Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 11-02-1997 página 3
ABC MADRID 11-02-1997 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 11-02-1997 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 11 DE FEBRERO DE 1997 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA A FORTUNADAMEN TE, en los últimos JLJL meses se han planteado, de nuevo, ante la sociedad española, algunos problemas propios de la educación y la cultura, muy debatidos desde siempre pero aún no embellecer la expresión de los conceptos, resueltos: la enseñanza del idioma y la de la de dar al lenguaje escrito o hablado eficahistoria. Sin más títulos que los poquísimos cia bastante para deleitar, persuadir o concon los que me asomo de vez en cuando a mover ¿No sigue siendo esta eficacia el estas páginas, he mostrado aquí muchas objetivo principal del discurso político y, veces mi inquietud por las dos cuestiones, en el fondo, de todos los discursos El 5 de julio de 1993, el profesor inglés. con una mezcla de esperanza y pesimismo. Ahora repican con más fuerza las cam- John H. Elliott, tan justamente admirado panas de alarma. Tanto desde el Gobierno en España, reflexionaba en la Universidad como desde las Academias han sonado vo- de Salamanca sobre la función del lenguaje ces claras y firmes de preocupación. El en la teoría y práctica políticas, y refiriénidioma español está siendo maltratado; el dose especialmente al reinado de Felipe IV, que él tan bien conoce, recordaba cómo el estudio de la historia, mal atendido. Preocuparse por el idioma o por la histo- vocabulario político, tanto de los subditos ria eh estos tiempos en que nos acucian- y frente al poder, como de los monarcas, los ello es natural- las ciencias, las técnicas, ministros, los prelados o los cortesanos la informática, las redes de comunicación procuraba ajustarse a unas normas cultas, y la avalancha de los convulsos aconteci- unas intenciones de eficacia y una grave mientos políticos de cada día y las trage- dignidad que por sí mismas eran factor de dias que abruman al mundo, puede sonar a convicción. Claro que detrás de aquella ac músicíá Celestial Pero ñó es así; no, cier- titud ante el idioma aún se proyectaba la tamente. Ambas enseñanzas no son dos lu- sombra, o más bien la luz, de la Gramática de Nebrija. jos; son dos necesidades perentorias. No vamos a volver a aquel pasado; pero Hace muchos años, dos eminentes intelectuales españoles, tan poco merecedores en este siglo XX podemos aún recordar del reproche de autoritarismo como Pe- cómo escribían y hablaban políticos modro Salinas y Amado Alonso, clamaban, dernos, eficaces y pragmáticos que han desde la lejanía y perspectiva de su exiho, llenado la escena de nuestro tiempo: Churpor una política del idioma por una ac- chill, enérgico, percutiente y a veces ción enérgica sobre la enseñanza, el cui- dramático, desde su banco de los Comudado y el amor a la lengua española. Si nes; De Gaulle, despertando a Francia con ésta les parecía entonces descuidada y en su bello, casi majestuoso francés, detrás peligro ¡qué pensarían de lo que sucede de un simple micrófono en el lejano Lonhoy! Quisiera colocarme en un justo me- dres de la guerra; afilado, inteligible y condio entre el catastrofismo y el beato pan- vincente Adenauer, desde el pequeño glossismo si se me permite esta expre- Bonn; juvenil, entusiasta Kennedy, con su sión francesa. Y decir, simplemente, que apelación retórica a la nueva frontera el idioma español está siendo, por lo me- hablando literariamente a su generación nos, desdeñado. Lo advertimos en la po- como si Camelot estuviera en Hyannis breza y frecuente mal gusto del lenguaje Port. Aparte de que todos ellos eran unos cotidiano; pero sobre todo lo advertimos, de manera más llamativa, en algunos medios de comunicación. No entraré en anáUsis ni precisiones, pero a veces se le cae a uno el alma a los pies. Lo advertimos, igualmente, en la oratoria política. No propongo que retornemos a la oratoria decimonónica y castelariana pero un poco más de cuidado bien estaría. Yo creo que sigue teniendo valor el concepto clásico de la retórica, aunque nos limitemos a hacer la retórica de nuestro tiempo, no la de La más actualizada aquellos siglos, demasiado olvidados, en que la Retórica era una de las asignatuprogramación de la ras principales en Salamanca o Alcalá de televisión, en TeleABC Henares, pongamos por ejemplo. Dice el todos los jueves Diccionario de la Real Academia Española que la retórica es el arte de bien decir, de ABC DOMICILIO SOCIAL J. I LUCA DE TENA, 7 28027- MADRID DL: M- 13- 58. PÁGS. 128 LECCIONES DE IDIOMA Y DE HISTORIA Tele A B C grandes políticos, eran también unos excelentes retóricos que amaban su idioma, lo cuidaban y le daban una convincente eficacia además de usarlo al servicio de una pedagogía cívica. En definitiva, y dejando retórica y política aparte, la razón primera del idioma es hacerse entender, y bien. Descuidándolo ¿seguiremos entendiéndonos? ¿No parece, pues, urgente que se refuercen la enseñanza del idioma y la conciencia de todos los que lo usamos? ¿Y qué decir del estudio de la historia? Desde que hace unos treinta años las humanidades empezaron a ser desplazadas por las ciencias y las técnicas -como si unas y otras fueran incompatibles cuando son complementarias- los estudios históricos en la Segunda Enseñanza- periodo de- cisivo de la formación de los jóvenes- fueron decayendo. Después de lo dicho recientemente por personas de mucha autoridad, ¿qué se puede añadir? Solamente puedo recordar que la historia, convertida en una colección de fábulas, leyendas y mitos sin el menor rigor científico; que la historia, entendida como el relato de un pasado solamente local encerrado en unos rincones, percibido, como diría Sánchez Albornoz, en una línea vertical sin los innumerables y determinantes contactos horizontales que han producido toda la historia humana; usada como elemento diferenciador, instrumento ideológico y arnia política contra el enemigo sólo puede conducir al debilitamiento y quién sabe si a la disgregación de un país que aún llamamos España. Un país que tiene no sólo sus cinco siglos de existencia política unitaria, sino miles de años fraguando en un lento y hondo proceso en el que innumerables pueblos, culturas, lenguas y formas de vida fueron encontrándose, mezclándose, para terminar en esta cosa mestiza, compleja, que en nuestros días hombres tan diversos como Giner de los Ríos, Menéndez Pelayo, Sánchez Albornoz y Américo Castro, Azaña y Ortega, Laín Entralgo y Tuñón de Lara, han llamado lúcida y tercamente España. Cada uno tenía su visión pero todos reconocían la realidad última del sujeto; un sujeto histórico llamado España fuera de España... ¿Vamos, por dejadez, a dejar de entendernos bien en nuestra lengua; y a correr el peligro, como diría Julián Marías, de ya no estar en posesión de nuestra tierra común, con su pasado real y su futuro posible? Alfonso de la SERNA

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.