ABC MADRID 09-01-1995 página 20
- EdiciónABC, MADRID
- Página20
- Fecha de publicación09/01/1995
- ID0001962489
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20 A B C OPINIÓN LUNES 9- 1- 95 Panorama EL BUEN AMOR sé si han formulado ya sus deseosNOpropósitosyadeesaño nuevo, perohagan. Ya si no lo han hecho aún hora de que lo saben que para lograr algo por lo menos hay que proponérselo. Claro que recuerdo muchos chistes de mi niñez del tipo año nuevo, vida nueva Uno hacía la mar de planes y luego ¡e flaqueaba la voluntad. Algo así como decidir dejar de fumar, y tirar la cajetilla a la basura la noche de fin de año, para luego tener que ir a buscarla al día siguiente, puesto que todos los estancos estaban cerrados. Claro que, aun así, había logrado pasar sin fumar hasta e ¡año que viene y el que no se conforma es porque no quiere. Y lo mismo podría decirse del que decidía perder peso a base de comer muchísimo menos y luego tenía un hambre atroz. Y tantos otros ejemplos. Pero hay que ponerse objetivos, más o menos realistas, aunque sepamos que luego nos va a costar Dios y ayuda conseguirlos. Que flaquee la voluntad es norma! tampoco vamos a ser mártires por causas inciertas y cotidianas, ni tampoco por grandes causas ni grandes palabras. Las grandes causas ya pasaron a mejor vida. Y lo más importante, al fin y al cabo, aparte de proponérselo, es aceptar y dar amor, a uno mismo y a los demás, y de ahí deriva todo lo bueno, de ahí viene la prosperidad, la buena fortuna, el bienestar, la paz mundial, las buenas vibraciones. Parece mentira que algo tan sencillo no lo hayamos aprendido los hombres todavía desde hace mucho más de 1995 años. Andamos muy despistados. Creemos que para ser felices hace falta ser ricos, y que para ser ricos hace falta trabajar mucho, y que para trabajar mucho hace falta tener grandes cualidades, y que para tener grandes cualidades hay que tomar muchas vitaminas, y que para tomar muchas vitaminas hay que tener cuerpos muy bien dotados, y que para tener cuerpos muy bien dotados hay que ser ricos, y que no podemos ser felices porque no somos ricos. Andamos dando vueltas a un circuito cerrado del que hemos excluido el amor y no sabemos que el amor es la piedra filosofal y el motor de todo circuito y que lo tenemos al alcance de la mano. Pau FANER A propósito DESPUÉS DE CKECHENIA P OCO caso ha hecho Yeltsin de las protocolarias advertencias procedentes de Clinton, Kohl o de la Unión Europea rogándole cortésmente, sin alzar la voz y dentro de los más depurados usos diplomáticos, que ponga fin a la violencia en Chechenia. Después de haber declarado que la intervención militar en la pequeña república independentista era un asunto interno sin insistir en te necesidad de respetar prioritariamente a la población civil hasta que el mal ya estaba hecho, los occidentales tienen muy poca autoridad para tratar de lograr un arreglo pacífico. Es posible que si continúa el brutal ataque ruso se ponga en marcha algún suavizado mecanismo de sanciones, de cuya escasa eficacia dan testimonio los casos de Irak o Serbia, pero no se adivina ninguna acción efectiva que ponga fin a lo que tiene casi todas las características de un genocidio contra el minúsculo pueblo checheno. Yeltsin dará buenas palabras a sus amigos occidentales mientras prosigue el aplastamiento de los rebeldes chechenos hasta que- como los nazis en Varsoviapueda decir: ¡El orden reina en Grozni! Pero esta ciega política de los actuales dirigentes del Krenlin, ignorantes de su propia historia, puede enemistar duraderamente a Rusia no sólo con los chechenos, sino con los otros pueblos del Cáucaso- especialmente con los del Daguestán, tradicionales aliados de sus vecinos del Oeste, y producir allí un peligroso foco de inestabilidad. La existencia en la zona de ricos yacimientos petrolíferos o la religión musulmana de una mayoría de sus habitantes pueden ser factores que agraven la situación. Los occidentales carecen de cualquier estrategia ante Rusia y hay que preguntarse si- como parece- perdonarán a Yeltsin la salvajada chechena con la misma buena disposición con la que le perdonaron el desproporcionado ataque al Parlamento que produjo un número de víctimas muy alto, aunque nunca revelado. ¿Seguirán pensando en Washington, Bonn, Bruselas, Londres o París que Yeltsin es la única posibilidad para la democracia en Rusia? Hasta ahora todo hace pensar que así es, y estamos arreglados, porque Yeltsin, después de Chechenia, ha perdido toda la credibilidad democrática que tan generosamente se le ha dado desde 1991. A nadie puede convencer ya ese bello cuento que ahora nos quieren hacer creer sus partidarios, según el cual el presidente ruso sigue siendo fiable, pero ha caído en las redes de los halcones Por lo que sabemos, es cierto que se ha formado un núcleo duro, pero no contra su voluntad, sino muy a su gusto y bajo su estricto (y caótico) control. En contra de sus previsiones, la crisis chechena ha aislado a Yeltsin de la opinión pública y de los medios independientes de comunicación. Pensaban que la mala imagen de los chechenos, a los que se vincula frecuentemente con la mafia, serviría para que la intervención militar consiguiera un apoyo popular, que ha fallado por completo. Yeltsin es crecientemente impopular y nadie le apoya verdaderamente, aparte de lo que se denomina su politburó personal formado por amigos y colaboradores de su época de jefe comunista en Sverdlovsk (Ekaterimburgo) Excepción hecha de Zhirinovsky, al que, lógicamente, le parece espléndida la militarada de Chechenia. Además, con la guerra están volviendo a Rusia ciertas prácticas de la época soviética, como la propaganda mentirosa- que ya no engaña a los ciudadanos gracias a la información independiente- las presiones contra los que mantienen posiciones no oficialistas y las destituciones de los que no se alinean con el poder. La viuda de Sajarov escribe que los métodos policiales que creíamos enterrados con el totalitarismo, están prestos para volver Y los demócratas están formando una especie de gobierno en la sombra porque como dice una de ellos, Galina Starovoitova, líder de Rusia Democrática, algo va a ocurrir antes de que Yeltsin llegue al final de su mandato en 1996 Algunos militares ilustres, como los generales Gromov o Lebed, están en la misma línea. En suma, Yeltsin no es ya la garantía democrática de Rusia, sino su mayor lastre. Alejandro MUÑOZ- ALONSO CERRUTI 1881 FEMME VENTA ESPECIAL Goya, 6 y 8. El Jardín de Serrano REBAJAS DE MOBILIARIO Por renovación de nuestras exposiciones TRANSMOBEL y L ART Príncipe de Vergara, 120 y 124 (esquina a López de Hoyos) 6 5 9 6 4 2 ANUIMOS PUBUCADOSENEL 93 L SON PALABRAS MAYORES