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ABC MADRID 09-06-1994 página 59
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ABC MADRID 09-06-1994 página 59

  • EdiciónABC, MADRID
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JUEVES 9- 6- 94 ABC Algún día el Rey me llamará para que sea presidente del Gobierno y yo te echaré de España dijo Conde a Abelló en 1987 a ciertas reglas morales (por ejemplo, la dimisión) -la de Conde, sin embargo, es una ambición ilimitada que no respeta ningún código moral. El defecto de Suárez es la presunción; el de Conde es la egolatría. El banquero y el político mantuvieron bastante relación durante los años 87 y 88. Durante esa época se cocinaron las mociones de censura contra Juan Barranco en el Ayuntamiento de Madrid y contra Joaquín Leguina en la Comunidad autónoma. Las negociaron, durante la recepción en el palacio de El Pardo a la reina de Inglaterra, Conde y Suárez. La ejecución final fue una chapuza, pero puso de manifiesto que el presidente de Banesto ya acariciaba, por esa época, la idea de influir en la política; tal vez su primer propósito consistió en favorecer la creación de una plataforma de fuerzas políticas afines con la idea de que pudiera servirle en el futuro para canalizar sus ambiciones personales. ABC 59 nesto. Sin embargo, el rigor histórico no permite establecer que el primer contacto personal entre Conde y Guerra se produjera tan temprano. Lo cierto es que ambos se saluda- ron por primera vez, en presencia de José Antonio Segurado, el día 17 de julio de 1990, en el palacio de la Moncloa. -Creo que deberías conocer a Mario Conde -le dijo- Segurado a Guerra antes de concretar la primera cita- Ya sabes que trabajo como asesor suyo. ¿Cómo es? -quiso saber el vicepresidente del Gobierno. -Su liberalismo está más a la izquierda que el mío- respondió Segurado- pero estoy seguro de que la sintonía entre vosotros dos será perfecta. Y no se equivocó. El 17 de julio sintonizaron lo suficientemente bien como para alargar durante una hora y media una entrevista que se había programado, inicialmente, para treinta minutos. La prensa de la época barajaba el rumor, por aquellos días, de que la Iglesia quería canonizar a Isabel la Católica. A Guerra y a Conde les interesó el asunto y hablaron de él durante un buen rato. Los dos se lucieron en una auténtica exhibición recuerda José Antonio Segurado. Desde aquel primer encuentro, Alfonso Guerra y Mario Conde se vieron regularmente un par de veces cada año. Segurado, que fue testigo de esos encuentros, opina que el grado de intimidad entre los dos se fue haciendo cada vez más grande. Alfonso Guerra- afirmaagradeeió extraordinariamente que Conde le defendiera en público después de su dimisión como ficepresidente del Gobierno. La casa común del centro derecha En abril de 1988, algunas encuestas encargadas por Conde le daban más popularidad que a muchos líderes del centro derecha. En esa fecha se reunió con Adolfo Suárez y le hizo esta propuesta: La amistad con Suárez- Antonio Hernández Mancha ha estado hablando con Pujol de la posibilidad de apoyar tu Antes que a Guerra, Mario Conde había cocandidatura a la presidencia del Gobierno con nocido ya a casi todos los grandes de la polílos respaldos de Alianza Popular y de Convertica española. A fraga, como ha quedado digencia. Me dice que Jordi está de acuerdo en cho, lo saludó por primera vez durante la coestudiar la operación. ¿No crees que sería una mida de Jockey en la que le aconsejó que se oportunidad fantástica para hacer una gran coretirara (Félix Pastor afirma que aquella opinión alición de partidos de centro derecha? Las pesó mucho en el ánimo de Fraga) elecciones ya no están muy lejos y tú sabes A Adolfo Suárez lo conoció a través del hermejor que yo que Felipe González no tendrá mano de Fernando Garro, José Luis, que con nada fácil la reválida de la mayoría absoluta. el tiempo se convirtió en teniente de alcalde del Todos los acercamientos de Mario Conde á Ayuntamiento de Madrid durante la etapa de Adolfo Suárez tuvieron siempre el mismo deRodríguez Sahagún. Sin embargo, a través de nominador común: conseguir el acercamiento Antonio Navalón, la amistad superficial del de las dos formaciones políticas. El esquema principio Se convirtió más tarde en una deuda se volvió a repetir durante el intento frustrado de gratitud a la que Adolfo Suárez siempre ha de las mociones de censura en el Ayuntasido fiel. Entre Mario Conde y el famoso consmiento y en la Comunidad de Madrid. El interés tructor Luis García Cereceda le dieron forma al de Conde por conseguir que AP y CDS acabaproyecto que había diseñado José Luis Graullera, antiguo embajador de España en Guinea, ran constituyendo la casa común del centro derecha era tan visible que, para evitarlo, los para comprar todo el edificio de la calle Antoleales de Fraga forzaron su regreso al puente nio Maura- donde Adolfo Suárez tiene su desde mando de la oposición. Según el testimonio pacho profesional- remozarlo y alquilarlo para de Graciano Palomo