ABC MADRID 11-05-1998 página 3
- EdiciónABC, MADRID
- Página3
- Fecha de publicación11/05/1998
- ID0002125904
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 11 DE MAYO DE 1998 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA ABC DOMICILIO SOCIAL J. I. LUCA DE TENA, 7 28027- MADRID DL: M- 13- 58. PAGS. 152 SVITABLEMENTE, las cosas que ven un her hermeneuta y un crítico, en un texto literario, no son las que ve un lector, y el vínculo con un libro por parte de uno u otros son diferentes. Kierkegaard diría que, por implacables exigencias de su oficio, el hermeneuta y el crítico necesitan hacer una autopsia, y, desde luego, recoger muchos informes, mientras que la relación del lector con el libro y con su autor es una relación de vida; y tanto es así que se puede escuchar la confesión de un crítico afirmando que él tendría que poner ciertos o muchos reparos a una escritura, pero que, en tanto que lector, está fascinado o trastornado por ella. Esquizofrenias de éstas las tenemos todos, y gracias a ellas vivimos. Lo que quería decir es que me da bastante miedo leer ahora reflexiones o análisis críticos sobre aquellos señores de la generación del 98, porque quisiera conservar intacta mi vieja relación vital con ellos, la de su lector sencillamente. No quiero que nada la perturbe, si es que pudiera hacerlo; porque, para buena parte de nosotros, los niños de la guerra que no tuvimos una. educación sentimental precisamente, aquellos hombres del 98 fueron nuestro primer contacto con la literatura, nuestro primer amor hterario y, seguramente también, condicionaron nue. stra evolución intelectual en muy gran medida. Así que nuestra gratitud es inmensa. Haber sido llevados de la mano de Azorín al conocimiento y al amor dé toda la literatura antigua española, haber descubierto la vía hacia Kierkegaard, Pascal y Leopardi en don Miguel de Unamuno, o un modo de ser libre en Baroja, no es cosa que se pueda pagar fácilmente. Ni tampoco lo es el mundo que había detrás de Macha, do, y el puente que supuso hacia la poesía inglesa y francesa, por esos clandestinos laberintos e intríngulis que se dan en la vida de los libros, como en la de los hombres, y no son racionalizables. Porque, ¿por qué nos llevaron también esos señores al Prado, quiero decir, a la pintura? Aunque desde luego estoy hablando muy restringidamente, claro está, refiriéndome a mi propia experiencia, y a la experiencia de un pequeño grupo. Habría otras distintas, naturalmente. El caso es que, cuando, pese a todo, leo todavía alguna cosa sobre aquellos hombres y me enfrento al desdén con que son tratados, entiendo muy bien quetales críticos se atengan a sus investigaciones de Instituto Anatómico Forense, o también que, para ellos, los hombres del 98 no hayan significado nada vivo. No tengo nada que decir a esto, pero es obvio que cada uno cuenta de la feria según le va en ella y, ahora que todo el mundo habla de que en aquellos años de nuestra adolescencia y juventud fueron un erial cultural, yo, que estuve allí, creo recor- LOS COMPAÑEROS DE toras de monsieur Sartre, Theilard de Chardin, y Aldous Huxley, y hasta del camarada Lenin, quenunca llegó a entender dar que, no obstante, había por lo menos nada de ese asunto de la libertad? Los vigialgunos sotos de verdura, y hasta de esplen- lantes de aduanas más comprensivos deposidor, donde podíamos encontrarnos con la taban su sonrisa sobre tal mercancía, otros, hteratura universal, incluso la prohibida, más puritanos se quedaban con ella; pero porque los canales de información y de posi- los libros pasaban casi siempre. Así que bilidad de acceso a ella eran infinitos, y nos muchos pecados le serán perdonados a la los sabíamos como los ríos o las montañas industria ligera por su protección a las cosas del mundo. Juan Goytisolo ha escrito con del espíritu. entera