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ABC MADRID 23-02-1998 página 24
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  • EdiciónABC, MADRID
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24 ABC NACIONAL En la muerte de José María de Areilza LUNES 23- 2- 98 orno llovidos del allí, con limitaciones y cielo se posaron cautela por parte rusa. los tres helicópHay preocupaciones soviéticas cuando, por teros en plena columnata del Bernini, frente Firma habitual en la. Tercera de ABC, José María de Areilza prodigó sus saberes, su larga ejemplo, la übertad inal gigantesco portón experiencia, sus conocimientos de la política internacional y su buena pluma en numero- telectual- como en del Vaticano. Dentro sos artículos de colaboración, acogidos siempre con el favor de los lectores. Entre otras C h e c o s l o v a q u i a venía el presidente de muchas cualidades como escritor de periódicos, el conde de Motríco aportaba al comen- agrieta el monolito los Estados Unidos con tario de actualidad sóbrelos más diversos problemas de la política mundial una prodi- dogmático del mito tosu séquito. Colofón del giosa información, fruto de sus permanentes contactos en los países a los que le llevó su talitario. Pero no desviaje norteamericano a condición de embajador de España: Prueba de todo ello es este excepcional artículo, borda, el acto de Europa. Después de vi- publicado en ABC el 9 de marzo de 1969, que mereció el premio Mariano de Cavia. fuerza, del ámbito jurisdiccional que consitar Bruselas, Longeló el telón de acero dres, la Roma civil, el muro de Berlín, Bonn, Richard Nixon se des- espontánea y exuberante? Yo no creo que el hace ya veinte años. Y si el contexto es dispedía del viejo mundo dialogando con Pablo presidente republicano tuviera en la mente tinto y los dos grandes van a dialogar, ¿no VI. Antes, durante un larguísimo coloquio de propósitos de esta natiu aleza, ni siquiera que sería preciso que la voz de Europa como termuchas horas, había escuchado de labios del en su diálogo último con la Unión Soviética cera fuerza se escuche, no ya sobre los grangeneral De Gaulle lo que su experiencia polí- sea Europa el centro de sus conversaciones o des temas como el desarme, anticohetes o la tica y su sentido de la historia le aconsejaban de sus temas de prioridad. Otras cuestiones China de Mao, que nos son excéntricos, sino decir al joven presidente ansioso de conocer absorben el interés de los Estados Unidos de sobre cómo establecer el día de mañana unas más cercanamente al anciano estadista que modo preferente. En primer lugar, el de- bases nuevas de mutua seguridad entre el sobrevive a su tiempo y que escudriña an- sarme. No el desarme genérico que sirve de Este y el Oeste europeos? Tal es la vieja tesis sioso las líneas de un futuro que la inquietud rótulo ineficaz y perenne a conferencias y fo- del general De Gaulle, a quien Nixon ha dedide los tiempos y la crisis universal hacen du- ros desde 1919 cuando menos. Sino otra limi- cado los más cálidos elogios en su jornada de doso, incierto, problemático y difícil. tación apremiante, que por la enormidad de París, demostrando así su fina agudeza psicológica. ¿Qué ha venido a decir el jefe de Estado su dispendio- decenas de bülones de dólares- provoca el riesgo de ahogar el presuamericano a los grandes de Occidente euroLos límites y el uso del poder. He aquí en peo? Aproximadamente lo siguiente: Voy a puesto de los Estados Unidos, dejándolo ex- esencia el problema que tiene planteado el dialogar con la Unión Soviética. La condición hausto para las grandes inversiones interio- jefe del Estado más poderoso del mundo. La de nuestros poderes respectivos es tal que la res, el urbanismo, los negros, la pobreza, la fuerza por sí sola ¿es suficiente para imponer ausencia de contacto es impensable. Esta- educación. El desarrollo de los antimisiles la paz? ¿Para defender una poh tica? Vietnam mos, unos y otros, sujetos al diuro engranaje antídoto de la sorpresa nuclear, ha Uegado, y Checoslovaquia y- el polvorín del Oriente de la tecnología nuclear. Los pequeños países en efecto, a tales complejidades técnicas que Medio responden elocuentemente a la cuespueden permitirse aún el lujo de mantener la su costo en espiral