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ABC MADRID 19-06-1998 página 18
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ABC MADRID 19-06-1998 página 18

  • EdiciónABC, MADRID
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18 ABC OPINIÓN VIERNES 19- 6- 98 El ángulo oscuro MARIANO DE SIU A con Luis Alberto de Cuenca, quien instigase a Femando Arrabal para que no leyera su discurso de recepción del premia Mariano de Cavia. Había llegado Arrabal a su cita con la gloria como un pajarillo atolondrado, con ese gesto de atribulada timidez que algunos genios exhiben, como antesala de sus osadías. Tiene Arrabal unas facciones apicaradas y desvalidas, como de ángel canalla o personaje que el pintor Velázquez hubiese desenterrado de las trastiendas de palacio. Su sonrisa oleaginosa, de dientes muy separados entre sí, su barba como un bosque de matojos, su mirada entre delictiva y claudicante le confieren un asPlanetario pecto de bondadoso hampón. Llevaba, en un bolsillo las cuartillas de su discurso, pero Luis Alberto de Cuenca y yo lo convencimos para que improvisara sobre la marcha. Arrabal, que es de estatura chiquita, nos miraba en contrapicado IENTRAS los sutiles hipócritas del problemas cuando lingüísticamente ni asintiendo juguetonamente, como el niño que PNV hacen indignamente la ma- tan siquiera estamos de acuerdo en anticipa sus travesuras, y sonriendo con sus lamola a los indisimulados proetarras de decir si el patelín en que malvivimos es o bios de gitano facundo. Herri Batasuna con el fin de mejorar la no es una nación. cur- iosa hostelería de los miEn la Biblioteca de ABC ya se respiraba ese Está claro que los del GAL mados, no digamos hipotétiaire lúdico y chisporroteante que precede a los se equivocaron. Pero ¿está tan cos, presos otarras, para no happenings surrealistas. A la hora de los posclaro que se equivocan los que exagerar, el presidente Aznar pegan tiros en la nuca a los patres, cuando inició Guillermo Luca de Tena el estimulaba en el Congreso de seantes que se descuidan? turno de discursos, yo ya sabía que Arrabal iba a los Diputados la real cooperadinamitar esa apariencia solemne y un poco fúEs casi evidente que el criteción de los grupos parlamentanebre que suelen adquiriJr tes banquetes literario general está contra la pena rios y de los llamados agentes rios. No me equivoqué; enarboló un micrófono de muerte. Pero ¿cómo disuasociales entre otras cosas en dir que no la pongan en prác- y, con pasitos pigmeos y saltimbanquis, abanlos asuntos comunitarios que tica con notoria inipunidad los donó la presidencia, para improvisar su arenga pueden y, deberían ser objeto señores terroristas? Esta duda desde el centro de la saia, convertida en el escede consenso. Está pero que científica incita a pensar que nario de sus evoluciones. Encabezó el discurso muy bien la postura del señor los españoles estamos justade manera más o menos ortodoxa, pero ense Aznar. mente divididos en dos clases. guida las divagaciones y excursos se apoderaron La de los que están exentos de de su lengua (simultáneamente, el baüe de Saa Sólo un defecto le hallo a ese horror que es la pena de Vito se apoderó de su cuerpo, obligándolo a reala cosa, diría uno, utilizando muerte, y por tanto jamás puelizar pasos de minué, extrañas fintas en el aire, una vieja frase de nuestra anti- gua poética del Siglo de Oro. El de que si den ser a ella condenados, y todos los incluso algún amago de patinaje artístico) la idea de decidir por medio del consenso demás, que al salir de casa no sabemos si dando lugar a una de las veladas más gozosa, es claramente superior y más democracia nos va a tocar. mente subversivas que uno haya tenido ocasión que la de decidir por la voluntad de las de presenciar. Proponer que esa duda se resolviera mayorías, sería perfecta, quizá insupera- por consenso parece un disparate. Habría El discurso de Arrabal (pero más bien habría ble, si los agentes que consensuaran ha- que hacer previamente especiali 2 ados que llamarlo respetando su fonéblaran en el mismo idioma. cursillos lingüísticos a los negociadores. tica de ametralladora daliniana) fue una perfoY resulta, por si fuera poco, que unos Lo malo es que en este país o países mance onírica sobre la que revoloteaban el teapolíticos en que malvivimos, los idiomas respetables chalaos de Cataluña están tro de Brecht, las piruetas dadaístas y el comque se utilizan no se diferencian ni por metidos ahora en no sabemos qué clase prensible nerviosismo del galardonado. Hasta países ni por regiones, ni por ideologías. de líos para que, por lo menos la mitad de media docena de veces trabucó el apellido de Se diferencian más aún que por barios, los barceloneses, no tengan que aprender Mariano de Cavia, a quien se obstinó en llamar por esquinas. La idea teórica del con- a hablar en español. Mariano de Silva, sin duda por contaminación senso, tan atractiva, resulta imposible si En el caso de que el proyecto prospedel gran Feliciano Silva (Arrabal es un feliciaen una isla desierta se encontraran, por rara, cosa liiuy posible, ¿qué nuevo nom- nista pionero) el escritor más denostado de las ejemplo, un moro y un cristiano que no bre habría que buscar para ese viejo letras hispanas después de Avellaneda. Arrabal pudieran hablar por señas y no coijocie- idioma al que todavía algunos se emmezcló en la coctelera de su oratoria a Orson ranotra l e n a que la de su lejano pueblo peñan en seguir ííañíando español? Y Welles, las invasiones marcianas, la mecánica f, uno, que gustaría meterse en éste lío, cuántica y las vacas locas, lo cual le confirió asu natal. discurso un aroma Htuy apropiado de cadáver Aiwra siism caando por aquí ieS esta- anda ñop de la glosa, o HJftJcB idicho de lá mos metiendo más caña penal a los su- máquina dé escribir, mientras acaba ¡dé exquisito. Machos comensales contemplaban- ai puestos miembros del GAL que a los pa- reponerse de sus merecidas y operaagasajado con gesto éstupefacto o espongiforme. tentes pistoleros terroristas, está claro das cataratas. Y es que no somos nada, Luis Alberto de Cueiíca y yo sonreíamos satisfeque ante los problemas nacionales ¡colegas! chos: la literatura, esa dama arisca e imprevisiutilizamos idiomas diferentes. Y pido ble, había triunfado. disculpas por llamar nacionales a unos Lorenzo LÓPEZ SANCHO Juan Manuel de PRADA M LENGUAJES M

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