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ABC MADRID 08-11-1998 página 3
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ABC MADRID 08-11-1998 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 8 DE NOVIEMBRE DE 1998 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA I STA superficial digresión podía haberse titulado también El melodrama del abuelo He dudado entre una forma y la otra. La que ha quedado parece indicar que El abuelo la novela dialogada o su posterior versión teatral, dé Galdós, fue un antecedente del género denominado melodrama o, por lo menos, de su auge. La otra, la omitida, habría sugerido que El abuelo era un melodrama. Rechacé ésta porque los profesores de literatura nunca utilizan el adjetivo melodramático al referirse a la obra de Galdós. Es más, el profesor Gonzalo Sobejano en Echegaray, Galdós y el melodrama (1978) cita a Galdós como opuesto al melodramatismo de Echegaray: la índole melodramática del teatro de Echegaray, muy distante de la condición del teatro de Galdós... Y, sin embargo, el término melodrama se ha aplicado estos días por varios comentaristas, y no peyorá- tivamente, a El abuelo con motivo del estreno de su tercera adaptación al cine. Vuelve a asaltarme la cuestión recurrente de qué entendemos cuando utilizamos o leemos la palabra melodrama Es sabido que en nuestro país el melodrama como género teatral halló gran acogida entre la clase socialmente baja. Álvarez Ángulo, de curiosísinia biografía, en su libro Memorias de un hombre sin importancia reconoce haber escrito varios a acto por día, como la obra gustó mucho, nos pidió el empresario una segunda parte, que escribimos solos, sobre la marcha, en el mismo San Sebastián, casi a acto por día, que iban copiando, sacando los pápeles y ensayando a medida que la escribíamos... (Cuando dice nos y escribimos solos no se refiere a alguien más que colaborase con él sino a sí mismo, pues utiliza en las 700 páginas de su libro el plural mayestático) En los años 20 aún conservaba este subgénero su auge, aunque exclusivamente entre los públicos de bajo nivel cultural. Los llamados dramas policíacos que llegaron en aquel decenio provenientes de Estados Unidos- melodramas, se denominaban en su país de origen- sustituyeron en parte a los decimonónicos melodramas y gozaron del favor de un público algo más cultivado. El mencionado Álvarez Ángulo, como empresario, director, autor, especializó su compañía en el género policíaco, pero a aquellas obras, por el desprestigio en que había caído el término, nunca las denominó melodramas- como en su país de origen- sino dramas policíacos Lo que actualmente se llama melodrama, en la primera mitad de este siglo habría encajado bien en bastantes de las obras de Benavente, al que únicajjiente sus adversarios acérrimos habrían tildado de melodramático y eso para referirse a La Malquerida (drama policíaco, lo consideró, en función de crítico, el novelista Pérez de Ayala) no a su teatro de la buena sociedad, La comida de las fieras Rosas de otoño que se clasificaban ABC como alta comedia denominación que ha caído en desuso. Si don Jacinto hubiera leído que por Gente conocida o Campo de armiño o De muy buena familia se le consideraba autor de melodramas, se habría llevado las manos a la cabeza. Eldesprestigio del melodrama era absoluto. Ya en 1899 Franquesa y Gomis había escrito en Principios generales de literatura Solólas exageraciones románticas y el depravada gusto del público ha dado vida a esa variedad teatral desatentada y monstruosa que se conoce con el nombre de melodrama Esta voz designa las obras que, sin orden ni lógica alguna, se alimentan de amontonamientos de horrores y desgracias. se han extendido por toda Europa, excitando torpemente el entusiasmo de las turbas, a pesar del justo desdén con que los ha mirado siempre la crítica Al principio se empleó esta voz para designar unos dramas en que se utilizaba la música como acompañamiento del texto. Un melodrama era un drama con música Pero ya a punto de concluir el siglo de las luces, se usaba melodrama al referirse a las obras teatrales en las que se ponen de relieve con trazos groseros, exagerados, conflictos y emociones convencionales y cuyos protagonistas y antagonistas, con diversos nombres y ocupaciones, no varían de una obra a otra. El espectador adicto al género verá cumplidos sus deseos de encontrar siempre al hombre enamorado, apuesto, valiente, de gran corazónxiue, al llegar al desenlace de la vulgar intriga, derrotará al traidor, compendio de vicios y bajas pasiones, y se llevará como premio la mano de la bella joven virginal, pura y amorosa. Triunfa la inocencia, el traidor y sus secuaces reci- DOMICILIO SOCIAL J. I. LUCA DE TENA, 7 28027 MADRID DL: M- 13- 58. PAGS. 220 E EL ABUELO DEL MELODRAMA Y 4 NES vm UNA JOYA F I R M A D A ES U N R E G A L O INOLVIDABLE G o y a 2 7 y G o y a 6, Madrid Colón, 54. Valencia ben su justo castigo y aplaude el público del gallinero, a cuyo halago se ha dirigido el espectáculo desde que no era más que un proyecto, público que, dicho sea de paso, no es responsable de su mal gusto. ¿Qué ha sucedido para que hoy la denominación melodrama sea no sólo impárcial, sino elogiosa? ¿Para que pueda utilizarse, incluso, en la publicidad? No han cambiado las obras en su relación con el público; no ha cambiado tampoco el gusto del público, de los diversos públicos: ha cambiado el significado de la palabra melodrama Durante la primera mitad de este siglo, en España, aLgénero que hoy eii cine se denomina melodrama y que está muy aceptado y bien promocionado, se le llamaba alta comedia Hoy tal denominación acaso parecería ridicula. En cambio melodrama a pesar de su nebuloso significado etimológico, se considera respetable. Así como en la Edad Media todo dependía de la Iglesia, no puedo remediar mi tendencia a creer, o por lo menos sospechar, que ahora todo depende del imperio. El gran prestigio adquirido por el término melodrama es fruto de un ingenioso truco de los departamentos de promoción de Hollywood, y una prueba más de su fabuloso talento. Desprestigiado por la crítica y los profesores el melodrama- tan del gusto del público- y tachada de melodramática buena parte de su cine, se prestigia la palabra, a fuerza de ingenio y de dólares, y así la crítica adversa- queda invalidada. Se organizan varias campañas en las que se elogian los melodramas- no ocultando la palabra sino a palabra descubierta- y de ahí se pasa a utilizar melodrama como término elogioso, o, simplemente, clasificatorio. El procedimiento no hay que echarlo en saco roto. Supongamos que alguien tacha de descuidadas las películas de algunos directores- por ejemplo (no muy acertado) las de Buñuel en su etapa mexicana- No se oculta en la promoción el descuido, sino que se pasa a hablar del descuido característico del director Fulánez y del de sus epígonos Mengánez y Zutánez. Ramón Gómez de la Serna, uno de los genios de este siglo, hablando de Goya, se refirió al descuido de los genios y a la prisa de los genios Se saca esto a relucir y poco después se puede llegar a anunciar una película como muy descuidado filme o Mañana, gran estreno del sensacional Descuido Tráeme el café a lo temprano, José Sucio, guarro y canalla son adjetivos que, referidos al cine, ya se utilizan- corno elogiosos en algunas campañas publicitarias. Después de esto no es necesario defender a don Benito Pérez Galdós de quienes le consideren simplemente melodramático. Fernando FERNÁN- GÓMEZ

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