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ABC MADRID 10-12-1996 página 54
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ABC MADRID 10-12-1996 página 54

  • EdiciónABC, MADRID
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54- ABC CULTURA En ia muerte de Julio Cano Lasso- MARTES 10- 12- 96 Acicate para nuestro trabajo cotidiano como arquitectos A repentina desaparición de Julio Cano Lasso deja a Madrid sin uno de sus mejores arquitectos. Julio Cano Lasso era un arquitecto en el sentido más amplio y profundo del término. Y de ahí que la ciudad, tanto las instituciones como los privados, pudiese confiarle un proyecto con la seguridad de que lo ponía en manos de alguien que iba a dar adecuada respuesta a los problemas que planteaba la construcción que se le había encomendado. Ciudad y arquitectura son dos términos inseparables y- la relación entre ciudades y arquitectos siempre fue clave para explicar tanto el desarrollo de aquéllas como el quehacer de estos. Me consta lo mucho que Julio Cano Lasso amaba a la ciudad en que vivía, Madrid, y cuanto había hecho de ella el origen y el destino de su arquitectura. Las virtudes de Madrid como ciudad- la atención prestada a la topografía, el buen sentido en el empleo de los materiales, la construcción según las normas dictadas por la razón, el respeto a los usos y costumbres de sus gentes, manifiesto en la falta de pretensión que admiramos tanto en los barrios de los alrededores del Retiro como en los del centro histórico, etcétera, -estaban presentes en la arquitectura de Julio Cano Lasso, de la que, por fortuna, la ciudad cuenta con valiosísimas muestras. Una obra cargada de amor Todos los fines de semana subo la Cuesta rápido y, a la vez, amable, relatando arquitecde los Cigarrales que me lleva a Layos, un turas y siluetas urbanas, todos y cada uno de pueblecito a 12 kilómetros al sur de Toledo. Y sus gestos hacían de él un maestro sensible siempre miro, allí a la izquierda, a una casa en la percepción que se dejaba ser al hacer preciosa que hizo y sigue haciendo Juüo Cano arquitectura. a im amigo suyo, M. Nebot, que tenía un hijo Todas sus obras están cargadas de amor; no cada año hasta llegar a muchos. Yo no sé si puedo repasarlas en la memoria sin verle a él, ahora tiene nietos. El caso es que su casa, tan parecido a ellas, estaba en ellas, tan fundida en el entorno, ha crecido orgánica- mesurado en sus apreciaciones, tan contrario mente y con la elegancia de no hacerse notar. al divismo y, sin embargo, tan interesado en Por eso me fijo en ella con fruición. Sin más el juicio de la juventud, en sus opiniones y ambición arquitectónica que la de ser natu- osadías. ralmente bella- casi nada- acoge en su consCreo que la mejor muestra de su calidad trucción tanto el idioma popular tradicional como creador admirable es que cuatro de sus como la contemporaneidad absoluta. Resu- hijos siguen sus pasos. Y ho hay juez más me, en alguna medida, la obra de Julio. severo que el cargado de amor final. Su amor por el paisaje que había palpado Dios estará muy feliz con él y con sus obras desde niño en el campo castellano, su E uda que pasarán inadvertidas entre las celestiasensibihdad ante la ciudad como escenario en les. el que el hombre trabaja, sus dibujos de trazo Miguel de ORIOL L El arquitecto del rigor Me inunda una profunda tristeza al saber la noticia de la muerte de un gran arquitecto. Era algo que no podíamos esperar, ni su propia familia, ni las personas que nos sentíamos honradas con su amistad. Julio Cano Lasso era, en todo los sentidos, ima persona extraordinaria. Un buen amigo. Nos conocimos en Santiago de Compostela. Era la época en que yo trabajaba en la edificación de un centro cultural. Fue hace siete años. Hasta ese momento sólo tenía referencias suyas a través de diversas pubUcaciones que habían caído en mis manos. Él nos invadía a todos con su extraordinaria simpatía. Tras concluir mi trabajo en Santiago y regresar a Porti al recibí en mi domicilio un obsequio suyo: me envió un libro, repleto de estupendos dibujos, que él había realizado de