Desde la fe católica advertimos una dos contra actitudes que tal vez puedan tener inspiración radical en la dignidad de la per- una justificación inmediata, pero que lamensona, que pone de manifiesto el tarán las futuras generaciones. amor eterno de Dios sobre las criaAhí radica en buena medida la mituras. Pero ha sido preciso formular sión de los laicos, para dar sentido esos derechos y übertades y apUcarhumano y ético a la vida social, a los en determinadas fases de la vida la cultura y a cualquier realizacolectiva de la humanidad: a veces, ción humana. No se trata de impocon resistencias, porque se expresaner criterios exógenos, sino de ser ban en contextos culturales ambilevadura, de suscitar tenazmente guos que podían parecer contrarios el compromiso para promover la a la tradición cristiana. justicia, desde esa hambre de pan y de sabiduría que surge de la coCuando termina el segundo mileherencia en la fe, y que se desnio, forzoso es reconocer que los mapliega sin claudicaciones ni conlentendidos están superados. Dentro formismos, lejos de todo fanadel ampho margen que Dios dejó a la tismo unidireccional: la libertad libertad de los hombres, hemos saque Cristo nos ganó asegura un bido discernir con prudencia y justicia, dando a Dios lo que es de Dios, y T. Gutiérrez Calzada margen muy amplio de pluraVicario Regional del lismo en la acción de los cristiaal César lo del César. Los cristianos Opus Deten España nos también en el campo de los caminan hoy, de hecho, a la cabeza de la promoción de los derechos humanos, en derechos fundamentales. sus múltiples y crecientes manifestaciones. Cuando se habla tanto del derecho a la Como sintetizaba el fundador del Opus Dei en paz viene a la memoria el viejo principio que una homilía de 1963: Hemos de sostener el de- Pío x n tomó como lema de su pontificado: recho de todos los hombres a vivir, a poseer lo opus iustitiae pax Pablo VI lo ampliaría a necesario para Uevar una existencia digna, a categorías que anticipan la actual globalizatrabajar y a descansar, a elegir estado, a formar ción, cuando afirmaba en laEncíchca Populoun hogar, a traer hijos al mundo dentro del ma- nun Progressio que el desarrollo es el nuevo trimonio y poder educarlos, a pasar serena- nombre de la paz. De ahí la infinidad de manimente el tiempo de la enfermedad o de la vejez, festaciones de cooperación internacional que a acceder a la cultura, a asociarse con los demás reconocen su íntima inspiración cristiana. Porciudadanos para alcanzarfineshcitos y, en pri- que no cabe el conformismo, la inhibición, la mer término, a conocer y amar a Dios con plena pasividad, cuando están en juego los horizonlibertad, porque la conciencia- si es recta- des- tes humanos de- nuestro mimdo. Es grande, en cubrirá las huellas del Creador en todas las co- cambio, el margen de creatividad y de iniciasas Amigos de Dios 171) tiva, para conseguir, sin miedo a la utopía, que Al batallar por la d nidad humana, se des- en ninguna parte del mundo se violen o descocubren nuevas exigencias, que dan lugar tam- nozcan derechos fundamentales. Sin duda, el bién a expresiones jurídicas inéditas. El Papa Espíritu Santo üimiinará a las almas, para que Juan Pablo n marcha en primera línea y, en la caridad y solidaridad cristianas aseguren la este fin de milenio, invita a interrogamos con comprensión y el afecto en esa gran batalla por humildad sobre las responsabilidades que po- el fortalecimiento de los derechos básicos de la demos tener respecto de los males y sombras humanidad. vizcaitarras, depende del partido en juego, poblaban las calles madrileñas de chapelas, hoy Por Santiago LÓPEZ CASTILLO txapelas anudados al con el régimen anterior era en el balompié, mal cuello los pañuelos según colores, al son del llamado deporte rey, u opio del pueblo, cuando txistu y tamboril. Era una delicia de afición y hoy el interés general y la vía digital en- los hinchas madridistas y rojiblancos disfrutatran por vena. Con Franco no ocurría lo que ban con denuedo y no se les hinchaban las peloahora se comenta. A la capital Uegaban la Real tas. Nunca. y el Bilbao (hoy Athletic obligatoriamente, Hoy, desgraciadamente, la fiebre autonoejemplarizante en el significado de la rubia al- mista independentista ha convertido los partibión, ríase del euskaldún y destorníllese del dos de fútbol en hogueras. De un lado, las ikucastellano o español) Llegaban los equipos vas- rriñas; de otro, las nacionales, vamos, la roja, cos con el respeto y la veneración de los aisko- amarilla y roja, o sea la española según la Conslaris, los pelotaris o versolaris. A Chamartín y titución o la estatal según la periferia (en el gaal Metropolitano (denominación, para los no llinero también se cuelan las inconstitucionainiciados, de los campos del Madrid y Atlético les) Brillan por el forro las blanquiazules o rode Madrid en los años cincuenta, respectiva- jiblancas banderas de equipos bizarros de mente) asomaban gentes entusiastas de los otrora o de siempre. Y aunque la expresión ha equipos de las provincias vascas, todos nos de ser Ubre aún en tela, nadie osa enarbolar la sabíamos de corrido la delantera bilbaína, que bandera española en San Sebastián o en San siempre terminaba en Gainza, y las gentes de Mames. El fanatismo, de una u otra parte, ciega Madrid se deshacían en elogios cuando no re- las mentes y desboca las pasiones. Consuela esventaban en aplausos por aquellos equipos del cuchar hoy la inocente estrofa del himno de Norte que tenían sangre en las venas y eran de ayer, con las mocitas madrileñas que van alepura raza. En los prolegómenos, los donostias o gres y risueñas porque juega su Madrid... Aitor le atravesó el corazón una navaja lorquiana acerada con luz de luna. A un camionero le cosieron a puñaladas unos gitanos no lorquianos ahitos de venganza por la muerte sin querer de un churumbel Ubérrimo de padres. El filo penetró casi sin querer, en uno y otro caso, por la piel de la vida y las vidas sucumbieron desangrándose. Todos conocemos que el infortunado aficionado de la Real se llamaba Aitor Zabaleta y pocos, o nadie, recordamos el nombre del camionero muerto en Nazaret Valencia, vida y muerte de otro Jesús sacrificado. Está claro- triste es decirlo- que las muertes se acogen y se airean según sea la militancia, partido o equipo de fútbol. Alguien dijo- ¡leches! -que a la hora del enterramiento todos somos iguales. La socialización de la muerte, empero, no ha llegado al otro mundo. A éste, menos. El vivo capitaliza el fin de lo último para mejor seguir viviendo. Total, toda una disquisición que nos podría llevar en el tiempo hasta el juicio final. Pero usted iniciaba estas historias con lamento, sobre todo, por los hechos luctuosos del fútbol. Si en algo había que estar de acuerdo A ECOS DE AYER

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