en El vuelo del halcón uso de oficinas. La operación salió redonda. el propio José María Aznar se lo dijo a Fraga el Parte de la operación, fue financiada por 12 de julio de 1988, con Alberto Ruiz- GaConde; de los alquileres se encargó García Cellardón como testigo: receda, a través de Antonio Peñaiver. Uno de los arrendatarios que paga religiosamente el- Don Manuel, si no vuelve, Adolfo Suárez se alquiler mensual (incluso a un precio ligerahace con el partido. Los manchistas están mente superior al que marca el mercado) es la dispuestos á todo. Fundación Banesto. Lo que no está tan claro, pasado el tiempo, es que fuera Adolfo Suárez el hombre llamado Conde sintió admiración por Adolfo Suárez- según los planes del banquero- a liderar el desde el principio. La fotografía en que ambos proyecto de la casa común del centro derecha. aparecen juntos durante una recepción en el Un dirigente destacadísimo del Partido Popular palacio dé El Pardo siempre ha ocupado un luafirma haber escuchado recientemente, de lagar destacado en el despacho del banquero. bios de Hernández Mancha, la siguiente confe- Suárez y yo somos del mismo biotipo- solía decir a sus amigos. Yo se lo oí decir en abril de 1992. Sin embargo, discrepo. Es verdad que Conde ha incorporado, por mimetismo, muchos de los gestos y de las actitudes de Suárez, pero creo que entre los dos exiten algunas diferencias abismales. La ambición se manifiesta en cada uno de forma distinta. La ambición del ex presidente del Gobierno tiene límites y está sujeta sión: Yo aguanté en AP todo lo que aguanté porque no estaba siendo nada más que el puente para la llegada de Mario Conde. Hernández Mancha, sin embargo, desmiente haber pronunciado esa frase: Lo único que dije- afirma- es que siempre fui consciente de que mi situación en el partido sería pasajera porque la fortaleza del PSOE era inexpugnable y yo sabía que acabaría quemándome en una tarea inútil. Tal vez sea por eso (porque alguien tenía que quemarse) por lo que Mario Conde rechazó la oferta de diciembre de 1986 para convertirse en el sustituto de Fraga. No es descabellado pensar que favoreciera el aterrizaje de Hernández Mancha para que fuera él quien se chamuscara preparando el terreno, como un moderno Bautista, del verdadero redentor del centro derecha. En ese sentido, la idea de Mancha como hombre puente hasta la llegada de Conde es muy verosímil. El hecho de que Hernández Mancha no lo supiera no quiere decir que no fuera verdad. Esta idea, además, brinda una oportunidad para entender por qué se produjo, desde el principio, una rivalidad tan acusada entre Mario Conde y José María Aznar. Cabe esta explicación: si fuera cierto que el banquero acariciaba la idea de recoger el testigo de la presidencia de AP de manos de Hernández Mancha, la irrupción en escena del entonces presidente de Castilla y León sólo servía para complicar sus planes. Ya fuera por esa razón, o por otra parecida, lo cierto es que Aznar nunca fue santo de la devoción del banquero. Es verdad lo que se ha publicado tantas veces: que, para resumir lo que pensaba de él, solía compararlo con un refresco de alcachofa llamado Cynar. -Es inútil que se gasten tanto dinero en publicitario- opinaba Conde- ¿a quién le puede gustar un refresco de alcachofa? La rivalidad conAznar Las relaciones entre ambos siempre fueron malas. De recíproco desprecio. De hecho, el esfuerzo mayor de José Antonio Segurado durante el tiempo en que actuó como asesor de Conde- consistió en limar asperezas y aproximar posiciones. No lo consiguió del todo. En el fondo, la idea de que Mario Conde era un líder potencial y alternativo a Aznaf nunca desapareció. Y a veces estuvo presente con una fuerza especial. Por ejemplo, la noche en que se reunieron a cenar en casa del banquero, los dos hermanos Anson (Luis María y Rafael) José María Aznar y José Antonio Segurado (1) Estaba muy reciente el escándalo Naseiro y Conde, olvidándose de que oficiaba como anfitrión, estuvo tremendamente duro con el presidente del PP. Segurado, de camino a casa, le comentó a su mujer: -Ha sido, probablemente, la cena más tensa a la que he asistido desde que estoy en política. Aznar. aguantaba el tipo sin inmutarse. Hay una frase que el líder de la derecha suele repetir con frecuencia: -Cuando yo no me fío de alguien, me cierro como una almeja y le sigo la corriente. Eso es exactamente lo que hizo con respecto a Conde. Cuando empezaron a llegar rumores a Genova sobre las maniobras diseñadas por el banquero para desestabilizar su liderazgo, Aznar reunió a su gente en el partido y les dijo: -No os preocupéis y estad atentos. Estoy seguro dé que los hechos reforzarán mi posición. (1) N. de la D. Naturalmente, Luis María Anson no asistió a esa cena y nunca tuvo noticia de ella hasta leer el libro de Luis Herrero. A esas horas el señor Anson se dedica a hacer el periódico Guerra y Conde se vieron regularmente un par de veces cada año y el grado de intimidad entre los dos fue cada vez más grande

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