ABC MADRID 03-02-1998 página 96

961 ABC ESPECTÁCULOS Crítica de cine MARTES 3- 2- 98 Giro al infierno A Oliver Stone no le gana nadie (a burro) Producción: Dan Halsted y Clajrton Towsend. Dirección: Oliver Stone. Guión: John Ridley. Fotografía: Robert Richardson. Música: Ennio Morricone. Intérpretes: Sean Penn, Jennifer López, Nick Nolte, Billy Bob Tliorton. -j Gummo la estética de la miseria Producción: New Line Features Independent Films. Guión y dirección: Harmony Eorine. Fotografía: Jean Yves Escoffier. Supervisor musical: Randall Pster. Principales intérpretes: Max Perlich, Jacob Reynolds, Chloc Sevigny, Jacob Swell y Linda Manz. Ochenta y ocho minutos En su ópera prima como realizador, rodada a los ventitres años, el guionista de la polémica Klds Harmony Korine, nos propone una tenebrista visión del mundo adolescente, no menos discutida y discutible que el filme citado, que deja la pregunta abierta de si es un genio o un impostor. Salvo su propia abuela, a Oliver Stone le Entre tanta normalidad, lo que ocurre es, suele poner a caldo todo el mundo. Película lógicamente, lo más normal del mundo: que hace, película que se vuelve contra él gente despanzurrada, el habitual incesto, cómo si fuera un boomerang Al pobre le sexo sangriento, codicia, inmundicia, viomuelen unas veces por tal lencia... y un punto de gracia: cosa y otras por la contraria. Oliver Stone se ríe como una En Nixon porque no llega, hiena del mundo que retrata en JFK porque se pasa, en (mal) Robert Rodríguez y Asesinos natos por el puro (bien) Tarantino, y convierte placer de medirle las costiel exceso en virtud. Rueda su llas... En vista de lo cual, Oli Giro al infierno entre una ver Stone, que no es tonto, se retahila de primeros planos y ha propuesto con Giro al inun montaje a lo Dziga Vertov, fierno hacer una película con mucho cine- ojo y con una completamente tonta: en el elocuencia visual que algusentido de ingenua, sin segunnos considerarán verborrea. das, políticamente inane, un Esta incontinencia técnica puro alarde de pulso fílmico de Stone no es nada si se la (sin contrincante) de planificompara con el absoluto y cación (sin planes) y de ritmo pretendido batiburrillo argu (sin melodía) mental que organiza y para el Giro al infierno es ima exque no duda en echar mano Oliver Stone travagancia, un contrasentido, de un centenar de películas y una especie de road movie que no se mueve cineastas, tan variado, picado y mezclado del sitio. Pertenece a ese viejo género cinema- (desde Welles a Lynch, de Houston a Pectográfico de extraño llega a un lugar y se kimpah, del cine negro al western) que uno queda pegado como una mosca a una de esas se lo bebe como una pócima. tiras que cuelgan del techo O a ese otro de Y además de Sean Penn, que, para que sé tipo que tropieza con una mujer fatal y es- hagan una idea de la barbaridad, es el que pera a que el cartero llame dos veces O al de tiene una pinta más normal de cuantos sa cualquier situación es susceptible de empeo- len, está Nick Nolte (más escacharrado que rar, y más en un pueblo donde sólo habitan ta- la escupidera de un saloon Jon Voight rados (hecho unos zorros) Büly Bob Thorton (un Por im lado está Sean Penn (con dos dedos cubo de basura andante) Joaquín Phoenix menos que le han cortado unos mañosos) y por (y su cara de frenopático) Claire Danés (la otro los habitantes del pueblo en el que se le mano que mece su propia cuna) y Jennifer queda tirado el coche, gente a estudiar con de- López, o sea, la curva del giro al infierno talle: un ciego y su perro muerto, un mecánico fresca y verduscona como una lechuga y con la dentadura como la escobilla de un ino- más placeada que la vaquilla de Caladoro público, un sheriff que se bebe los char- buch En fin, hasta aquí, la película de Ohcos de la calle, una mujer con la bandera izada ver Stone; y a partir de aquí, a ponerlo a y el termómetro roto, su marido cavernícola y caldo. otros cuantos ciudadanos más que harían la E. RODRÍGUEZ MARCHANTE delicia de un congreso de psiquiatría. A caballo entre la genial Freaks de