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ABC MADRID 01-10-1995 página 97
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ABC MADRID 01-10-1995 página 97

  • EdiciónABC, MADRID
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DOMINGO 1- 10- 95 ESPECTÁCULOS Festival de Música de Alicante Pop- rock ABC 197 Doble actuación del Ensemble Kofrontatíon de Halle Bajo el nombre de Konfrontationse agrupan miembros de la Orquesta Filarmónica de Halle que actúan bajo la dirección de quien también es titular de dicha Orquesta: el compositor, pianista y director Thomas Müller. Una errónea concepción de los programas dañó seriamente el! resultado de los conciertos ofrecidos en las noches del miércoles y jueves. La primera se inició con una inacabable e insulsa suite de Adaptaciones de piezas del renacentista Scheidt, tras lo cual se interpretó Silences interrompus de Allende- Blin, obra de 1970 que ha envejecido muy mal, si no es que nació ya con canas. El concierto pesaba ya como una losa cuando el Ensemble abordó Víspera de mí la obra que sustancia la firme irrupción en el panorama creativo del joven Jesús Torres (Zaragoza, 1965) ganador del Premio SGAE y, muy recientemente, del Premio Gaudeamus holandés. Pero la brillantez estaba descartada en esa sesión que tampoco auparon las páginas de Stravinski, Stendel y Domhardt que siguieron. El segundo de los conciertos fue bastante mejor de ejecución. Se inició con el Septeto número 2 de un clásico de la música contemporánea de la antigua Alemania del Este, Hans Eisler, y se cerró con el estreno absoluto de la Epiphanie que Thomas Müller escribió por encargo del propio Festival alicantino, dos obras de excelente factura, pero bien distintas: deliciosamente nostálgica la primera, abstracta y especulativa la de Müller. Entre medias, el flautista y el chelista del Ensamble Konf rontation expusieron a solo sendas páginas de Stendel y Knaifel, y el grupo completaba el largo programa con otras tantas de Treibmann y Graus. L Exoir la obra del catalán Oriol Graus, recibía su estreno absoluto. Fue la ganadora del IX. Premio de Composición de Alcoy, donde también se ha dado a conocer en estos días. Es obra de amplitudes: amplio grupo- diez instrumentistas- para alcanzar una sonoridad por momentos casi orquestal, amplio curso para la debida explotación tímbrica y expresiva de las ideas musicales que contiene. Fue correctamente vertida por los intérpretes alemanes y el autor recibió acaso los aplausos más intensos de estas dos jomadas que dejan la sensación de que el grupo es mejor de lo que denotaron con estos programas tan espesos. José Luis GARCÍA DEL BUSTO Lenny Kravitz: el heredero del pelo de la dehesa Madrid. Pablo Carrero La mitología del rock tal y como se desarrolló a partir de los primeros años de la década de los setenta (los precedentes de lo que luego se convertiría en el heavy metal la simbología de las melenas al viento, las poses de tipos aguerridos empuñando sus guitarras y como Los intocables sus metralletas, los eternos punteos y los solos de batería, los riffs machacones y aplastantes, tienen en la música de Lenny Kravitz su más genuino representante. Sobre todo en directo. En sus discos, Lenny Kravitz se sumerge en sus músicas favoritas (con nada menos que un cuarto de siglo de antigüedad) para darles un par de vueltas, mezclarlas en su justa medida y, ayudado por una indiscutible personalidad y un cierto talento, consigue obras recias que reúnen un paladeable regusto nostálgico y un moderado afán renovador (así les parece sobre todo a los más jóvenes de sus seguidores, que no son precisamente minoría. y En directo, la maquinaria dispuesta por Kravitz y su sólida y versátil banda resulta mucho más demoledora, y, a la vez, más deudora de los viejos tiempos. La tentación del primitivo rock duro parece ahora más fuerte que nunca, y son numerosos los grupos que beben directamente de tan añejas fuentes, pero es Lenny Kravitz quien se ha erigido (o le han erigido, a golpe de ventas millonarias) como el más ilustre heredero de la tradición puesta en marcha por Jimmy Page y compañía. La sección de viento y el coro ponen el contrapunto melódico y hasta dulce en determinados momentos, pero el directo de Lenny Kravitz muestra a un tipo que da la impresión de no querer otra cosa que aparecer como una- especie de resurrección c e unos remozados T Led Zeppelin. Y lo cierto es que da el pego. A estas alturas, lo que supone un escenario y qué hacer con él, o sobre él no es precisamente un misterio para el neoyorquino, y la noche del viernes el intenso ambiente que propició el