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ABC MADRID 13-02-1994 página 40
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ABC MADRID 13-02-1994 página 40

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC Pag. 40 No hay género más impreciso que el ensayo. La gente se ha puesto de acuerdo en aceptar que fue Montaigne quien lo inventó y también en aquello que el ensayo no es, pero no en lo que es. Montaigne lo definió como una alternativa a la prosa científica y lo convirtió en género literario, pero nada quedó definitivamente establecido acerca de sus rasgos, estructuras o procedimientos. Los escritores ingleses de los siglos XVIII y XIX definieron el ensayo como una pieza más bien corta sobre un tema, una situación, un personaje concreto, sobre los cuales se desarrolla libremente una serie de reflexiones. No creo que a la historia- -contrariamente a lo afirmado por muchos- le corresponda la categoría de ensayo. La historia es una disciplina que tiene un objetivo determinado, evocar el pasado, y por eso participa poco de las características del ensayo. La historia es muy compleja porque, además de una disciplina, tiene, como dice Octavio Paz, algo de poesía. El ensayo no es poema, ni narración ni oora de teatro, pero dentro de su ámbito existen ciertas características con un común denominador que permiten acercarse a su esencia. Es un género fluctuante y ubicuo que puede tomar elementos de la imaginería o de la metáfora propia de la poesía. A este nivel, en la historia que no se limita a referir escuetamente los hechos está el ensayo. Por otra parte, conocemos novelas que son una sucesión de ensayos. Es el caso de Eduardo Mallea, cuando sus personajes hacen ensayos sobre la soledad, la incomunicación o la muerte. Pero normalmente esta relación no se establece de forma clara y el ensayo se presenta como algo sinuoso que toma elementos de todos los demás géneros y que a menudo se insinúa también en todos los demás. La ambigüedad es su característica esencial y por ello aún hoy sigue luchando por ser un género totalmente autónomo. Fluctúa entre el campo de la ciencia y la filosofía, o de la literatura y el arte. La filosofía y la ciencia tienen como sujeto lo general y lo abstracto; la literatura y el arte, lo singular y lo concreto. El ensayo parte de lo singular y concreto (un individuo, una ciudad, un personaje histórico, un paisaje) pero se eleva hacia ideas generales y abstractas. Ahí está TRIBUNA ABIERTA DOMINGO 13- 2- 1994 N EL GÉNERO MÁS MISTERIOSO DEL MUNDO todo, como Dilthey, Weber y Simmel, los últimos ensayistas qué quedaron serían Sartre Por Alfredo BRYCE ECHENIQUE y los pensadores de la escuela de Francfort. ese fluctuar entre un ámbito y otro, que proPara ellos, una sabiduría humanística tan amvoca justamente el ataque por ambos lados. plia sólo podía tener cabida en el ensayo. La filosofía académica lo considera poco riguHoy, según muchos, Simmel es el fundador roso, y desde el arte se le ve como algo dedel ensayo contemporáneo. Escribió, por masiado intelectual, poco vital. Se trata de ejemplo, sobre La puerta y el puente una dicotonomía muy del siglo XIX, entre la ¿Dónde hubiera podido caber ese tema? Ni concepción cientificista positiva de la ciencia, en la novela ni en la filosofía. Había, pues, que desdeñaba lo estético, y la concepción que inventar un género, y así fue como desromántica irracionalista, que desdeña el penpués Adorno escribió sobre la ventana. Pero, samiento lógico. Por eso el ensayo se contambién para muchos, son los grandes novevierte en una tierra de nadie. listas los que marcan el carácter de una época: Proust, Mann, Musil... Y páginas enteTraduzco ahora el diccionario Webster. ras de Proust, Mann, Musil, Hugo y Tolstoi Ensayo: composición literaria de naturaleza son auténticos ensayos. En el caso de Eranalítica e interpretativa, que trata un asunto nesto Sábato, cuyas novelas son verdaderas desde un enfoque más o menos limitado y prolongaciones, de El uno y el universo el personal y admite una considerable libertad ensayo es como un intruso que se le fue mede estilo y método. Si bien, generalmente, los tiendo en sus ficciones. ensayos son bastante breves, como para leerlos de un solo tirón, el vocablo también se Hay una desviación cuando la parte geneaplica a obras sistemáticas que encaran sus ral y abstracta, que debe existir en el ensayo, respectivos asuntos en una serie de subdiviestá sumida en lo singular. Lo universal, limisiones, como El ensayo sobre el conocitado a la manifestación de la nacionalidad, miento humano de John Locke. sería el caso de Eduardo Mallea, o el caso Regreso a Montaigne en busca de ayuda y, de los ensayos considerados como confesión en efecto, no es casual