Tod Browning y el cine, por su propio autor calificado de inmundo, de John Waters, Harmony Korine, guionista de la superpolémica Kids que en 1995 dirigiera al también debutante Larry Clark, reincide, en su primera película como director, en la temática adolescente, localizando la acción no en en la jungla de asfalto neoyorkina sino en una minúscula locahdad de Ohio, Kenia- donde la proyección de la película ha sido, comprensible aunque no justificable- prohibida, tratada en términos aún más transgresores y feroces que en la que le hiciera merecedor de la atención internacional. Rodada con arreglo a una estética miserabilista y, solo en apariencia, semidocumental, tan distante del generalmente nefasto docudrama como del llamado cinema verité es Gummo -cuyo título, sin que sepa demasiado bien por qué, remite al nombre de pila del quinto Hermano Marxim feroz retrato de los habitantes del referido lugar, diezmado en los años setenta por un tomado, que se rememora en la secuencia que precede a los títulos de crédito filmada en vídeo, desprovistos de futuro y conscientes de ello, y dedicados, cuando lo están a algo, y en lo que hace a las más jóvenes generaciones, actividades tan diversas como la prostitución y la caza de gatos, una y otra ejercidas con singular crueldad e indiferencia. Denuncia Lo que se ha reprochado al fUme, no enteramente sin motivo, es utilizar la estética de la miseria más que como medio de denunciar una situación atroz y, desde luego, no Inventada, como fin en sí mismo. Y lo que, en última instancia, desde el punto de vista de quien firma estas líneas, cabe, en verdad, reprocharle, es el abuso, en nombre de esa estética, de las imágenes en video cuando nada las hace imprescindibles, ni siquiera aconsejables, ya que a lo único que contribuyen es a aumentar la confusión narrativa. Todo lo cual no obstaculiza el impacto de una película, sin duda, muy personal y tremendamente inquietante, con ninguno de cuyos personajes cabe la más mínima identificación, a comenzar por el pasablemente repelente físico de los actores y actrices que les dan vida, entre los que destacan la rescatada para el cine Linda Manz, en el papel de madre de los protagonistas, Max Perüch y Jacob Reynolds, y la única superviviente del reparto de Kids Chloe Sevigny, en el de la protituta de cuyos servicios hacen uso aquellos. César SANTOS FONTENLA Pop Espen Lind: El siroco viene de Noruega Madrid. Manuel de Morales Sus continuos éxitos en su Noruega natal le han proporcionado la posibilidad de abrirse camino en el mercado discográfico internacional. Espen Lind, un joven escandinavo amante del pop, consiguió doble disco de platino gracias a su sencillo When Susannah cires Tras un viaje a EE. UU. donde grabó su disco Red Lind ha presentado en Madrid para presentar su nuevo trabajo. Según cuentan él y su biografía le costó mucho llegar. Este joven amante de los Bee Gees, empeñado (como tantos) en vivir con la pinta de guarrete mezcla en su música el pop y el soul. Además de escribir e interpretar todas las canciones de Red Lind también toca todos los instrumentos (guitarra, piano, violín... y ha producido el álbum junto con Bluefish. Hay un montón de cantantes compositores pop femeninas en la escena musical actual, pero realmente no hay muchos artistas masculinos haciendo este tipo de música Integrante de tres o cuatro bandas locales de Noruega Lind contó con la buena suerte que se busca el que trabaja sin desistir. Envió maquetas y maquetas insistentemente a las emisoras hasta que una canción suya Yum yum gimme some se convirtió en el sencillo más solicitado por la audiencia. La historia de aquí al contrato con la discografía es ya conocida. Sus aspiraciones son claras: De pequeño quería ser como Barry Gibb, pero siempre me ha fascinado América comenta. Crecí viendo programas en la televisión y leyendo revistas y libros sobre América. En el fondo sabía que si seguía trabajando tendría una oportunidad. Nunca tuve dudas. Pero estoy sorprendido de lo rápido que ha sucedido todo una vez abierta la primera puerta -Í