Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 30-07-1995 página 20
ABC MADRID 30-07-1995 página 20
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 30-07-1995 página 20

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página20
Más información

Descripción

20 ABC OPINIÓN Panorama Mirador DOMINGO 30- 7- 95 AMARILLO MARÍA T EZ de azucena, sonrisa hoyuelada, ojos velaI dos por anchos párpados orlados de largas pestañas, labios rojos, húmedos y graciosamente imperativos, linda la dentadura, dividida la cabellera en dos trenzas de abundantes guedejas: así era María. Y uno reconstruye su retrato, tomando de acá y de allá las pinceladas con que Jorge Isaacs la perfila a lo largo de la novela que le inmortalizara. Las hijas nubiles de los patriarcas no fueron más hermosas en las alboradas en que recogían flores para sus altares sentencia. Vuelvo a María a la obra cimera del romanticismo hispanoamericano, cuarenta años después de mi primera lectura en una edición de Austral fechada en 1949; y lo hago en la que manos amigas me envían desde México, impresa por Editorial Porrua a dos columnas por página e introducida por Daniel Moreno. El pasado 17 de abril cumplióse un siglo de la muerte de su autor, y es obligado recordarlo, sobre todo cuando la sombra de Sor Juana- muerta otro 17 de abril y ya tricentenaria- ha velado en buena medida la luz que le tocaba. Nací en el Estado de Cauca (basta eso) el primero de abril de 1837 escribió Jorge Isaacs a quienes prentendían biografiarlo, dejando en el aire la incógnita del lugar concreto de su nacimiento ¿Cali? ¿Quibdó? Y esa región, la más bella de Colombia, imponía su signo. Los románticos- afirmó Rafael Maya- son los poetas más colombianos que hemos tenido. Todos ellos fueron bautizados en las aguas del Magdalena o del Cauca En las aguas de este últimoríoparece mojar su pluma Jorge Isaacs cuando describe, reiterativa y espléndidamente, valle, pampa, montaña, selva, bosque, caserío, cabana, y cuanto- hombres, animales, plantas- los puebla y embellece. La exuberancia de su lenguaje, cuidado y jugoso se enriquece con un vocabulario autóctono, que salpica de exotismo su escritura: chiminangos, yarumos, guaduales, iracales, piñuelas, cachimbos, pisamos, adorotes, buenastardes, ven cómo revuelan sobre ellos guacharacas, bamburés, coclíes, pellares y nagüiblancas, mientras se oye el canto del titiribí o el triste y monótono del diostedé. Ese conocimiento de la naturaleza, como ese borbollón de flores que colma al par el delantal de Mana y los renglones que la dibujan, se da la mano con el que el autor demuestra del habla coloquial, no sólo cuando lo deja fluir de labios del compadre Custodio o de su hija Salomé, sino cuando con admirable precisión lo encaja en el decir de María. El halo autobiográfico que Isaacs da a lo narrado y que le hace fundirse con Efraín, protagonista y narrador, presta a los amores de éste, a sus gozos y pesares, un matiz de veracidad que engancha al lector de hoy y, cómo, al de un siglo atrás. Un crítico puntilloso y mordaz como Borges, rindióse al encanto de la novela, que él leyó cuando se celebraba el centenario del nacimiento del colombiano. Ayer- escribió- el día 24 de abril de 1937, de dos y cuarto de la tarde a nueve menos diez de la noche, la novela Mana era muy legible... Puedo dar mi palabra de haber leído sin dolor las trescientas setenta páginas que la integran Casi sesenta años después, yo ratifico sus palabras. Claro que esadolor de que habla el argentino es otro del que el lector siente al hacerse partícipe del amor candidísimo de esta adolescente, desde un principio condenado a no realizarse. Y de ahí su grandeza, como el mismo Borges bien señala: Jorge Isaacs, en María prefirió trabajar con la anticipación y el presentimiento (antes que con la sorpresa) En ningún instante se oculta que María va a morir. Sin la seguridad de que va a morir, apenas si tendría sentido la obra Ese sentido- y ese sentimiento- no lo pierde nunca el autor. Sólo hay un momento en que se ve amenazado, cuando se demora en la historia de Nay- Feliciana, rompiendo el hilo del relato en el que tiene atrapado a quien lo sigue; pero lo vuelve a tomar con buen pulso, para ya no soltarlo. No hay maldad en esta novela que ya es historia. Ni violencia. (Me viene a la mente, trágica, terrible, contrastante, Viento seco de Daniel Caicedo, otro hito en la novelística colombiana) El afecto detosseñores para con sus siervos, esclavos o no, y el que estos les