hecho de actuar en un recinto en el que se apiñaban apenas tres mil personas parecía darle alas al músico, que disfrutaba como un enano, con perdón, incitando al público a corear los estribillos y seguir el ritmo con las palmas de las manos. El guitarrista, una especie de caricatura de la época- melenas desmesuradas, pantalones brillantes de campana, -guitarra de doble mástil- hacía las delicias de los rockeros de primera fila, con todos los guiños, poses y adornos propios del género. El propio Kravitz, airullador en la guitarra, eficaz como animador, lució su característica voz tanto en lass piezas más potentes como en las baladas y los tiempos medios, una de las especialidades de la casa. El directo de Lenny Kravitz es convincente. Se trata de un gran músico, y su repertorio, quizá un poco más previsible cada vez, tiene las suficientes buenas canciones como para llenar un largo par de horas de música intensa y emocionante. Con todo eso a su favor, lo que uno no alcanza a entender del todo es por qué demonios tiene que estropearlo con interminables solos, bien de guitarra o bien de ba- tería, con finales de esos que duran tanto como la propia canción, con todas esas Ira- bas. En fin, estos solos impiden un dinamismo con el que sus conciertos ganarían unos cuan- tos enteros, en vez de partir en dos, que es lo. que hacen. t Carmen Alborch visita el Ballet Nacional de Cuba La Habana. S. Castelo, enviado especial La ministra de Cultura, Carmen Alborch, actualmente de visita oficial en Cuba, ha asistido en la habanera calle de Calzada a una clase de los bailarines del Ballet Nacional de Cuba y se entrevistó durante una media hora con la fundadora y directora del ballet, la mítica bailarina Alicia- Alonso. Carmen Alborch llegó a la sede del Ballet, en el barrio de Vedado, acompañada del subsecretario de su Departamento, Enrique Linde, y del embajador de España, Eudaldo Mirapeix. Tras conversar con algunos bailarines y Carmen Alborch profesores del Ballet, como Loipa Araújo, Marta García, Lienz Cuang, Orlando Salgado, Osmay Molina o José Zamorano, la ministra presenció una clase de baile con una escena de Don Quijote Interpretada en sus principales papeles por los jóvenes bailarines españoles Óscar Torrado y Laura Hormigón, actualmente becados en el Ballet Nacional de Cuba, Posteriormente la ministra se trasladó al despacho de la mítica bailarina Alicia Alonso, con quien conversó durante cerca de media hora sobre la situación de la danza en España y en Cuba, prometiendo la ministra continuar la ayuda al conjunto cubano, así como una importante participación de España en el próximo Festival Internacional de Ballet, que se celebrará en La Habana en el otoño de 1996. Actualmente está en proyecto la creación de una asociación, de ámbito internacional, de amigos de Alicia Alonso en la que formarán parte destacadas personalidades del mundo de las letras, las artes y la música. Muevas músicas Tomás San Miguel y Jorge Pardo, discurso ligero Madrid. L. M. Tiene Jorge Pardo un par de saxos de los que sabe extraer una cascada de sonidos que, en ocasiones, debido a la acústica del local, queda un poco mermada (el recital se celebró en el teatro del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Es un surtido de melísmas muy sentidos que el músico le ofrece a Tomás San Miguel, tal vez con la intención de que, al oiría, los críticos afirmen que el aliento último que inspira esa música es de catadura nostálgica para muchos. Antes les habíamos oído en disco, ofreciendo un repertorio en el que los papeles ya aparecían, acaso, algo cambiados: ni Jorge era Javier Paxariño cuando Tomás San Miguel ejerce de sí mismo; ni Tomás era, obviamente, Chano Domínguez cuando Jorge decide ser quien en realidad es. Ahora, en estas últimas semanas, ha llegado este último con sugerencias que adoban enteramente las composiciones del amigo Tomás, y, juntos, han encontrado un lenguaje que está dando sus mejores frutos en un disco que se llama De dos en dos De dos en dos es melancólico, está conectado con una new age ecológica y agradable, y se digiere, por tanto, consuma facilidad. Entre sus recursos se agolpan las sonoridades navideñas y ternuristas, arropadas de esa profusión tímbrica que Vida en catedrales -su anterior disco- no llegaba a necesitar. Tiene esta pareja ante sí, un camino preñado de futuro; esa nueva clase media, joven e instruida, que ha adoptado ahora estas cantinelas, va a disfrutar de lo lindo con unas canciones pensadas para todos aquellos que todavía no se hallan en franca retirada.

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