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ABC MADRID 29-05-1997 página 3
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ABC MADRID 29-05-1997 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR DOMICILIO SOCIAL J. LLUCADETENAy? 28027- MADRID DL: M- 13- 58. PAGS. 200 PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 29 DE MAYO DE 1997 ACE ya mucho tiempo, en 1963, escribí un iibro titulado La España posible en tiempo de Carlos in Traté de estudiar la realidad española en unos decenios Uenos de promesas, y de no pocas de ellas ya cumplidas, que anunciaban una forma de vida atractiva, valiosa, nada utópica, que estaba al alcance de la mano. Los azares históricos, la muerte de Carlos in en 1788, la Revolución Francesa iniciada el año siguiente, la eñbrmé crisis de muchas cosas que llevó consigo, la insuficiencia de Carlos IV, finalmente, y sobre todo, la invasión napoleónica en 1808 y la terrible guerra de la Independencia, todo eso dio al traste con lo qué había sido realmente posible. Desde el otoño próximo, si Dios me da vida y alguna lucidez, inseguras ambas, me propongo iniciar un nuevo curso que ya tiene título y, lo que es más, programa: La España posible del siglo XXI ¿Se puede imaginar lo que podrá ser España después del año 2000? La profecía me es enteramente ajena, y no se íné ocurre entregarme a ella, pero la vida es proyecto, asunto de imaginación, y sin ésta es simplemente imposible. Creo que uno délos males de nuestro tiem- po es su escasez, la obturación por hechos y; datos de la función imaginativa, tanto en la vida pública y colectiva como en la privada y singular, que es con niucho la más importante. f V v: v No hay más remiédio que imaginar el siglo XXI si queremos vivir humanamente en ély con. alguna probabilidad de acertar. Pero no se trata primariamente de echar a volar la fantasía y pintar figuras fabulosas. Como he nacido cuando el siglo XX era muy joven, recuerdo muy bien lo que se escribía sobre el año 2000 fecha mítica y que parecía remotísima. Lo que se describía hace, sesenta u ochenta años no se parece nada a la reaüdad actual, y acusa, sobre todo, extremada pobreza de imaginación. La anticipación- siempre insegura- del porvenir tiene que partir de la realidad estricta; quiero decir, de un análisis del presente. Pero este ¿es conocido? se supone quesí, porque está ahí estamos en él. Pero no está dado sólo en parte, fragmentariamente, y cada uno de nosotros percibe una parte muy reducida de la realidad. Además, es difícil conocer la importancia efectiva de los ingredientes. Es muy frecuente vivir en lo que llamo estado de error pueblos enteros viven en él, a veces durante largos años. Media Europa está intentando penosamente salir de él, y le cuesta mucho conseguirlol La otra media está sumida en una larga serie de errores parciales, que la afectan decisivamente y obturan su horizonte futuro! Esta situación es todavía más grave y profunda si pensamos en otros continentes. FUNDADO EK 1905 POR DON TORCUATO LUGA DE TENA H LA ESPAÑA POSIBLE Para imaginar las posibilidades españolas del siglo próximo, lo primero que hay que hacer es tomar posesión de nuestra realidad actual; Me parece que es extremadamente deficiente; la mayoría de los españoles ha recibido versiones simplificadas y tendenciosas de ella, con atención reducida a algunos puntos inconexos- y esto es lo más grave- con inmensas omisiones, errores de valoración, confusión general. Y de esto no se libran los que creen saber los de oficio intelectual, que tienen mayor información pero con frecuencia mayor deformación también: unilateralidad, partidismo, manías, intereses. La lección más valiosa que podemos extraer del centenario del 98 es lo que los rencorosos y resentidos no perdonan a aquellos escritores que tienen la insolencia de seguir vivos después de tantos años: su ásoiíibrosa posesión de España. Desde la realidad física- campos, paisajes, pueblos, ciudades- conocida en su integridad, con tan modestos recursos y tan poco dinero, hasta la historia completa y no falsificada, la Uteratura, leída y releída con amor y generosidad, y finalmente los sueños, las esperanzas, los errores, los fracasos, que también son parte dé la realidad. No hay que repetir a estos; hombres- ni sé puede ni hace falta, porque ya están ellos- no hay que fascinarse por lo que fue su situación, porque la nuestra es bien distinta; hay que recibir esa posesión que fue, imidá a su autenticidad, la condición de su genialidad. Si queremos lanzar una ojeada al siglo XXI, tenemos que absorber hasta las últimas Gonsecuencias lo que, ha sido y es tbdSvía el XX; y como este lleva dentro todos los anteriores, por lo ínenos de un milenio- y si nos formaUzamos hay que añadir otro de donde venimos y que está a nuestra espalda- esto muestra que la tarea no es ABC CUMPLE C O N SUS PALABRAS fácil. Pero no hay elección: o tomarnos posesión adecuada y veraz de nuestra historiado entraremos a ciegas en el siglo próximo, convertido en una falaz fantasmagoría. Hay que precisar qué está vivo en nosotros; hay que eliminar el depósito dejado por nuestros errores, especialmente los más graves: la todavía reciente discordia, la maldad desatada por el odio y la torpeza; hay que evitar todo intento de recaída en ello, dé, reivindicación de los pecados, que a veces, sustituye al necesario y salvador arrepentimiento. Es menester medir los avances realizados en este siglo, retenerlos y no comprometerlos, instalarse en ellos para seguir adelante. En gran parte por el propio esfuerzo, también por lo que ha ocurrido en el mundo que nos rodea y es nuestro, España ha pasado de ser un país resueltamente pobre a ser otro, no opulento, pero decorosamente instalado en el nivel de la época y con posibilidades multiplicadas. Sobre todo; hajr, que reunir, poseer, estimar lo que ha. sido creador en España durante el siglo que está terminando, culminación de lo acumulado en el pasado anterior, que se cuenta- entre los cuatro o cinco conjuntos, de realizaciones humanas memorables, aquellas que constituyen la más profunda significación de la palabra hombre Y. hace falta más: ver con claridad cuánto se ha perdido, destruido, olvidado, despreciado. Hay que hacer el balance de las posibilidades innecesariamente frustradas, por fanatismo, ignorancia, frivolidad o mala voluntad. Si se recorre la historia de este siglo, con alguna inteligencia y generosidad, sé pueden poner dé relieve los momentos en que se ha acertado y aquellos otros en que se ha violentado la realidad, se han destruido las esperanzas existentes, se ha empobrecido la vida de los. españoles o se ha acabado con ella. Desde éste conocimiento, desde lo que Hamo análisis del presente, hay que poner en juego la imaginación- la facultad más sustancial pensaba con acierto Unamuno- no para quedarse en ella, sino para usar plenamente la razón, que si es verdadera lleva esa imaginación dentro, cohio parte integrante Con esa razón imaginativa se puede intentar descubrir la posible figura de ese siglo hacia el que avanzamos, ya inminente. Sin perder de vista la esencial inseguridad de todo, porque el hombre es irremediablemente libre, obligado a proyectar quién pretende ser y capaz de ser fiel o infiel a ese proyecto, es decir, a sí mismo. Julián MARÍAS de la Real Academia Española

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