verdad que nuestra pasión por el Y lo que iba diciendo es que, en aquel erial, sadmizat esto es, por la literatura clan- se podía verdaderamente tener cita con cualdestina- aunque sólo fuera por estar prohi- quiera: de Eurípides a monsieur Proust, bida y para defender nuestra libertad- incluidos los que tenían que venir embozalevantaba entonces los deseos y las tramas dos a la cita. ¿Y es que podía haber algo más que luego, en otras generaciones, levantaría excitante que estas clandestinidades? La hisla adquisición de la droga. toria del estraperto de libros, incluso con La Inquisición, en su tiempo, ya había consecuencias mucho más terribles que tenido sus delegaciones en las aduanas y entre nosotros- bajo el señor Stalin, sin ir puestos fronterizos, para ese control de las más lejos- es de las páginas más fundantes y lecturas, pero los Julianillos -para dar admirables de la cultura. Y es el aporte invoeste nombre del arriero luterano de Tierra de luntario de los sátrapas, que nunca llegarán Campos, en el siglo XVI, a todos los que con- a saber qué impresionante red de solidaridasus mercancías de fuera de España iban por des y pasiones por la literatura levantan, y senderos y veredas, y traían libros- siempre cuan perfecto puede llegar a ser el canal de ganaron la partida. El Tratado del Padre distribución de ella: hasta la última aldea. La Mariana sobre la eticidad deL tiranicidio aventura tiene sus mártires, desde luego, entraba en Francia, antes de la Revolución, pero también sus adaüdes exitosos: y, sin ir puesto en los arconcillos comerciales en más lejos, cuando, no sea cuento de qué, se forma de unos impresos galantes en los qíie incluyeron en el índice de libros prohibise veía a tina buena moza, rozagante y suges- dos algunos de los de Uñamuno, ya los tiva, que sé llamaba La Mariana Es decir, teníamos leídos, meditados y discutidos; y la misma jovencita que, con escarapela trico- prestados, por si había, alguna dificultad en lor, iba a presidir luego cada alcaldía france- el mercado de ellos. El indiscütidb prestigio sa, cuando la Revolución triunfase. ¿Quién de las Humanidades entonces, y también el podría haber adivinado tal carrera para esa de los grandes nombres de la cultura, hacía jovencita? ¿Y cómo podrían adivinar las imposible su prohibición aunque se hubiese jovencitas ligeras de ropa que venían en las querido, mientras en la liberal USA alguno filas más someras de los paquetes de libros de de esos libros eran inencontrables, por ejemaquellos años nuestros, que eran las protec- plo; y el régimen, a diferencia del de Patakos en Grecia, parece que no tenía nada contra Aristófanes, Marcial, y los otros. Pero todos estos otros vinieron después en nuestras lecturas; primero fueron esos hombres del 98. El contraste con lo real, que todo lector hace con su autor y su libro, nos resultaba como la prueba del nueve, y de ellos recibimos así, in re el amor al paisaje y a la historia, a la libertad, a la inteligencia, a las palabras, y a las preguntas últimas; y, desde luego, y como diría Teresa de Ávila, C Zurbano, 43 nos dejaron ya para siempre amiguísimos TeL: 91 319 89 49 de los libros Luego, más tarde, pensando y repensando JOYAS ÉTNICAS de oro y plata: Collares su pensamiento, su sensibilidad, sus inicios, de piezas antiguas y modernas, con ámbar, su personal instalación intelectual, social e coral, lapislázuli, turquesa, etc... inclus política si llega el caso- ¡y maldita falta que hace! -podemos y debemos mediar PIEZAS DE AUTOR Y COLECCIÓN y matizar muchas cosas. Pero todavía siguen OBJETOS- JOYA, antiguos y moderasistiéndonos, y ¿cómo olvidar que estuvinos, telas, cajas, figuras, etc... mos con ellos en el erial, y el erial no fue tan erial, sino rincón reposadero o inquietador? TALLER DE JOYERÍA MONTAJE Y NUEVOS DISEÑOS f José JIMÉNEZ LOZANO PQim