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ABC MADRID 04-04-1998 página 146
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ABC MADRID 04-04-1998 página 146

  • EdiciónABC, MADRID
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Las nieves quedan atrás, Tras el invierno, la ciudad granadina es un canto a los sentidos que se despiertan en los cármenes en el Albaicín o en el Sacromonte Una granada se abre En el Ayuntamiento de Granada se acostumbra celebrar la entrada de la primavera cada año con una fiesta que tiene como escenario el Paseo de los Tristes. Esta zona de la ciudad es donde quizás más se nota la llegada de la florida época, una estación donde las riberas del no Darro florecen bajo el peso del increíble olor de mezclas aromáticas que baja del bosque de La Alhambra. Es la zona por donde bajan los olores de Valparaíso, donde un día los gitanos crearon el popular barrio del Sacromonte. Es la zona donde el verde inunda los cinco sentidos con una explosión de color. Y la Alhambra, al fondo, arriba, vigilando al granadino de toda la vida, al visitante ocasional y al que vuelve cada primavera por ser un enamorado de Granada. El Paseo de los Tristes es, sin duda, el mejor vivir y sentir el gran monumento. Si la primavera se siente en el Albaicín casi como en ningún sitio y se hace recomendable una visita, un largo paseo por el barrio, el Sacromonte no es menos. Desde nuestro punto de partida en el Paseo de los Tristes podemos tomar de subida la Cuesta del Chapiz. Tras una visita al Palacio de los Córdova ahora archivo histórico de la ciudad, con grandes jardines y magníficas vistas a la Alhambra, podemos llegar hasta el Centro de Estudios Árabes, un conocido carmen sede del Instituto de Estudios Árabes. La arquitectura del edificio y las vistas que se tienen desde sus magníficos jardines, ya florecidos, hacen de este punto cita imprescindible en nuestro camino hacia el Monte. Precisamente la puerta de entrada de este monumento, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, está situada ya en el Camino del Monte. Entramos en el que es, quizás, el barrio más conocido de la ciudad, e 1 b ar r i o donde los gitanos elevaron el flamenco puro de su zambra a la categoría de arte universal allá por la década de los 50 y 60. Estamos en la zona de Valparaíso, donde seguimos teniendo una magnífica y desconocida vista sobre las torres alhambreñas y donde la primavera nos inunda. Vamos paseando por la ribera del no Darro, junto a todo tipo de árboles y arbustos que han vuelto a su máximo esplendor. En primavera, el Sacromonte, donde aún podemos encontrar las cuevas donde se siguen celebrando fiestas gitanas, donde la La postal eterna de Granada: La Alhambra divisándolo todo a sus pies punto de comienzo de un paseo por la primavera de Granada. Los vergeles de la ciudad comienzan a abrirse en el barrio del Albaicín, que junto con la Alhambra y su entorno conforma el sitio declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Madreselvas, geranios, galán de noche, claveles y otras flores comienzan a abrir en una Granada que se mira a sí misma para gustar a sus invitados en primavera. El Albaicín El Albaicín, haciéndole frente a la Alhambra, en la colina del otro lado del río, es un barrio que aún guarda bien, a pesar de sus necesidades urgentes de recuperación, la tipología árabe que le han hecho famoso. Y también guarda para el Visitante los cármenes que le han dado un merecido sobrenombre tantas veces a esta ciudad. Los cármenes son las típicas residencias albaicineras. Se trata de un caserón con varias alturas, situado en la colina del Albaicín, con vistas hacia la Alhambra, con un balcón hacia el monumento o una terraza e, imprescindible, un gran jardín rectangular con una fuente o alberca. El carmen granadino es im canto a los sentidos, un auténtico goce de la luz de Granada, del olor de Granada, del sonido a agua y, desde luego, una plataforma como ninguna para ver. La primavera irrumpe en la capital gradina con especial esplendor, con increíbles aromas que bajan del bosque de La Alhambra inundando la ciudad, llenándola de sensaciones que anegan los cinco sentidos. Esta época del año es el mejor momento para callejear por el casco histórico de una ciudad siempre predispuesta a la belleza y a un rincón mágico, como la Puerta Elvira La primavera granadina invita a pasear por el parque Federico García Lorca, última residencia del poeta Abril de 1998 18 ABC

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