desborda todas las previ- tión. Sin consenso o sin legitimación de poguerra fría o los incidentes de frontera. Noso- siones razonables. La Unión Soviética aborda der, aceptada por los demás, no hay estabilitros, los superpoderes, no. Tenemos que ate- el mismo problema, por la otra vertiente de la dad política internacional que dure. Precisanernos a la servidumbre de la potencia propia escalada mutua de estos ingenios. Sólo un mente, uno de los libros de Kissinger, A que nos atenaza y obliga. Y acaso llegar a acuerdo limitativo puede detener esta locura world restored aborda el período post- napociertos acuerdos para impedir el abuso de los presupuestaria que del lado americano lle- leónico en que la Santa Aüanza de los granpoderes menores que tratan en su impunidad varía consigo también este delicado y grave des de entonces trató de sentar en Viena las de arrastrar a los grandes al supremo holo- problema: el de entregar al pentagonismo bases que iban a sostener durante cien años causto Nixon ha querido, ante todo, tener el una parte tan importante del gasto público el equilibrio europeo, que era, en aquellos gesto abierto y liberal de exponer a sus alia- que acabaría desequilibrando el tradicional años también, equilibrio del mundo. dos el propósito y de oír sobre el particular campo de fuerzas que hace marchar la demoYa no hay cultura universal enraizada en sus opiniones. Es muy probable que en Lon- cracia estadounidense. la creencia reUgiosa. Nuestra civilización es dres, Roma, Bruselas y Bonn le haya acomOtro de los grandes temas del diálogo USA- técnica, agnóstica, racional y pragmática. pañado mayoritariamente el beneplácito. Es URSS será inevitablemente el del gigante Encontrar el denominador común de una lemuy posible, también, que De Gaulle haya chino con sus ochocientos millones de seres gitimación de poder es tarea sobrehumana confrontado sus ideas, pues a su juicio el eje- casi el doble que americanos y rusos juntos- para ser aceptada por los grandes de hoy. del entendimiento Occidente- Oriente es un y sus primeras armas nucleares operativas Acaso por ello terminara Nixon su peregriparalelo que pasa también por París. en 1970. ¿Cómo apartar del primer plano de naje europeo en San Pedro de Roma, Allí ¿Buscaba Nixon la solución de un pro- las mutuas preocupaciones esta porción de la donde se oyó una voz que al darle la bienveblema europeo? ¿Venía a exhortar a la unidad Humanidad encerrada en su continente y en nida repitió con insistencia que el cristiaa los antiguos pueblos de este Continente en su cultura, regimentada en su revolución, ex- nismo es, sobre todo, una fuente perenne de que la semilla del nacionalismo sigue encon- pansiva en sus propósitos? Los intereses de energía moral. trando tierra abonada para su proliferación Washington y Moscú pueden, por distintas José María de AREILZA razones, coincidir en la poUtica con Pekín y, en todo caso, ningún plan efectivo de paz en eT Pacífico y en el Sudeste asiático puede ser reahsta sin abordar este problema que encierra en sí matices variadísimos y, como tantas cambia tu vida veces ocurre, contradictorios, pues ya es sabido que la política internacional en blanco y para cambiar el mundo negro no se da sino en las historietas infantiles o en las mentes unidimensionales. ¿Medio Oriente? ¿Política monetaria? Colabora con ¿Berlín? ¿El mismo Vietnam? Seguramente han sido estos temas evocados también por Nixon. Hasta la propia Aüanza Atlántica necesitada de un aggiornamiento fue objeto Manos Unidas de largo coloquio. en Bruselas. Henry KissinConsiga lo que necesite llamando al teléfono: J COMITÉ EJECUTIVO: ger, el brillante asistente presidencial, no ha a Barquillo, 38 3 -28004 MADRID- Tel. 308 20 20- Fax; 308 42 O ocultado, en sus más recientes trabajos, hasta qué punto compartía las tesis gauUisDONATIVOS: tas sobre el nuevo contexto europeo. En EuEn los principales Bancos y Cajas, ropa no hay probabilidad verosínül de guerra en las 71 Delegaciones de Manos Unidas y en su Comité Ejecutivo. caliente por parte de la URSS. El riesgo máximo Uega hasta el status de Berlín y aun c HELICÓPTEROS EN SAN PEDRO ¿Qué debo hacer para anunciarme en ABC? ABC RESPONDE 902 121 902 ABC

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