propia mano con Santiago como paisaje de fondo. En este sentido era im dibujante de una calidad suprema, un paisajista excelso. Ese libro siempre lo he guardado y lo guardaré en el mejor expositor de mi casa. Después de nuestro encuentro en Santiago, nos vimos en diversas ocasiones por Madrid y pude disfrutar de su exquisito trato. El rigor preside toda la arquitecura de Juho Cano Lasso. Una obra basada en la sobriedad, segura, que huía del exhibicionismo aunque sus edificios se distinguían por su calidad, solidez y sello personal. A él siempre le he asociado con otro gran nombre de la arquitectura española, Alejandro de la Sota. Recuerdo el impacto que me causó la transformación que hizo del hospital Real de Santiago de Compostela en hostal de los Reyes Catóücos. Ese proyecto marcó una recuperación notable de la arquitectura española y una. nueva forma de entender los edificios históricos en su versión turística. Riguroso, respetuoso, pero utilizando materiales modernos, el Hostal se nutre dé modernidad y monumentalidad en un mismo espacio. La muerte de Julio Cano Lasso deja un edificio vacío hueco en la gran familia de la arquitectura ibérica y europea. Con Juho Cano Lasso desaparece el arquitecto del rigor. Alvaro SIZA Julio Cano Lasso tenía buenas razones para sentirse orgulloso de su labor como arquitecto en Madrid. Las casas de Espalter, el Viaducto, Basílica, etcétera... han sido en su momento ejemplos de cómo construir para toda la profesión. Su restauración de Conde Duque mostró con claridad cuanto la ciudad antigua merece ser conservada. Sus viviendas en la periferia, por último, pueden ser consideradas modelos de cómo la arquitectura popular puede fertilizar el lenguaje de la arquitectura moderna. Pero el trabajo como arquitecto de Julio Cano Lasso no quedó limitado a Madrid. Como tantos otros arquitectos madrileños del pasado, Julio Cano Lasso tuvo ocasión de mostrar su competencia profesional en muchos otros lugares de la geografía española. Sus obras en Sevilla, Santiago de Compostela, Almería, Buitrago, vienen a mi memoria y forzoso es dejar constancia de su paso por dichas ciudades que se enriquecieron con la presencia de su arquitectura. A ella había entregado su vida: cuando mañana volvamos a verla, en Madrid y en tantas otras ciudades, Julio Cano Lasso seguirá estando vivo en nuestra memoria, convirtiéndose en acicate para nuestro cotidiano trabajo como arquitectos. Rafael MONEO Modernidad y entorno Con la muerte inesperada de Juho Cano Lasso desaparece uno de los arquitectos españoles de la segxmda mitad de nuestro siglo. Persona abierta a la modernidad era además de im gran creador un hombre culto e interesado por las ciudades españolas tradicionales. Gran dibujante trasladó a su bloc de apuntes a lo largo de sus viajes el perfil de los panoramas de los viejos centros históricos de nuestra península y defendió valientemente la conservación del entorno de los monumentos más significativos y singulares de España. Como miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Femando nunca faltaba a las sesiones de trabajo y siempre intervenía con su criterio justo de gran profesional y de rendido enamorado de la arquitectura. Descanse en paz el compañero y amigo. Antonio BONET CORREA Aproximación española Es habitual en los concursos de arquitectura que los contendientes nombren un miembro del Jurado. En calidad de tal me ha tocado participar alguna vez. En bastantes ocasiones Julio Cano resultó triunfador. Bromeaba diciendo que solía proponerme porque le traía suerte La razón de tal suerte estaba en una identificación total con su modo de entender y hacer arquitectura, conjunción de estética y tectónica, o aproximación española al decir de K. Frampton, en la que Cano ha sido y es admirado maestro. Su obra trasciende que el lenguaje del arquitecto es la construcción y que cuando lo habla en poeta deviene arquitectura. Poética que a l se encuentra en su elegante ejecutoria humana. Por. ello su prestigio siempre ha sido superior a la fama. Rafael DE LA HOZ

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