que el ensayo nadel autor (Bataille, Cioran) Y en cuanto a Vaciera con él y en el siglo XVI, en momentos léry y Borges, la verdad en el ensayo estético en que se desmorona la concepción sistemáestá subordinada a la belleza del estilo. Se tica de la Edad Media y no ha nacido todavía pierde, pues, la objetividad y se va determila concepción sistemática de la Edad Monando, a la inversa y de forma muy precisa, derna. En esa brecha surge el ensayo, que su carácter de... género literario En fin, se caracteriza por su carácter fragmentario, también es cierto que sin imaginación la hisrapsódico, incompleto. Y muy personal si retoria se convierte en una crónica árida y con cordamos estas palabras de Montaigne: Soy demasiada imaginación en una mentira... Y yo mismo a quien retrato e intento dar un coque también interviene la imaginación en la nocimiento no de las cosas, sino de mí ciencia... mismo. Y hemos regresado prácticamente al Montaigne destacó ante todo la subjetiviprincipio: en el ensayo entran todos los temas dad del ensayo, pero Bacon hizo lo mismo y procedimientos. Entran hasta los aforismos con su objetividad... La contradicción en este de La Rochefoucauld... Pero La Rochefoucaso me parece insalvable y creo que sólo cauld tiene una intención de reformar las cospodemos salir de ella si pensamos en los vetumbres que, según algunos ensayistas, no hículos del ensayo. ¿Dónde se escriben hoy entra en el ensayo... ensayos? Si el ensayo es a su vez síntesis y Sólo me queda decirle adiós a las armas mezcolanza, a juzgar por lo que intentaron y recordar que Montaigne inventó el ensayo, hacer los intelectuales del siglo XIX y princisegún los ensayistas, pero también que la pios del XX (una captación de la realidad existencia del ensayo es prácticamente lo como relación interdisciplinaria donde entraba único que avala la existencia de los ensayisla sociología, la política, la filosofía, la historia tas... ¿O viceversa? Conclusión: ¡El ensayo y la literatura) humanistas que hablaban de es el género más misterioso del mundo! ble que rozase los objetos, amontonase papeles y recibos, se sentara o se levantara. No se concibe aquella celdilla Por Crisógono GARCÍA sin el hermano aquel. mente. En su recuerdo está muy vivo su herEl despacho sin luz sería un rincón de timano. Como una tenaza sobre las sienes. No nieblas, aposentamiento de la noche. Caha asumido su muerte. verna o prisión de almas en pena. IntensificaPorque el despacho de dentro, sin la prería los tonos opacos de la ausencia. Por eso sencia de su hermano, que lo llenaba y lieel hermano ha encendido la luz sobre el mosnaba todo el local y se desbordaba como una trador del ausente. Se hace la idea de que lo riada hasta la calle, hasta los cruces de diverve, de que la luz lo abraza. Que la luz es sas calles, por su irradiante y abarcadura gecomo una lámpara votiva que arde sin extinnerosidad y simpatía, pudiera parecer un niguirse. La luz es el alma del hermano que se cho. Eso el hermano vivo no lo puede admitir. encaramó hasta el cielo, pero que ronda por Es verdad que no faltarían flores, ni murmulos lugares más predilectos de su vida, porrios, ni abejeos de oraciones. Pero al fin y al que algunos difuntos siguen presentes y alcabo simularía un nicho. O un sepulcro. Por gunos muertos, de manera inequívoca, haello no quiere cerrarlo, echar una aldaba. Soblan. naría muy cruel un aldabonazo. La luz devuelve la presencia del hermano. El despacho sin luz, en la misma lobreguez Arpa de luz, cuerpo glorioso. La luz encensumido, asociaría espantables recuerdos fudida, mejor filo que la punta de un ciprés, nerarios. Como si por el despacho vagara un que un racimo de velas. El hermano habita alma en pena, un espectro de manera invisiya en la luz. RABAJABA dentro; su hermano, fuera. Aquél murió. El despacho del muerto resulta tétrico; incomprensible, que el hermano haya desaparecido. No se ahinca sobre la mesa de su trabajo. No vuelve la cabeza para preguntar alguna cuestión. O para hacer un alto en el tajo, en el trabajo que requiere máximo esmero, puntualidad y dedicación. Llegan los clientes y preguntan al hermano por su hermano. Al hermano que trabaja en el despacho de fuera por el hermano que trabajaba en la dependencia interior. Preguntan por su hermano. Y el hermano vivo contesta entre sollozos. Toda una vida, con sus altibajos, con sus deslumbrones y claroscuros, con tiempos de adversidad y tiempos de prosperidad, de vacas gordas y flacas- cosa de negocios- juntos. En fraternidad de vida y de trabajo. El hermano que cuida el escaparate ve ahora la venta como una manera de evadirse del pensamiento obsesivo que embarga su T LA LUZ DE SU HERMANO

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