Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 25-08-1994 página 3
ABC MADRID 25-08-1994 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 25-08-1994 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

EDITADO PRENSA POR ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 25 DE AGOSTO DE 1994 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA UANDO a alguien se le dice demasiadas veces y demasiado tiempo que es muy poca cosa, es fácil que acabe por creerlo y ser efectivamente algo incapaz y de poco valor. Habría que preguntarse un poco en serio desde cuándo se trata de convencer a los españoles de que esa es su condición, individual y, sobre todo, colectivamente. Eso es lo que se llama pusilanimidad El Diccionario académico define así al pusilánime: Falto de ánimo y valor para tolerar las desgracias o para intentar cosas grandes. Por el contrario, magnanimidad es Grandeza y elevación de ánimo. Hay cierto número de españoles a quienes parece una impertinencia, casi una agresión, insinuar que la magnanimidad sea una posibilidad nuestra. Tienen el mayor interés en persuadir de que nuestra condición o destino sea la pusilanimidad. Y en cierta medida lo van consiguiendo. Adviértase que ambos términos se refieren a cualidades o actitudes humanas, a la manera de sentirse y comportarse los hombres, independientemente de lo que les pase. Si se acepta la pusilanimidad, vayan como vayan las cosas se está condenando a la pequenez, a la mezquindad, al encogimiento. Si se posee una dosis suficiente de magnanimidad, se pueden afrontar con dignidad y ánimo los reveses y desgracias, las dificultades de todo orden, y acaso superarlos. Desde el temple magnánimo se pueden intentar cosas grandes Quiero decir que en buena medida, en decisiva proporción, está en nuestra mano ser magnánimos o pusilánimes; y de ello depende que España en su conjunto sea una cosa u otra. Precisamente la magnanimidad ha sido el carácter primordial de España durante gran parte de su historia; se ha pasado la vida intentando cosas grandes; lográndolas unas veces, fracasando otras, y entonces con valor para tolerar las desgracias para no desmayar, darse por vencida, acoquinarse. Convendría estar en claro sobre los momentos- que son varios- y los motivos o estímulos que han hecho deslizarse la pusilanimidad en las mentes, y sobre todo en los ánimos de los españoles, hasta poner en peligro la magnanimidad de su totalidad, de sus empresas, de su manera de sentirse en la vida. No hace falta, conste, sentirse bien se puede estar en situaciones lamentables, penosas, dificilísimas. Pero el que es magnánimo se dice: aquí estoy yo y no está dispuesto a ceder al peso de la adversidad. No consiente al pesimismo, al desánimo, no dimite de su deber ni de sus posibilidades, hace lo que tiene que hacer, y en último extremo ABC DOMICILIO SOCIAL J. I LUCA DE TENA, 7 2 8 02 7- M A D R I D DL: M- 13- 58. PÁGS. 112 C MAGNANIMIDAD 0 PUSILANIMIDAD ser una profesión, una clase social, una región. Si se lanza una mirada sobre la está dispuesto a hacer un poder ad- situación presente, se encuentran ejemplos clarísimos de todo esto, que explimirable expresión de nuestra lengua. La historia española no se entiende can gran parte de lo que nos pasa. Lo decisivo es que se puede reacciomás que desde la magnanimidad- que no excluye los errores ni los fracasos- nar contra la pusilanimidad simplemente Si se la repasa con veracidad y algún no aceptándola, adoptando la magnaniconocimiento- ambas cosas suelen fal- midad como forma de ser. Los estoicos tar en los tiempos que corren- se ve decían: omnia mea cum me porto cómo las fases de pusilanimidad han (llevo conmigo todo lo mío) Cervantes sido excepciones y casi siempre indu- repetía tú mismo te has forjado tu ventura Adscribirse a una de las dos posicidas, provocadas artificialmente. bilidades humanas es algo nuestro, a ¿Por qué factores? Los impulsos exte- nuestro alcance, y que depende de cada riores, que han sido muchas veces deci- uno de nosotros. Lo cual quiere decir sivos, han solido proceder de la hostili- que no hay excusa ni disculpa que valga. dad, la rivalidad o simplemente la envi- No se puede apelar a lo mal que están dia. Los internos son más interesantes y las cosas porque precisamente cuando complicados. En muchos casos, mero están mal es cuando hay que poner en contagio de los exteriores, por mime- juego la actitud magnánima. tismo o beatería. Otras veces tienen un En la medida en que la pusilanimidad origen propio, y suelen responder a un profundo descontento de uno mismo. se extiende a España en su conjunto, no Tengo una convicción, compartida por solo es una vileza, sino ante todo un muy pocos, pero en mí muy arraigada, y error. Y no me refiero solo a la historia- quiero decir a las porciones mayores y es que las personas se conocen bastante bien. La idea de que todos tienen más significativas de ella- sino también un gran concepto de sí mismos es un al presente. España es hoy una nación grande de las mayores de Europa, error. Es posible que finjan tener ese concepto, para convencer a los demás y con una proyección exterior inmensa e inevitable por mezquina que sea la que estos acaben por persuadirlos y darles seguridad, pero la mayoría de los im- política, con una pertenencia intrínseca a béciles saben en el fondo que lo son, y un verdadero mundo lleno de realidad y de posibilidades, con una de las escalos sinvergüenzas no tienen la menor sísimas lenguas universales. duda sobre ello. Y, por otra parte, -la calidad humana Ese profundo descontento, sobre todo media del español- n o la de los que cuando va acompañado de éxito exterior hacen más ruido- es bastante alentay público, engendra un rencor corrosivo, dora; y la riqueza de realidad física, de del que se puede encontrar un amplio ciudades, obras de arte, paisajes, tiene muestrario en diversos momentos de poco o nada que envidiar a otros países. nuestra historia. El desprecio de uno Y hay que agregar una cultura que está mismo lleva indefectiblemente al intento esperando a que los que hablan de esas de extenderlo y proyectarlo sobre los de- cosas y pontifican se enteren de ella, tomás, y muy principalmente sobre la so- men posición; y, si pueden, añadan algo. ciedad a que se pertenece y de la que Con pusilanimidad no se va a ninguna se está hecho. parte decorosa. Con magnanimidad se A veces esta actitud tiene un carácter puede intentar todo lo que vale la pena, estrictamente individual; otras veces se y ya es bastante; peor además hay granmoviliza desde un grupo que puede des posibilidades de conseguirlo. Si se piensa que el acceso de pusilanimidad que amenaza a España no es exclusivo, sino que tiene mayor extensión, la consecuencia que puede extraerse es que si los españoles lo superaran y volvieran a su actitud más propia y arraigada, tendrían grandes probabilidades de recobrar el nivel que les pertenece y al que muchos están dispuestos a renunEDICIÓN INTERNACIONAL ciar, y algunos a imponer la renuncia. De todo lo cual se sigue que podemos Un medio publicitario único forjarnos nuestro destino Lo estamos para transmisión de mensajes haciendo. comerciales a ciento sesenta naciones Julián MARÍAS de la Real Academia Española

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.