profesan, la estrechísima trama familiar, la casta pasión de Efraín y María, son paradigmáticos, acaso en exceso. El mal es tan sólo ese pájaro negro que, fugaz, aparece y desaparece, y que, en el instante final, acaba posándose en uno de los brazos de la cruz de hierro que corona la tumba de María, repitiendo su espantoso canto Carlos MURCIANO E L amarillo siempre remite a la tristeza, como a una muchedumbre de una sola cara sumida en la desesperación. El amarillo ha regresado a las playas con el calor, y ha impregnado las arenas, pero da igual; y el veraneante se siente feliz al ver postergados sus problemas. El amarillo de la ciudad es otro cantar, un reflejo en las aceras, un tinte especial que confiere el sol al asfalto, que rebulle y quema las miradas de los que se tuvieron que quedar, a trabajar y sobre todo a padecer la crisis sempiterna; y eso que el paro desciende, o eso nos venden como conejos de chistera. La gente camina abatida bajo el calor de la ciudad, con las frentes y axilas perladas de sudor. No corre la brisa, si acaso, dentro de los televisores, cuyos anuncios remiten a paraísos de chicos y chicas con cuerpos lácteos y sonrisas dentífricas, que ingieren bebidas exóticas y engullen frutas, con esa despreocupación JASP (joven, aunque sobradamente preparado) Soporto los anuncios igual que las películas estúpidas y el calor, no queda otro remedio. Enton- ees la ciudad se agolpa frente a mí, igual que una gigantesca y tortuosa bola incandescente y amarilla, que se come con sus vahos las horas, postrándome en la desidia. No soy el único, al alzar la vista ya prendida en el suelo, observo, como en un reflejo, otras miradas. También callan y tampoco dicen nada. El calor las adormece. Algunos dicen que el verano es la mejor época de la ciudad, pues se halla vacía y la jarana desaparece. Una ciudad vacía no es una ciudad, semeja un fantasma que no tiene nadie a quien asustar. La ciudad del verano es la ciudad amarilla, la ciudad desértica, la ciudad trivial donde la polución se reconcentra y el fuego crepita detrás de los retrovisores de los coches. Ahí es cuando la ciudad espectro cobra un nuevo sentido, o el que merece, ya que a través de los retrovisores, las siluetas, los contornos, se difuminan. Es cuando se capta en todo su significado la ciudad, el calor y el amarillo, es precisamente cuando uno acaricia la certidumbre de ser un espíritu, cuando se piensa que nada en la vida es material o real, y por supuesto que nada es importante. Daniel MÚGICA Perspectiva SALDAS desde CIFRAS INESCRUTARLES p Madrid, Barcelona y Bilbao los Domingos! Valencia, Sevilla y Santiago los Sábados. A 8 días desde... 9 S J J p t t Praga- Budapest 8 da d s e í s ed 87.5OO P 9OO ns Praga- Viena 8 da d s e. 9 1 í s e d Consulte precio según Aeropuerto de Salida. rZEVH i TM Es un producto figPOLITOURS Información en su Agencia de Viajes VENDA SU COCHE SOBRE LA MARCHA A toda velocidad Poniendo su anuncio por palabras en ABC. mí la vida, como a todos, me ha hecho aceptar muchas cosas que no entiendo, pero hay otras que me resultan muy difíciles de tragar pase el tiempo que pase y me pase lo que me pase, como por ejemplo la de que los telediarios pretendan hacernos creer que ciertas cifras son, como los designios de Dios, inescrutables. Me refiero, claro está, al número de personas que acuden a una manifestación o secundan una huelga, dado que las cifras de los convocantes y las oficiales no sólo no coinciden nunca ni por casualidad sino que cada una, en su disparidad respecto a la otra, parece provenir de un evento distinto, contradiciendo con ello uno de los principios más sagrados para el raciocinio humano, el de la exactitud de las matemáticas. Naturalmente, los de los telediarios no tienen culpa alguna de este dilate, pero no me digan ustedes que al menos los no estatales no podían contratar a un grupo de contables avezados e independientes para que luego estuvieran en disposición de comunicarnos: Según la versión de los sindicatos, cien mil; según la versión oficial, cuatro gatos, y según la versión puramente matemática, cincuenta mil No sé yo, no sé yo. Me parece que voy a dejar de ver los telediarios tan asiduamente, no sea que a la chita callando acaben por comerme el coco y luego me dé por dudar hasta de cómo me llamo y vuelva la cabeza cuando oiga el nombre de Gertrudis, por si acaso. Almudena GUZMÁN 692.694 ANUNCIOS PUBLICADOS EN EL 94, SON PALABRAS MAYORES

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.