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ABC MADRID 04-04-1998 página 83
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ABC MADRID 04-04-1998 página 83

  • EdiciónABC, MADRID
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SÁBADO 4- 4- 98 ABC 8 3 Matanza de focas, un sacrificio inútil El gobierno canadiense abre la temporada de caza y autoriza la captura de 275.000 ejemplares Madrid. Rosario Barroso La matanza de focas se ha convertido en una controversia internacional. Muchos consideran que es una cacería cruel y un enorme despilfarro. La Unión Europea impone diferentes vetos y prohibiciones para la importación de productos de foca, mientras Canadá Con la llegada de la primavera, inmensas poblaciones de focas de Groen- Un bebé foca ha sido marcado landia buscan el refugio de la tierra firme y del por los ecologistas hielo para aparearse y traer a la vida a las nuevas para inutiljzai crías. Unos cuantos me- su piel ses, de febrero hasta abril, son suficientes para prolongar el ciclo de la vida. En contraposición, para el hombre es el momento propicio para iniciar la temporada de caza. Este año, Canadá ha concedido permisos para la captura de 275.000 ejemplares, cifra que triplica lo permitido por este país hace ÍS- 3 Í cuatro años. argumenta que esta especie debe ser sacrificada porque se alimenta de peces valiosos. Los conservacionistas denuncian que es la mala gestión pesquera yriola existencia de focas la que ha llevado a la escasez de recursos y se reafirman en la necesidad de establecer una gestión adecuada e integrada de los recursos marinos. para comerciar con su pelo, ií 8 Íll pero para Greenpeace esto es una salvajada porque las crías poseen una piel blanca para retener los pocos rayos del sol; si se quedan sin ella mueren de hipotermia M Agravantes climáticos Las poblaciones de focas necesitan unas características climáticas muy conSK cretas para que las crías salgan adelante. Este año, a consecuencia del fenó Sf; meno meteorológico de M i Niño se dan las peores í Í condiciones de los últimos 311; cien años, lo que se traduce en una mortalidad natural mayor que la de periodos anteriores. Morir de frío es el principal problema de las crías recién nacidas. Pero son esas mismas masas de hielo las que ofrecen un cobijó natural ante los vientos y las posibles amenazas. El aumento de temperatura provoca un deshielo prematuro, las zonas para reproducirse son menores y se concentran en lugares más pequeños, donde es fácil localizarlas y matarlas. El cambio de temperatura provoca, además, otro grave problema, no sólo ahora sino en el futuro; la falta de alimentos. Los nutrientes se encuentran en los fondos oceánicos, en capas de agua fría, pero cuando la superficie se calienta en exceso no logran ascender, por lo que no se produce fotosíntesis, no se desarrollan algas y no llegan peces para alimentarse de éstas, lo que repercute en toda la cadena ali- mentida de los predadores superiores como las focas explica Ricardo Aguüar. Cabezas de turco Canadá vive en estos momentos una delicada situación. En la zona de Terranova existen cerca de 40.000 parados por el cierre de las más importantes industrias pesqueras, provocado por el descenso de los principales recursos de la zona, como el bacalao o el fletan, debido a una excesiva explotación. Las gentes del lugar ven en las focas alénemigo que se alimenta del pescado existente en sus mares, a la vez que las consideran una sahda económica si se cazan y se venden sus productos. Ricardo Aguilar, de Greenpeace, comenta que la decistón de Canadá no se basa en criterios científicos; es tan sólo una cuestión para calmar a la sociedad ante los problemas de paro y una forma de justificarse de su mala gestión pesquera. La caza de focas no es un motor económico De momento, la única sahda es intentar recuperar los stocks para qvie se vuelva a la pesca en vez de a la caza de focas, porque ahora es imposible parar la matanza En los últimos años, gracias a la presión social, se han ido cerrando casi todos los mercados peleteros de crías de focas. La piel es ahora utilizada para fabricar fundas de volantes o zapatillas. El objetivo de las actuales matanzas no es tanto la piel como conseguir de ellas carne y otros productos derivados. Pero lo que más dinero mueve es la venta de huesos de penes de foca para abastecer al mercado de afrodisíacos asiáticos. Para ello se abaten tanto rnachos jóvenes como adultos. Es una cruel cacería, pues con pesados picos se atraviesan sus delgados cráneos con un seco golpe. Para Miguel A. Valladares, de WWF Adena, es una historia que se repite: El honíbre agota los recursos por una mala gestión y luego culpa a los animales Desde los grupos de conservación se piden alternativas y se in- siste en la necesidad de que el hombre entienda qué significa explotar un recurso natural que no es inagotable. Crimen legal Es un crimen legal, los permisos están concedidos y Canadá ha realizado un despliegue policial para evitar los posibles boicots. No estamos en contra de la caza por motivos de necesidad, pero 275.000 focas para comerciar con sus penes no puede llamarse subsistencia. Muchos se escudan en la necesidad y en la tradición para realizar estas masacres La actitud de Canadá abre puertas peligrosas porque otros países emularán su conducta dice Valladares. Noruega ya ofrece subvenciones a los barcos por cada foca capturada, así como por cada día dedicado a esta tarea. Desde algunas asociaciones de la zona se han propuesto alternativas como esquilar a las focas La contaminación marina y las redes de deriva amenaza a los pies alados Focas, leones marinos y morsas se encuentran perfectamente adaptados al mar gracias a su biología y a sus palmeados pies. El término pinnípedo viene a significar pies alados Pero estos poderosos nadadores se encuentran con otras amenazas además de la caza indiscriminada. Muchos tóxicos producidos por las grandes industrias son vertidos al océano, constituyendo un veneno invisible que en muchas ocasiones- llega a ser mortal. Ante un mar contaminado es fácil impedir que el hombre se bañe, pero los mamíferos marinos no tienen elección. Estos productos químicos pasan a la cadena alimenticia y son consumidos por los predadores. Una vez dentro de sus cuerpos provocan esterilidad y otros importantes trastornos. Las focas almacenan el veneno en sus grasas y al asimilarlo lo transmiten a sus crías a través de la leche. Especies como los leones marinos de la Patagonia y de Juker se encuentran seriamente amenazadas, pero es sobre todo el león marino de Steller una de las especies en mayor peligro de extinción. Sus poblaciones se han visto reducidas en un 85 por ciento durante los últimos años. Estos pinnipedos tienen hábitos costeros y la interacción con el ser humano es nefasta para su supervivencia. Tienen problemas de alimentación a consecuencia de la sobreexplotación pesquera y muchos terminan enredados en las mallas de los pescadores. La foca común del Norte de Europa y Canadá también se encuentra en una situación bastante precaria. Muchas costas se convierten en grandes estercoleros donde las focas quedan enredadas en tiras de embalaje y, a medida que crecen, el duro plás- tico corta sus aletas o su cuello, forzándolas a una lenta y dolorosa muerte.

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